Luego de los incidentes de violencia registrados durante el jueves pasado, cientos de restaurantes optaron por cerrar sus establecimientos con el fin de resguardarse, donde las pérdidas económicas son incuantificables.
Cristina Cunningham Hidalgo, presidenta estatal de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), señaló que en esta frontera son alrededor de 4 mil 600 unidades de restaurantes, así como una gran mayoría permaneció cerrada por lo menos el viernes.
Recalcó que se trató de una decisión que tomaron los propios restauranteros la noche del jueves ante la falta de respuesta por parte de las autoridades, ya que tanto la gobernadora, María Eugenia Campos Galván, como el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, dieron un mensaje público a través de redes sociales hasta casi la medianoche.
Mencionó que cada negocio tuvo pérdidas de diferente manera, pues quienes decidieron cerrar por completo tuvieron pérdidas del 100 por ciento durante el viernes.
Quienes abrieron de manera parcial registraron pérdidas de entre un 80 y 90 por ciento, en comparación con las ventas del viernes anterior pasado.
“Estamos hablando de la venta y, por supuesto, sus gastos no cambiaron”, añadió.
Dijo que algunos buffet que abrieron el viernes, optaron por preparar menos alimentos, aunque sus gastos se mantuvieron iguales y terminaron con ventas de un 10 por ciento comparado con el viernes anterior.
Comentó que, para el sábado, la mayoría de los negocios ya estaban abiertos en los horarios habituales. Sin embargo, en los establecimientos se observó poca afluencia, mientras que el domingo estuvo más concurrido.