Las noticias del pasado miércoles 15 de febrero de una balacera más en la comunidad de El Paso Texas trajeron consigo sentimientos y emociones que nos pusieron a temblar de nueva cuenta.
Los acontecimientos de Walmart que sacudieron al mundo entero tras el asesinato artero y brutal contra integrantes de la comunidad hispana en esta ciudad fronteriza de Estados Unidos y valorado el hecho como un crimen de odio por la sociedad, tocaron fibras sensibles de amigos, conocidos y familiares.
Hasta cuándo se podrá transitar con seguridad en escuelas, colegios, universidades, centros comerciales y otros lugares públicos sin la posible amenaza de pistoleros armados que en un momento de furia pueden sacar sus rifles, pistolas y/o escuadras para empezar a disparar a diestra y siniestra.
La comunidad fronteriza, de quienes vamos de un lado de la frontera a otro, nos hace sensibles a estos acontecimientos de sangre.
En Estados Unidos la venta de armas, municiones, artefactos explosivos e incluso tanquetas, son normales. Se requiere una identificación que puede ser falsificada, dinero, mucho dinero y la intención de adquirir un arma con fines de autoprotección.
Es un mercado muy lucrativo y las campañas políticas son financiadas en el lobby de la cámara de los representantes con el fin de evitar una reglamentación prohibitiva para este mercado en especial.
El centro comercial de Cielo Vista, donde chihuahuenses y juarenses hacen sus compras los fines de semana, fue ahora el centro de atención internacional. El centro comercial se encuentra a menos de un kilómetro de la masacre de Walmart.
El tema toma relevancia pues El Paso Texas es considerada dentro de las diez ciudades más seguras de Estados Unidos. Los consumidores en esta zona son abrumadoramente mexicanos que viven en la zona fronteriza entre ambas ciudades de El Paso Texas y Juárez, México.
Ciudad Juárez no está exenta de los hechos de sangre, lo que alarma es que la violencia está traspasando fronteras, los equilibrios se pueden romper y generar una crisis social con una percepción de inseguridad que afecte a la región y donde sabemos que la peor parte la llevaremos nosotros como ciudadanos.
Tenemos que salvaguardar nuestras comunidades seguras, propiciar un clima donde hablemos de paz, de convivencia humana en armonía y que el discurso sea la relación de hermandad entre ambas ciudades. Mientras tanto debemos ser sensibles y cuidar de la integridad personal de quienes habitamos en ambos lados de la frontera como ciudades gemelas donde compartimos familias, economías, comercio e industrias.

José Eduardo Borunda Escobedo es doctor en Ciencias Sociales por El Colegio de la Frontera Norte, en donde presentó la tesis “Modernización, Ciudadanía y Derechos Políticos”. Es máster en Administración y tiene la licenciatura en Administración Pública y Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Actualmente es Profesor de Tiempo Completo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UACH, institución de la que fue director del 2005 al 2010.