En México, millones de jóvenes crecen entre la pobreza, la exclusión y la violencia, mientras las instituciones educativas y políticas resultan insuficientes para atenderlos, por lo que, ante este panorama, organizaciones comunitarias buscan crear espacios seguros de apoyo y formación.
Una de ellas, es el Centro de Asesoría y Promoción Juvenil A.C. (CASA), una asociación que fue distinguida con el premio nacional Eugenio Garza Sada al Liderazgo Humanista 2025, en la categoría de Emprendimiento Social.
Este reconocimiento llega tras más de treinta años de trabajo con niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad en Ciudad Juárez, una urbe que alguna vez fue considerada como el epicentro de la violencia, indicó la doctora María Teresa Almada Mireles, fundadora y directora de CASA.
Durante la entrega del reconocimiento, en el Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey, la activista declaró que CASA se ha convertido en un espacio donde los jóvenes pueden aprender, expresarse mediante el arte o la música, leer, sembrar y convivir, en una ciudad marcada por la violencia y la exclusión social.
Expuso que la organización trabaja en comunidades marginadas, con programas educativos incluyentes para quienes han sido excluidos del sistema escolar, así como actividades culturales, deportivas y de participación social.
Almada Mireles recordó que la juventud enfrenta desafíos históricos en ciudades como Ciudad Juárez, denominada hace algunos años el “epicentro del dolor” del país.
En su discurso, recalcó que sin inversión y atención en la infancia y juventud más vulnerable, la sociedad no tiene viabilidad, pues una sociedad que no apuesta por sus jóvenes, que no invierte en su desarrollo, no tiene futuro.
“Millones de adolescentes y jóvenes están creciendo en nuestro país entre el abandono, la pobreza y la violencia. La precarización de la vida y el empobrecimiento cultural se extienden, las familias se colapsan y enfrentan grandes dificultades para formar a las nuevas generaciones”, dijo.
Comentó que, en medio de este contexto, la organización cuenta con programas educativos que funcionan como escuelas incluyentes que buscan recuperar a quienes han sido excluidos del sistema educativo.
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El premio Eugenio Garza Sada al Liderazgo Humanista reconoce a CASA por su enfoque integral y humanista, a la vez que valida la importancia de que organizaciones civiles trabajen junto con familias y comunidades para atender a la juventud en contextos de vulnerabilidad.
Además, la directora CASA Promoción Juvenil invitó a toda la sociedad a asumir la responsabilidad de educar a los niños y jóvenes, retomando el proverbio africano: “Para educar a un niño hace falta la tribu entera”.
Señaló que los padres solos no pueden educar a sus hijos, porque no pueden protegerlos de otras influencias muy poderosas; los docentes solos no pueden educar a sus alumnos por la misma razón, mientras que la sociedad tampoco puede educar a sus ciudadanos sin la ayuda de los padres y del sistema educativo.
“Si queremos educar bien a nuestra infancia y juventud, es decir, educarla para la felicidad y la dignidad, es imprescindible una movilización educativa de la sociedad civil que retome el espíritu del viejo proverbio africano: Para educar a un niño hace falta una tribu entera”, sentenció.
Con este galardón, la asociación juarense se consolida como un referente nacional de emprendimiento social, con lo que ofrece no sólo educación sino también acompañamiento, creatividad y oportunidades para que las nuevas generaciones construyan un futuro más justo y pacífico.







