La chirinola mexicana es una especie endémica de Baja California Sur, que tiene la capacidad para desplazarse varios metros durante su periodo de vida, por lo cual se le conoce como el “cactus migrante”.
Su nombre científico es Stenocereus eruca y es el único cactus de toda la diversidad de especies que habitan en las zonas áridas de México, que no crece erecto.
Sus tallos se desarrollan a ras del suelo y con frecuencia forman extensas masas. Los hijuelos del cactus crecen como ramas que se separan después formando nuevas plantas.
Su tallo es de color gris con algunas tonalidades verdes, es muy espinoso y llega a medir de 1 a 4 metros de largo, mientras que su diámetro va de 4 a 8 centímetros. La planta completa llega a alcanzar una longitud de 10 a 15 metros.
Su floración es nocturna, se da solo una vez al año en noviembre, y consiste en un largo tallo en forma tubular, cada hermosa flor sólo tiene una noche de vida.
El color de las flores es rosa brillante o blanco y llegan a medir cerca de 10 a 12 cm de largo. Sus frutos son esféricos de tamaño pequeño y con espinas color rojo.

El desarrollo de la chirinola es muy peculiar, pues al crecer de forma rastrera y al aumentar su longitud la parte más vieja muere lentamente, dando paso al nuevo crecimiento.
Esta especie tiene que morir para seguir viviendo ya que la parte más vieja se seca y sirve como composta para que el nuevo crecimiento de la planta pueda continuar su camino.
Su interesante forma de propagación y reproducción hace que la chirinola cambié de un lugar a otro con el paso del tiempo, por eso se trata de una especie con estatus migratorio.
Muchas son las amenazas para la chirinola pues se ha convertido en un tesoro para los coleccionistas de plantas. Un ejemplar se llega a cotizar entre los 4 y 5 mil dólares en el mercado negro. Su principal destino es el mercado extranjero en Europa.
La especie Stenocereus eruca se encuentra protegida por la NOM-059 SEMARNAT-2010, bajo la categoría de Amenazada. También ocupa un lugar en la Lista Roja de Especies en peligro de la UICN.
Desde nuestra Comunidad de Medios, compartimos con esta publicación de Nomadas Press que puedes consultar completa aquí