Una noche de mayo de 1947, es decir, hace 74 años, vecinos de la colonia San Antonio se encontraban haciendo su vida normal, arreglando las cosas para retirarse a descansar, algunos quizá en torno a la mesa cenaban en familia.
Sin embargo, todas las actividades se vieron suspendidas cuando repentinamente un estruendo azotó la tranquilidad de lo cotidiano en forma repentina.
Los muros de casas, edificios y diversas estructuras temblaron ante él, algunas ventanas no soportaron el impacto y se rompieron en mil pedazos al momento, la gente aterrorizada se preguntaba que pasó, incluso se sucitaron accidentes de tránsito en medio del repentino caos.
Ese 29 de mayo de 1947, a las 8:30 de la noche, un cohete cayó en Ciudad Juárez, muy cerca del Panteón Tepeyac, y los hechos tras esto jamás fueron del todo claros.
Se trataba de un cohete bomba de origen alemán debominado V2, el mismo había sido lanzado como prueba en conjunto con científicos del vecino país, la idea era utilizar este modelo en contra de Inglaterra.
Se trataba de una operación militar llamada “Paper Clip” y se desarrollaba en el periodo que hoy conocemos como Guerra Fría, después de la Segunda Guerra Mundial.
Fue hasta dos días después cuando la prensa, a nivel nacional, informó a las personas acerca de esta prueba y como un error de cálculo en el mecanismo que daba la dirección desvió la misma y terminó cayendo en este lugar, rodeado de casas y negocios.
El error había sido tan caótico, que ni siquiera ellos sabían dónde había caído el cohete que acababan de lanzar y les llevó tiempo descubrirlo.
Mucho tiempo después se comentó que el interés de los norteamericanos en probar este artefacto, era decifrar aquellos conocimientos que luego les llevarían a conquitar la luna.
Este artefacto, se dice, tenía un peso de más de cuatro toneladas y volaba a una velocidad de 19 kilómetros por minuto, y había caído en este punto menos de 10 minutos después de haber sido lanzado por la base militar con el nombre White Sands, la cual estaba ubicada en el estado vecino de Nuevo México, luego de perder el rumbo.
La página de Facebook Juárez en Postales, a través de una crónica acerca del suceso, recuerda que en ese momento no existían redes sociales ni tampoco la inmediatez de los medios de comunicación como los conocemos ahora.
Y debido a eso, muchas personas pensaron que este era el fin del mundo, las personas asustadas salieron de sus casas para arrodillarse y pedir clemencia al cielo, otros pensaron que se trataba de una bomba atómica, pues en ese momento estaba muy reciente lo ocurrido en Hiroshima y Nagasaki.
“En mis recuerdos tengo registrado solamente que era mayo por la tarde, andabamos jugando frente a la casa en que viviamos en ese tiempo por la calle Colón, entre la avenida Juárez y la ferrocarril.
Fue tanto el susto, pues comenzaron a llegar, por el puente de la avenida juárez, jeeps y apagadoras de el fort blis, todos los niños nos asustamos y decian que ya nos estaban invadiendo, ya que apenas se habia terminado la guerra mundial.
Despues íbamos de paseo con mi tía Belén que vivía por la calle libertad y con mis primas ibamos a ver donde cayó la bomba”, relata una usuaria en Facebook con el nombre de Martha Elena Reyes Lomelí.
Después, con el pánico disipado por el paso de las horas, muchos curiosos llegaron a orillas de este panteón, que en aquel entonces quedaba fuera de la mancha urbana, para apreciar el gran cráter que quedó tras la caída de este artefacto.
En el sitio reddit.com, usuarios incluso recuerdan que algunos mexicanos intentaron recolectar algunas de las partes desprendidas de la estructura para venderlas, cuando fueron sorprendidos por los soldados que fueron a resguardar el área.
Este no se encontraba cargado con material explosivo, sin embargo, logró una zanja de al menos 25 metros de diámetro y 8 de profundidad.
Estados Unidos de Norteamérica se llevó los restos del cohete, pidió disculpas oficiales a México por lo sucedido, y pagó los daños ocasionados por el incidente.