Con mil 778 metros sobre el nivel del mar, el llamado Cerro Bola es el punto más alto de Ciudad Juárez, parte del territorio identitario original de la comunidad Ndé (mal conocida como Apache) y punto frecuente de senderistas de la localidad.
Sin embargo, teniendo la importancia que tiene para la flora y fauna e incluso para la historia de los pueblos originarios de la región, una leyenda que reza “LA BIBLIA ES LA VERDAD. LEELA”, se ha robado la atención de las personas, quienes suelen defenderla como icono de la localidad pese al daño ecológico que le ocasiona a la misma.
Lo anterior fue expuesto por el activista y vocero de la agrupación “Defensa del Río Bravo“, Damián López Peña, quien señaló que ésta es sólo una de las diferentes acciones que se encuentran dañando la Sierra de Juárez.
El activista adelantó que entre las acciones que se plantean es solicitar que se realice una consulta pública para preguntarle a la ciudadanía si desea hacer de la Sierra Juárez un área natural protegida, pasando así a la custodia de la Federación.
“También está lo de la construcción de la cementera, la construcción del Camino Real y luego la mala noticia de que pretenden hacer un complejo industrial por el área de Anapra”, comentó.
Dijo que en el caso del Cerro Bola, en diversas ocasiones los ecologistas han pugnado por retirar los permisos y no permitir que se siga retocando el famoso letrero hecho de cal.
Incluso hasta circuló en redes una publicación que aseguraba que esta leyenda ha permanecido en dicho lugar por más de 34 años.
Y cada 4 años, grupos de religiosos se reúnen para retocar las letras, teniendo cada una de ellas una altura de 30 metros.
Se dice que el autor es Gerardo Bermúdez y que su realización ha evitado que mucha gente se suicide tras leer el mensaje.
“La gente siente ahora más arraigo por un letrero que por la misma Sierra de Juárez”, mencionó el ecologista.
La colocación de cal a los árboles fue una práctica que se popularizó en la llamada “Revolución Verde”, alrededor de la década de los cuarentas, debido a que se creía que esto impedía que las plagas avanzaran por los troncos de los árboles.
No obstante, añadió Damián, después se comprobó que el efecto era el contrario, las plagas permanecían, especialmente en la costra encalada del árbol.
“La cal alcaliniza, lo alcalino es lo contrario a lo ácido, el suelo del desierto por su composición natural es ya de por sí muy alcalino, así que la cal le provoca mucho daño”, explicó.
Archivos periodísticos indican que el 1 de septiembre del 2018, el entonces alcalde Armando Cabada Alvídrez, hubiera acudido junto a un grupo de religiosos para realizar un retoque a estas letras.
En ese entonces se anunció que pretendían romper el Récord Güines como la invitación más grande a leer la Biblia, sin embargo, nunca se dio a conocer si esto fue posible.
Hubo expresiones de inconformidad entre los grupos de activistas locales, pero al respecto, el coordinador de la actividad de retoque, el pastor evangélico Gabriel Andavazo, declaró para el medio de comunicación “Evangélico Digital” que después de más de 30 años era imposible medir cualquier impacto de forma retrospectiva.
En esa entrevista, él aseguraró que “está demostrado que la pintura con cal es inocua al medio ambiente y que quienes realizan el mantenimiento periódico cada dos o tres años se cuidan de no estropear nada, aunque esta zona es de flora y fauna desértica muy resistente”.
Aunque se pormenoriado esta zona natural, el Programa de Ordenamiento Ecológico Territorial del Municipio de Juárez (POET), documento realizado en el 2015 por el Colegio de la Frontera Norte (Colef) y por el Municipio, establece que existen cinco zonas de prioridad ambiental para la ciudad, entre ellas, la Sierra de Juárez.
Lo anterior debido a que ésta es una zona de filtración de agua, la cual coincide con el acuífero somero del Río Bravo y el Bolsón del Hueco.
El documento refiere también que en la sierra hay cerca de 15 especies de cactáceas, así como habitan 17 especies de reptiles y otras especies de mamíferos como el coyote, el gato montes, el tejón y el puercoespín.
Éste último se encuentra en peligro de extinción, de acuerdo con el artículo científico “Nuevo registro de distribución del puerco espín del norte Erethizon dorsatum en Chihuahua, México”, realizado por investigadores de la UACJ.