Con el incremento al salario mínimo a partir de enero del 2023, se espera que se concreten tres años de inflación alta y con una disminución lenta, puesto que también se verá impactada la economía con la reciente decisión del Gobierno Federal.
Mientras que la inflación se colocó en una posición alta para el cierre de este 2022, ya que el pasado 15 de diciembre, el Banco de México decidió incrementar en 50 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un nivel del 10.50 por ciento, cuyos efectos entraron en vigor a partir del 16 de diciembre.
“¿Qué es lo que pensamos que va a pasar con la inflación el próximo año? Va a seguir bajando, pero a un ritmo lento. La expectativa es que se normalice realmente para diciembre de 2024, o sea, cuando llegue a convergencia Estados Unidos, por lo que van a ser tres años, incluyendo 2022, de alta inflación y de muy lenta disminución hacia su convergencia”, señaló Alejandro Sandoval Murillo, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
La convergencia se entiende como la diferencia en los ingresos de las economías más ricas y más pobres se reduce, la cual dista mucho de la meta que tiene actualmente el Banco de México que sería del 3 por ciento, mientras que Estados Unidos la fijó en un 2 por ciento.
Explicó que se ha mencionado que el incremento al salario no tiene impacto en la inflación, lo cual es “completamente falso”, puesto que todo tiene impacto en la inflación.
Sin embargo, la pregunta que deberíamos hacernos es en cuánta proporción, ya que hay productos que tendrán un impacto muy pequeño o que se compensan con otros.
Explicó que la inflación no afectaría si a la par se incrementa la producción y el consumo en la misma medida, por lo que el próximo año, la productividad deberá estimarse, dependiendo de cuánto dinero tendrán los juarenses para consumir en la localidad.
“Se va a movilizar hacia arriba ligeramente quizás para algunos en esa dimensión del 20 por ciento que son la gente que está más pegada al salario mínimo, pero para los demás no necesariamente se van a incrementar nuestras percepciones”, comentó.
Señaló que en esta lógica se tiene un escenario donde el traslado directo de los costos a la inflación tampoco ocurre, es decir, que no es lineal, por lo que dependerá de muchas cosas.
El especialista recalcó que en el caso de México y, principalmente en esta frontera, se depende de la economía de Estados Unidos, por lo que en el 2023 se pronostica que la productividad estadounidense baje su ritmo de crecimiento, puesto que la Reserva Federal del vecino país presentó estimaciones del 1 por ciento de crecimiento en todo el año.
Comentó que en Ciudad Juárez al menos un 50 por ciento del empleo es generado para la maquiladora, así como produce para terceros y no para juarenses.
“Aquí una fábrica produce cosas para venderse en Estados Unidos, entonces nosotros podríamos generarnos una cierta incidencia inflacionaria en la estructura nacional, pero en la estructura internacional el problema será exportar la inflación.
Sandoval Murillo refirió que se esperan dos años más de una situación inflacionaria lenta, lo cual además impactará de otra manera a la población más vulnerable.
“Está bien el aumento de salario, está bien lo de las vacaciones. Está bien el nuevo sistema laboral, pero por supuesto que gane incidencias en costos. Ese costo, eventualmente, se va a trasladar en alguna dimensión impacto inflacionario, haciendo más lento el proceso de llegar a la convergencia”, concretó.