La historia de los Indios de Ciudad Juárez refleja una pasión inquebrantable, a pesar de 23 años sin un campeonato. La lealtad de la afición persiste y la esperanza de un nuevo triunfo sigue siendo el motor que llena el Estadio Juárez en cada temporada.
Fundados hace casi 100 años, el equipo fronterizo ostenta 11 campeonatos en la Liga Estatal de Béisbol (LEB), pero su última victoria se remonta al año 2000.
“La Tribu”, como se les conoce, cuenta con una base de seguidores leales que, en cada torneo, se mantiene firme, apoyando y coreando: ¡Vamos, Indios!

Antonio Acuña, oriundo de Ciudad Juárez, tiene 40 años y es aficionado de hueso colorado al béisbol. Platica que su amor por el equipo nació cuando tenía 10 años, ya que su papá lo llevaba a ver los partidos.
Ahora, comparte su amor por el béisbol en familia, llevando a su esposa e hija a cada juego que se realiza en el Estadio Juárez para respaldar a “La Tribu”.
El hombre guarda en su memoria el recuerdo del último campeonato, el cual le tocó ver al lado de padre y de su tío, y aunque ese entonces no entendía el significado de un campeonato, su primera vivencia sobre ese día es un estadio lleno de aficionados.
Reconoce factores como la suerte y la falta de continuidad como obstáculos para otro campeonato, señalando la importancia de emular procesos exitosos de otros equipos.

“Yo creo que la clave del éxito es la continuidad, y para ello, necesitamos que el proyecto que tiene el equipo de indios siga. Lo veo en Delicias, Delicias no fue campeón de la noche a la mañana, si no tuvieron un proceso entonces posiblemente Juárez necesita emular ese proceso con continuidad y reforzar lo que son las posiciones que creo que ya están detectadas y se pueden mejorar con jugadores tanto locales o foráneos”, comenta.
A pesar de la larga espera, Antonio mantiene la esperanza de que los Indios recuperarán la gloria.
En el estadio, la canción “Aquel Amor” resuena como un himno, recordando el último título en 2000 mientras los aficionados anhelan un nuevo triunfo.
“Es algo extraordinario el poder escuchar cantar en el estadio al mismo son la canción de aquel amor y en mi persona, pues para mí es más especial porque lo comparto con mi esposa y mi hija (…) Es algo muy bonito y el éxtasis de adrenalina que se vive cuando se canta la canción, pues es algo que no se describe con palabras, sino que se siente”, platica.
Antonio describe la experiencia de escuchar la canción como “extraordinaria”, compartiéndola con su familia. A pesar de los años sin un campeonato, el estadio se llena en cada torneo, evidenciando la lealtad y nobleza de la afición juarense.
“Yo le podría decir al equipo que son unos privilegiados de poder vestir el uniforme de los Indios. Muchos no tuvimos la fortuna ni el talento para poder jugar béisbol, ellos sí. Entonces que lo hagan por ellos mismos, por sus familias, por la gente que se fue y ya no está con nosotros y se quedó esperando a Indios campeón, pero, sobre todo, que lo hagan por esa afición que tanto los respalda y tanto los apoya”, sentencia.