“Entre más conozco al humano, más quiero a mis perros”, eso es lo que se siente con “Dogman”, dirigida por el renombrado cineasta francés Luc Besson, quien nos trae una obra cinematográfica que trasciende los límites del género.
Situada en un contexto emocionalmente denso, la película nos introduce en la vida de Doug, un hombre en silla de ruedas cuya existencia se entrelaza de manera inesperada con la presencia de una jauría de perros.
Con una narrativa cuidadosamente tejida, la película nos invita a explorar la complejidad de las relaciones humanas y la profunda conexión que existe entre el ser humano y el mundo animal.
En el corazón de “Dogman” se encuentra la interpretación magistral de Caleb Landry Jones, quien encarna a Doug con mucha sensibilidad que cautiva al espectador desde el primer momento.

Jones logra transmitir la complejidad emocional del personaje, explorando sus luchas internas y sus anhelos más profundos con una autenticidad impactante, donde somos testigos de la transformación de Doug, cuya vida se ve irrevocablemente alterada por la presencia de los perros, su única compañía en un mundo marcado por la soledad y el dolor.
Con reminiscencias “shakespearianas”, Doug nos muestra que los disfraces no solo sirven para esconderse, sino para mostrar una faceta de nosotros que no dejamos salir. Pero no todo es tristeza, pues tintes de humor negro nos dan una luz en en esta atmósfera oscura de la vida.
La trama se desarrolla en torno a un intenso interrogatorio protagonizado por Evelyn, interpretada por Jonica T. Gibbs, una joven psiquiatra que se adentra en el mundo interior de Doug en busca de respuestas.
A medida que avanza la historia, se desvelan capas de dolor e injusticia, pero sobre todo, un vínculo especial con los animales que define la esencia misma de la narrativa.

Gibbs brinda una actuación poderosa y emotiva, infundiendo al personaje de Evelyn con una mezcla de determinación y compasión que añade una dimensión adicional a la trama.
Pero uno de los aspectos más destacados de “Dogman” son las actuaciones de los perros que comparten pantalla con los actores humanos, estos animales no solo son los compañeros de Doug, sino que también desempeñan un papel crucial en el desarrollo de la historia.
Ellos nos transmiten una gama completa de emociones, desde la lealtad hasta el miedo, creando una conexión emocional con el espectador que trasciende las barreras del lenguaje.
Bajo la dirección de Luc Besson se distingue por su habilidad para crear una atmósfera envolvente y visceral. Cada escena está meticulosamente elaborada, desde la composición visual hasta la selección de la música, con el objetivo de transmitir una sensación de inmersión y autenticidad.

Besson demuestra una vez más su talento como narrador visual, ofreciendo una película que cautiva tanto por su belleza estética como por su profundidad emocional.
Estrenada en 2023 y producida en Francia, aborda una variedad de temas universales que resuenan con el espectador, desde la redención hasta la lealtad, la película nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la humanidad y el poder transformador del amor.
Simplemente una película que no te puedes perder. Aquí te compartimos el trailer.