Tinta negra, acordes experimentales y una conversación sin filtros marcaron el cierre de “Memorias de un cadáver”, la exposición del artista juarense Iván Dojaquez Hidalgo, mejor conocido como Doja.
El evento se realizó en el Museo de Arqueología e Historia de El Chamizal, donde la noche combinó conversación, arte gráfico y música experimental, lo que envolvió al público en una experiencia íntima y provocadora.
Organizado por el Instituto para la Cultura del Municipio de Juárez (IPACULT), el evento incluyó un conversatorio con el artista y la participación del grupo “Risote”, cuya intervención musical aportó una atmósfera vibrante y sensorial.
Mientras que la voz de Doja se entrelazó con sus ilustraciones en blanco y negro, al compartir los matices personales y viscerales que atraviesan su obra, marcada por influencias del cómic, el manga y el heavy metal.
El público, lejos de ser espectador pasivo, se sumó con preguntas y reflexiones sobre las piezas que exploran lo grotesco, lo erótico y lo absurdo, muchas de esas obras han sido vendidas, destruidas o regaladas, como parte de una visión artística efímera.