La historia sobre un retrato pintado por Diego Rivera a María Félix parece estar marcado por la polémica, diversos medios han publicado que la pieza fue rechazada por “La Doña” al considerar que fue retratada muy “vulgar” y finalmente, después de décadas Juan Gabriel terminó quedándose con el cuadro.
Sin embargo, existen otras versiones que señalan que este cuadro terminó en manos del exgobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez, quien estuvo acusado de peculado y señalado durante años por presunto enriquecimiento ilícito, aunque este 2025 fue absuelto por una corte de Estados Unidos.

La historia cuenta que, debido a su cercanía con Juan Gabriel de quien era muy amigo, el Divo de Juárez le regaló el retrato de María Félix al ex mandatario chihuahuense.
El lienzo de Diego Rivera
El cuadro nació en 1949, cuando Diego Rivera decidió plasmar en un lienzo la belleza de la actriz sonorense, una muestra del enamoramiento que tenía el artista por la Doña.
Fascinado por su presencia, el muralista pintó a Félix con un vestido de encaje que dejaba al descubierto su pecho. Sin embargo, a ella no le gustó en absoluto el resultado, pues incluso platicó en una entrevista que la pieza final fue de su desagrado, ya que consideró que la pintura estaba sexualizada.
“Yo quería que me pintara de Tehuana, pero dijo que era muy vulgar, no quiso, entonces me pintó como él quería, el muy vulgar”, dijo en una entrevista con Jacobo Zabludovsky.
Supuestamente, la Doña se sintió tan incómoda con la imagen que mandó a cubrir la zona del busto con cal, alterando la obra original sin que Rivera se enterara.

Esto provocó que después surgiera una tensión entre la musa y el artista que derivó en un distanciamiento de al menos un año y, desde entonces, el retrato quedó marcado por el disgusto de su protagonista.
De María Félix al Divo de Juárez
Según archivos periodísticos, María Félix convivió con el cuadro un tiempo, pero finalmente decidió venderlo al médico José Álvarez Amézquita, pero con el paso de los años, la pintura cambió de manos hasta llegar a uno de sus admiradores más fervientes: Juan Gabriel.
Era la década de los setenta, el cantante desembolsó 15 millones de pesos por la pieza y la colocó en su residencia de Las Vegas, pues para el Divo de Juárez, tener esa obra era casi un acto de devoción.

Dicen que para Juan Gabriel, María Félix era su referente estético y espiritual, al punto de dedicarle canciones y describirla como una mujer fuera de lo común, por lo que la pintura permaneció durante décadas en la colección privada del cantante.
Sin embargo, la historia dio un giro en el 2016, cuando Juan Gabriel falleció y sus bienes quedaron en medio de disputas legales.

Durante este proceso, la pintura se esfumó de los inventarios, pues nadie supo con certeza si pasó a manos de sus herederos, si se vendió en el mercado negro o si fue entregada como obsequio antes de su muerte.
En manos de Duarte
En 2020, el abogado Guillermo Pous, quien llevaba asuntos de la herencia de Juan Gabriel, aseguró que había indicios de que el cuadro estaba en poder de César Duarte, exgobernador de Chihuahua.
La declaración sorprendió tanto al mundo cultural como al político: ¿Cómo había llegado esa pieza a manos de un funcionario acusado de desviar recursos públicos?

Cabe recordar que César Duarte, quien gobernó Chihuahua entre 2010 y 2016, fue detenido en el 2020 en Miami y extraditado a México para enfrentar cargos de peculado y uso indebido de recursos.
Más tarde también fue señalado en Estados Unidos por presunto lavado de dinero a través de la compra de propiedades, aunque en junio de 2025 la Corte de El Paso, Texas desestimó los cargos por falta de pruebas.
Pese a ello, en México aún enfrenta procesos pendientes. La hipótesis de que posee una obra de Diego Rivera no ha sido confirmada por el Instituto Nacional de Bellas Artes, que debería tener registro de la pieza por su valor histórico.

Tampoco existen documentos públicos que respalden la supuesta transferencia. Sin embargo, el rumor persiste como parte del enigma que rodea al retrato.
Herencia de la Doña
Lo que sí no se puede negar es que el retrato de María Félix es un símbolo de contradicciones, pues la actriz lo rechazó por considerarlo una visión ajena y vulgar de su imagen, mientras que Juan Gabriel lo veneró como si fuera un relicario personal.
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Actualmente, el paradero de la obra sigue sin aclararse: ¿Se encuentra en una bodega privada en Chihuahua? ¿Está oculto en alguna de las propiedades ligadas al exgobernador ¿O permanece en el extranjero, esperando ser
redescubierto? Pero, mientras no existan pruebas oficiales, el retrato seguirá siendo un misterio del arte mexicano, una pieza que encierra tanto la belleza de “La Doña” como la sombra de quienes, a lo largo de décadas, lo han guardado lejos de la mirada pública.
**Este es un reportaje de Radio Fórmula. Si quieres ver el artículo original da click aquí**