*Este reportaje es parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers*
En Mexicali, Baja California, al menos 48 mil personas tienen algún tipo de discapacidad, principalmente motriz, pero sólo el 6.5 por ciento de las manzanas de la ciudad están habilitadas con rampas de acceso en todas sus vialidades y la mayoría están en mal estado o son bloqueadas con árboles o postes.
Melissa Bravo es una joven de 25 años que padece parálisis cerebral y se transporta en silla de ruedas. Lucha cada día contra el sentimiento de exclusión que le provoca la falta de rampas en la ciudad y la necesidad de recurrir a otras personas para moverse.
Dice que le da miedo transitar por las banquetas de Mexicali ya que muchas están cuarteadas o se encuentran obstruidas por alguna barrera física, lo que representa un peligro constante.
“Ver este tipo de rampas que son obstruidas por algún árbol o poste es muy normal en esta ciudad”, comentó.
En 2022, el Instituto de Movilidad Sustentable (Imos) en el Estado realizó un Prediagnóstico en Materia de Accesibilidad Universal y Peatonabilidad con base en el Inventario Nacional de Vivienda 2016 desarrollado por INEGI.
El documento fue obtenido mediante la solicitud de acceso a la información con folio 22499722000112 ante la dependencia mencionada.
El prediagnóstico será utilizado para elaborar el Programa de Accesibilidad Universal y Peatonabilidad para el Estado de Baja California, que hasta la fecha de publicación de este reportaje aún no se concluye.
El Imos tomó los datos de las manzanas en seis de los siete municipios del Estado, exceptuando a San Felipe que aún no se constituía como cabecera municipal.
Los datos muestran que en Mexicali el 67.71 por ciento de las manzanas no cuentan con rampas de acceso para sillas de ruedas en ninguna de sus vialidades.
San Quintín es el municipio con mayor rezago con el 91.73 por ciento, seguido de Playas de Rosarito (88.38 por ciento), Tecate (87.68 por ciento), Tijuana (86.53 por ciento) y Ensenada (81.34 por ciento).
Este problema lo padece diariamente Melissa, pues durante su tránsito es complicado encontrar una rampa de acceso y las existentes se encuentran en mal estado.
“Soy una de miles de personas que padece discapacidad en esta ciudad, quiero ser escuchada y tomada en cuenta”, expresó.
Señaló que las calles de la ciudad resultan hostiles para las personas con discapacidad, ya que no existe la infraestructura adecuada o no le dan el mantenimiento necesario.
Sólo 6.5% de manzanas tienen rampas completas
Según el Prediagnóstico en Materia de Accesibilidad Universal y Peatonabilidad, en Mexicali aproximadamente 48 mil 487 personas presentan algún tipo de discapacidad motriz. Es decir, tienen dificultades para caminar, subir o bajar.
Ese estudio incluyó un análisis sobre la dotación de rampas para sillas de ruedas en cada una de las manzanas que existen en las ciudades.
El INEGI define a una manzana geoestadística como la extensión territorial constituida por uno o más inmuebles; generalmente, se puede rodear y está delimitada por vialidades y, en ocasiones, complementada por un rasgo definido.
El resultado señaló que en la capital del Estado el 68 por ciento de las manzanas no cuenta con rampas para sillas de ruedas en ninguna de sus vialidades.
Solamente el 6.5 por ciento de las manzanas en Mexicali cuenta con rampas para sillas de ruedas en todas sus vialidades.
El restante 23 por ciento tiene rampas en alguna vialidad y el 2.7 por ciento no está especificado.
Cabe señalar que este estudio no analiza la condición, ubicación y estructura de las rampas, aspectos que pueden ocasionar accidentes entre las personas con discapacidad.
Al respecto, Raquel Corona Rodarte, directora de Movilidad Sustentable del Imos, aseguró que en Mexicali el 8 por ciento de las manzanas cuenta con rampas de acceso en todas sus vialidades, aunque el estudio emitido por la propia dependencia establece que es el 6.5 por ciento.
Comentó que los accidentes ocasionados por las malas construcciones deben ser atendidos por el gobierno municipal, al tratarse de un asunto más civil.
Agregó que cuentan con un registro de las vialidades con menos accesos, lo que les ha permitido conocer las deficiencias que existen en la ciudad, pero aún falta que realicen la inspección física a estas zonas para tener un diagnóstico completo.
En los próximos meses, dijo, se hará una revisión de las zonas con mayor rezago para documentar el grado de intervención que requiere, lo que permitirá crear un Programa de Accesibilidad Universal.
Corona Rodarte explicó que actualmente se está llevando a cabo un plan de peatonabilidad con el propósito de mejorar las rampas existentes.
Para ello, dijo, se realizaron consultas ciudadanas donde participaron personas con discapacidad con la intención de conocer su opinión sobre la accesibilidad de las ciudades.
Aún con rampas es peligroso
Una rampa en mal estado ocasionó que Jesús Martínez, de 67 años, sufriera un accidente que, aunque no fue de gravedad, provocó que tuviera que acudir a un hospital para recibir atención médica debido al dolor.
Desde hace varios años Don Jesús se transporta en silla de ruedas porque perdió una pierna a causa de la diabetes.
Dijo que por su condición no le dan trabajo, por ello, se ha visto obligado a pedir dinero a las afueras del Ayuntamiento de Mexicali.
Mencionó que en más de una ocasión se ha caído al utilizar las rampas de la ciudad.
