Siempre habrá días buenos y malos en nuestras vidas. El 12 de julio fue un día triste. A las 7:30 de la mañana del 13 de julio (hora de España) nos despertó nuestra hija dándonos una muy mala noticia. Ella lloraba y no alcanzaba a comprender bien qué quería decirnos.
Casi al mismo tiempo, la llamada de un buen amigo (Gerardo) sonó en mi teléfono, no sabía el por qué sonó. Me encontraba a esas horas en Santiago de Compostela, con un horario de 8 horas de diferencia con Ciudad Juárez. Una llamada de escasos segundos, le dije que no sabía de qué me hablaba, lo poco que comprendí se lo dije a Gladys, mi esposa. Otra llamada a mi hija para tratar de consolarla.
Tarde cerca de una hora viendo los mensajes que me enviaban amigos y conocidos. No sabía con exactitud los mensajes que en redes sociales se compartían. Aclarando puntos, confirmando una noticia que fue una pesadilla, un despertar que no le deseo a nadie.
A las pocas horas, Paty, la hermana de Abraham me decía que estaba viendo los mensajes, también el cambio de horario la había sorprendido, estaba de viaje también en el viejo continente. Fue un día muy difícil, porque cuando un amigo se va no hay palabras que puedan sofocar el dolor interno que se tiene en el alma.
Por si no lo sabían, Abraham me invitó a hacer el examen de admisión al doctorado, lo cual acepté y nos convirtió en “roommate”.
El primer sábado de julio de este año abrimos juntos nuestra última botella de vino… no sabía que iba a ser la última que compartiría con él.
Ese sábado 2 de julio, jugaron las Chivas del Guadalajara contra Los Bravos de Ciudad Juárez… no lo vimos juntos, pero lo comentamos, fue un empate que le dio ánimo a una afición de corazón. Tuvimos la fortuna de ver decenas de juegos juntos: México contra Argentina en Los Ángeles, California; Pumas – Bravos en el estadio Universitario; Chivas en Guadalajara contra otro equipo que no recuerdo, así como en el Azteca entre el América y otro equipo… claro los de Bravos en varias temporadas completas… lo que son las cosas y su gran amor por la camiseta de casa, su última publicación en Twitter fue la llegada de Fox Sport como patrocinador del equipo para sus transmisiones.
Quedaron pendientes viajes a la ruta del vino en Ensenada, por la pandemia, donde además convivimos por semanas ya fuese por motivos académicos o bien por visitas a los amigos y familias.
Tus cenizas están en Juárez, nos impactó tu ida, quedaron cosas pendientes: pintar la escuela como te la entregaron, la biblioteca del doctor Orozco para Juárez, trataré de cumplir tus últimos deseos, como siempre, estaré agradecido por la gentileza de tus palabras.
Recuerdo cuando me distancié, al inicio de tu administración, decían que te hacía sombra y dijiste con otras palabras ¿Qué habías hecho? Te comenté: nada, es sano respetar tu lugar y espacio. Dijiste: no hagas caso, te necesito a un lado. Me hablabas casi a diario, cosa que nunca lo comenté o recuerdo haberlo dicho, pero eso me compromete más con la universidad y con tu proyecto… fueron 5 años y 11 meses de acomodarte en un proyecto al que me
invitaste. Sin dudas acepté de inmediato sin pedir nada a cambio, me ofreciste una secretaría y te dije que no, que te ayudaba desde fuera… así fue con varias crisis, a las que me pediste consejo, apoyo… otras veces me diste comisiones para tareas académicas, siempre me preguntaba ¿Cuando va acabar? Hace un par de meses decía ¡ya mero!, necesitaba descansar un poco… pero no quería ni supuse nunca que fuera así… sé que diste lo mejor de ti, sobrehumana tu actividad sin descanso por mejorar los indicadores de calidad de la Facultad… misión cumplida Abraham, tu recuerdo va a quedar en la historia de nuestra Universidad y de nuestro estado.
Tus logros son significativos y dejaste la vara demasiado alta para tus sucesores: primer cuerpo consolidado del área, los primeros SNI de la Facultad, los primeros siempre en una serie de indicadores con los que tu familia, tu esposa y tus hijos, así como tus padres, tu hermana, familiares y amigos estarán orgullosos de lo que conseguiste como persona.
Gaby, Isabela y Luciano tuvieron un esposo y padre ejemplar. Dejas una familia que seguro nunca van a olvidar los buenos momentos, con esos nos quedamos ya que mientras duré tu recuerdo siempre estarás en nuestros corazones. Gracias por tu amistad y seguro estoy que un día próximo estaremos juntos en el lugar que Dios nos tiene reservado en el cielo desde donde observas a tu familia, a tus amigos y en especial a tu esposa e hijos.
Gracias amigo por que cuando un amigo se va no hay palabras para el consuelo… te lloramos. Descansa en paz Abraham, amigo querido.