Cantando con porte en el Centro de Ciudad Juárez. Una mujer de cabello largo y negro, ostenta unos lentes obscuros y un sombrero adornado como corona en su cabeza. Trae cadenas largas y brillosas y unos aretes grandes exhiben su extravagancia.
Viste un traje tipo “Zoot” que muestra la elegancia que caracteriza a un “Pachuco” y para a completar su atuendo, unos zapatos blancos que resaltan cada paso que da al momento de bailar.
Orgullosa de ser una mujer pachuca y bailar al son del Jazz y al ritmo del Mambo, Verónica Rocha es oriunda de Ciudad Juárez, pero también es conocida como la maestra por impartir clases de baile.

Para Verónica el ser pachuca significa un legado que se lleva en la sangre y que ha ido de generación en generación.
Mencionó que le hubiera gustado vivir en la década de los cuarentas y cincuentas (época de sus abuelos) y poder disfrutar de aquellos tiempos.
“Es nuestra pasión el baile y el canto, entonces es como algo que ya traes en la sangre. Es como tu vivir, es como una comida y hay que alimentar al cuerpo de eso”, contó.
Recordó que ella aprendió a bailar con sus abuelos, papás y tíos en las reuniones familiares, aunque ellos ya fallecieron, Verónica sigue manteniendo la cultura pachuca en su vida.
Uno de los personajes que se ha convertido en un símbolo para los pachucos en Ciudad Juárez es Germán Valdéz, mejor conocido como “Tin Tan” y que existe un Museo de la Frontera (MUREF), donde varios pachucos asisten para ensayar sus bailes y hacerle homenaje al difunto comediante y actor mexicano.
“Yo recuerdo que mi abuelo se sentaba en un banquito que él hizo de madera y se ponía a ver las películas de ‘Tin Tan’ y todo eso se le graba uno. Es un personaje muy importante en nuestras vidas y pues creo que dejó algo muy bonito también él, es un gran artista el ‘Pachuco de Oro’ y nadie se le compara, nadie”, comentó.
Todos los recuerdos que tiene sobre sus presentaciones en el MUREF son bonitos; observar cómo la gente aplaude, sonríe y canta junto con ella la han marcado en su vida como pachuca.
“Es una experiencia diaria, es una experiencia inolvidable, quizás ya cuando nosotros no existamos aquí en esta tierra, pues nos van a recordar un poquito, ¿verdad? Me imagino que así va a ser, porque nosotros lo que venimos es hacer pasarles un rato alegre o divertido a la gente y que recuerden sus antepasados.
Hay mucha gente que viene y nos dice, ‘ay, sabes que esa canción me recuerda a mi hijo que ya murió’ o ‘con esa canción conocí a mi marido’, o sea, siempre la gente viene y nos motiva con un comentario” mencionó.
Aunque Verónica se tomó un descanso en su estilo pachuco, en el 2016 decidió retomarlo.
Para ella, ser pachuca no es una moda, sino una identidad arraigada que le dejó su familia y que complementa su manera de ser única.
En cada presentación disfruta compartir con sus compañeros y poner en alto la cultura de las y los pachucos.


