A seis años del tiroteo en Walmart de El Paso, Texas, que dejó 23 personas muertas y otras tantas heridas, la comunidad mexicana en Estados Unidos revive el dolor y reafirma su compromiso de luchar contra el odio y el extremismo ideológico.
El ataque perpetrado por Patrick Wood Crusius fue clasificado por las autoridades estadounidenses como terrorismo doméstico, motivado por ideas de supremacía blanca y hostilidad explícita hacia la comunidad latina.

Ese día, Crusius citó el concepto de “invasión hispana” en un manifiesto publicado minutos antes del ataque, lo que dejó al descubierto el trasfondo racista de su violencia.
Ahora, el Consulado de México en El Paso difunde un mensaje de condena al racismo, reafirmando su compromiso de proteger a la comunidad mexicana en Estados Unidos y reivindicar su presencia y aportaciones.
En un comunicado, el gobierno mexicano insistió en condenar toda forma de xenofobia, racismo o supremacismo blanco, y en promover valores como la inclusión, la solidaridad y la tolerancia en la relación binacional entre El Paso y Ciudad Juárez.
Memoria que une fronteras
La conmemoración incluyó vigilias y actividades comunitarias destinadas a honrar a las víctimas, pero también a construir resistencia social contra la normalización del odio.
La tragedia se convirtió en un punto de inflexión: un recordatorio doloroso de la potencia destructiva de las dinámicas raciales extremistas, pero también de la necesidad de persistir en la dignidad y visibilidad de la comunidad latina.
Según datos oficiales, Crusius utilizó un fusil semiautomático, viajando desde Dallas con la intención deliberada de atacar a mexicanos.
FBI y el fiscal del Distrito Oeste de Texas lo declararon terrorista doméstico, aunque la ausencia de una legislación federal específica para este tipo de actos limitó las opciones legales disponibles.
De forma simbólica, este aniversario refrenda la complejidad política y legal en torno a los atentados motivados por odio, pero también fortalece el reclamo de justicia y la necesidad de promover reformas que permitan penalizar el terrorismo doméstico con plenas facultades legales.
La conmemoración se realizó en un contexto de hermandad fronteriza, en el que miles de paisanos mexicanos honraron a las víctimas y renovaron su llamado a la construcción de una narrativa pública basada en la empatía y la convivencia pacífica entre comunidades.