La naloxona, un medicamento que revierte los efectos de una sobredosis por opioides, se convirtió en una herramienta esencial para salvar vidas en Ciudad Juárez, donde los propios usuarios de drogas inyectables son quienes administran este antídoto en casos de emergencia.
David Montelongo, coordinador de proyectos y representante legal de Programa Compañeros, informó que, en los últimos meses, esta tendencia se ha repetido en muchas ocasiones, pues ni autoridades ni personal médico han utilizado el medicamento para salvar una vida.

El activista explicó que la organización opera bajo el enfoque de reducción de daños, una estrategia de salud pública que busca disminuir los riesgos asociados al consumo de drogas en lugar de criminalizar o estigmatizar a quienes las usan.
Expuso que la organización juarense, con 39 años de trabajo continuo, realiza recorridos de alcance comunitario, donde el personal de la organización distribuye naloxona junto con otros insumos de salud en zonas donde han documentado que existen más consumidores.

En este sentido, la distribución de naloxona (conocida comercialmente como Narcan) forma parte de un esfuerzo por brindar atención inmediata a personas activas en el consumo y, al mismo tiempo, impulsar cambios personales, comunitarios y de política pública.
Dijo que, a pesar de que el número del uso de este medicamento es variado, en ocasiones pueden ser hasta tres por semana y en otras hasta 20 en el mismo periodo. Sin embargo, para la organización, lo que importa es que su uso significa una vida que fue salvada.
Montelongo subrayó que quienes salvan vidas no son sino las propias personas usuarias de drogas inyectables, por lo que la falta de disponibilidad del medicamento en instituciones públicas, deja la respuesta de las sobredosis en manos de quienes conviven directamente con los riesgos del consumo.
Agregó que, además de la naloxona, Programa Compañeros realiza acciones de prevención, detección y atención del VIH, ya que el uso de jeringas compartidas es una de las principales vías de transmisión del virus.
“En una semana nos pueden reportar de todos los sitios que recorremos, tal vez el uso de dos o tres naloxonas que pues significa que dos o tres personas esa semana se salvaron de morir por una sobredosis, pero también ha habido temporadas donde hemos nos han reportado 15 o 20 naloxonas que se utilizaron en una semana. Significa que 15 o 20 personas en esa semana se salvaron de morir. ¿Quiénes administran la naloxona y salvan vidas? Son los usuarios”, dijo David Montelongo, coordinador de proyectos de Programa Compañeros
Por ello, sus campañas incluyen el intercambio de jeringas estériles, la entrega de preservativos y la educación sobre prácticas seguras, indicó.
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También que la labor de la asociación civil también busca transformar la percepción social sobre las personas que usan drogas, pues la mayoría de los consumidores o ex consumidores viven con un estigma.
Añadió que la reducción de daños no sólo se trata de salud individual sino de justicia social, por lo que la organización también consiste brindar dignidad a poblaciones más vulnerables, en una ciudad donde la violencia y el consumo problemático suelen cruzarse con la falta de atención institucional.