Los anaqueles colocados dentro del albergue municipal “Kiki Romero” son utilizados, en su mayoría, por los migrantes procedentes de países como Cuba.
Cerca de ocho personas acuden diariamente para hacer uso de los libros que se encuentran en el lugar y les sirve de distracción además de garantizar uno de los derechos que tienen los migrantes, que es el acceso a la cultura.
“La mayoría de las personas que la utilizan, con un promedio de dos horas de lectura al día, son aquellos que provienen de países que tienen mejores políticas públicas de cultura y educación, como lo es Cuba”, dijo Santiago González Reyes, titular de la dependencia.
En el lugar pueden encontrar libros de historia, derecho, geografía, psicología, literatura, autoayuda, novelas, enciclopedias, entre otros, indicó.
Además de la biblioteca el albergue también cuenta con un programa educativo, y próximamente se implementará un taller de lectura con nueve dispositivos móviles donados por la organización estadounidense “Abara Borderland Connections”.