Ciudad diseñada para los vehículos
Ramón Abel Maciel Rojas, expresidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Mexicali, consideró que históricamente la ciudad no ha sido diseñada para los peatones, sino para incrementar la circulación de vehículos.
Explicó que la mayoría de las banquetas y rampas se encuentran obstruidas por postes de energía eléctrica, árboles, casetas telefónicas y hasta por comercios, lo que obliga a las personas a caminar sobre las calles.
Incluso, muchas de las banquetas no cumplen con el tamaño adecuado para el tránsito de las personas o no cuentan con rampas.
Maciel Rojas detalló que en promedio las banquetas tienen un grosor de un metro y medio, pero en ese espacio colocan postes, jardineras, árboles, etcétera.
Lo mismo ocurre en muchas vialidades que son utilizadas como estacionamiento, lo que representa un eventual riesgo de accidentes.
“Hay un déficit en general de banquetas y rampas para caminar en Mexicali”, expresó.
Consideró que faltan proyectos integrales que contemplen todas esas situaciones.
“Caminar y moverse también es una manera de transporte”, agregó.
El ingeniero civil comentó que la Norma Oficial Mexicana NOM-030-SSA3-2013 establece las características arquitectónicas para facilitar el acceso, tránsito, uso y permanencia de las personas con discapacidad en establecimientos para la atención médica ambulatoria y hospitalaria del Sistema Nacional de Salud.
Señala que las rampas deben contar con una pendiente no mayor de 8 por ciento para desniveles de 0.16 metros y de 6 por ciento para desniveles de 0.32 metros o mayores.
La longitud máxima de una rampa entre descansos, debe ser de 6 metros y pendiente no mayor del 6 por ciento, los descansos deben tener una longitud mínima de 1.50 metros.
Al inicio y al final de la rampa, se deberá disponer de un área de aproximación libre de obstáculos de 1.20 metros de ancho por 1.50 metros de largo como mínimo.
Sin embargo, el reglamento de Edificaciones del Ayuntamiento no ha sido actualizado y por lo tanto no contempla esta norma, así que no es obligatoria.
“Mientras no se hagan exigibles pues realmente no vamos a cambiar mucho las cosas”, señaló el experto.
Maciel Rojas comentó que no representa mayor costo garantizar la existencia de banquetas amplias y rampas de acceso, pero insistió que se trata de la falta de proyectos integrales de parte de las autoridades, pues se olvidan de que bajándose del auto, todos se convierten en peatones.
“Siento que un día me voy a ir de boca”
A sus 58 años, Leonor requiere de una andadera para moverse de un lugar a otro y en varias ocasiones ha estado a punto de caerse debido a la falta de mantenimiento de las rampas.
Leonor no se fijaba en el estado de las rampas; cuando ha estado cerca de caer pensaba que era por la falta de fuerza en sus piernas o la mala condición de su andadera.
Reconoció que le da miedo caminar por la ciudad porque muchas de las rampas están extremadamente empinadas o mal construidas.
“Me da miedo cuando bajo, siento que un día me voy a ir de boca”, expresó.
Rampas son poco accesibles
Las caídas y accidentes no son el único problema que ocasionan las rampas en mal estado que existen en la ciudad. Para muchas personas con discapacidad utilizar los accesos se convierte en algo complicado, debido a su mala construcción.
Por ejemplo, Natividad Solorzano Pérez comentó que utilizar la rampa construida para acceder al edificio del Gobierno del Estado es doloroso, pues el subirla le provoca malestar en la columna, cartílagos y articulaciones.
“Esa rampa para muchas personas es muy pesada para subir”, indicó.
Con 60 años, Natividad requiere el uso de bastón para poder caminar, por lo que es más complicado transportarse por las calles de la ciudad.
Reconoció que ha sufrido accidentes en diferentes zonas, especialmente donde las rampas están desgastadas o no tienen antiderrapante, por lo que es más fácil caerse.
Personas con discapacidad sin protección
Carlos Zayas Molina, presidente de la asociación Discapacitados al Servicio dijo que en Baja California existe una ley y reglamentos que regulan la construcción de rampas para garantizar la accesibilidad, pero actualmente es “letra muerta” pues ninguna autoridad vigila su cumplimiento.
Desde su punto de vista la sociedad no está preparada para atender y respetar a las personas con discapacidad.
“No existe una mano dura, a cualquier persona que construya una casa o un establecimiento le da igual”, comentó.
Zayas Molina agregó que no existe un reglamento que respalde a las personas con discapacidad cuando sufren un accidente debido al mal estado de las rampas.
Carlos es una persona con discapacidad motriz y utiliza silla de ruedas para transportarse; además, es cantante y forma parte de una agrupación versátil.
Hace meses, durante una presentación, tuvo dificultad para subir al escenario, por ello, desde entonces carga con rampas móviles que utiliza para acceder a cualquier lugar.
El presidente de la asociación explicó que construir más rampas en la ciudad es financieramente más económico, ya que se requiere menos material de construcción, pero además beneficia a la comunidad.
“Que construyan buenas rampas bien hechas no solo nos ayuda a nosotros, sino a toda sociedad”, señaló.
Mencionó que inevitablemente todas las personas llegaran a una edad en la que se verá reducida su movilidad, por ello es necesario que existan rampas e infraestructura adecuada en la ciudad.
“Tarde o temprano seremos viejos, personas con discapacidad o ambas”, apuntó.
Finalmente, Carlos Zayas Molina manifestó que mientras no exista en el gobierno alguien que entienda a las personas con discapacidad, seguirán sin ser atendidos.