En el Centro de Ciudad Juárez, el trabajo se mezcla con el buen humor de uno que otro chiste para alegrarle el día a los fronterizos. Los protagonistas de este espectáculo son los payasitos Nene y Henry, la payasita Tryxy y la pintacaritas Vanny.
Los cuatro artistas se instalan en la Plaza de Armas, justo enfrente de Catedral con sus pelucas de colores vibrantes, al igual que sus trajes coloridos que los caracterizan y que atraen las miradas curiosas de quienes pasan alrededor.
Nene y Henry, con sus narices rojas y zapatos grandes, hacen carcajear a la gente que va caminando y que escuchan el espectáculo.
Tryxy, la más pequeña del grupo, añade el toque de ternura durante el show. Mientras que Vanny con su pincel mágico va alegrando la cara y los corazones de niños y niñas que se forman para que les alegre su rostro.
“Para mi ser payaso es la vida misma, porque yo fui en aquellos tiempos niño de la calle pidiendo un taco, pidiendo para comer, para sobrevivir … Se burlaban mucho de mi voz y ahora esta voz es la que hace reír mucho a la gente”, platica Nene.





El grupo de payasitos suele colocarse en la Plaza del Armas en la zona Centro / Fotos: Aimé Salinas
Para ellos ver reír a la gente es un gozo, además de la satisfacción que les da que les pidan una foto.
“Me hacen sentir en la nube. Me hacen sentir alguien importante, me hacen sentir bien”, comenta.
Henry, es un payaso oriundo de Colombia, llegó a esta frontera en el mes de diciembre, pero ha encontrado una familia postiza que le ha dado una acogida cálida.
“Yo cuando llegue acá la gente no me daba trabajo, pues poco a poco, con el apoyo de ellos ya estoy saliendo adelante”, dice.
La pintacaritas Vanny cuenta que estos espectáculos funcionan para pasar un rato agradable en familia y dedicarles tiempo a los niños, ya que se convertirán en recuerdos agradables para papás e hijos.
“Los invitamos a toda esa gente de Ciudad Juárez que venga, que les den tiempo a sus niños, acá vienes te ríes con la familia”, agrega Henry.
Más que un simple espectáculo, el payasito Nene y sus compinches invitan a compartir y a reír juntos, con el fin de crear recuerdos que perduren en el corazón de cada familia.
Incluso en medio de la rutina, los motivan a que busquen un espacio para unirse a la magia de la risa y que los adultos, también se conviertan en pequeños otra vez.
“(Queremos) que salgan de esas cuatro paredes. Se agobian, piensan mal, yo le digo a esa ‘people’ que salgan, que se vengan un ratito aquí. No es un parque, pero es una sala de la risa. Yo le llamo así, sala de la risa porque vienen y se sientan y se ponen a reír con nosotros y ellos por amor a nosotros, pues nos regalan una moneda”, sentencia Nene.