Angélica Villegas / Circuito Frontera
Luego de que el pasado 10 de noviembre la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) declarará que, en un divorcio, la persona que se dedicó al cuidado del hogar y los hijos podrá percibir el 50 por ciento de los bienes, pese a que el matrimonio se realizará bajo el régimen de bienes separados.
Al respecto, activistas sociales y derecho-humanistas manifestaron que se trata de un avance en la defensa de los derechos de las mujeres, sin embargo, aún se cuenta con obstáculos, ya que sólo se podrá acceder a través de la contratación de un abogado con experiencia en el tema de género.
También en el caso de las personas que tienen carencias o dificultades económicas, pues representa el gasto para poder llevar a cabo el juicio.
Yadira Cortez, integrante de la Red Mesa de Mujeres, manifestó que el pasado la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), fue un logro para las mujeres, pues se encuentra por encima de la legislación local.
“Es un avance muy importante que consideramos las defensoras de derechos humanos, que, una vez que en un divorcio se dé una separación, la mujer pueda tener acceso al 50 por ciento de lo producido dentro del matrimonio”, dijo.
Expuso que existe una división sexual del trabajo: el hombre va a la calle y trabaja, pero ese hombre tiene un trabajo previo en su cuerpo, pues va con ropa limpia, alimentos preparados y duerme en una cama aseada, pero ese trabajo no se paga.
Recalcó que a pesar de que la solución de la SCJN es un paso para avanzar en los derechos de las mujeres, este derecho no será accesible para todas, pues para adquirirlo se requiere de un abogado y contar con especialistas en perspectiva de género para que sepan manejar estos casos.
Mientras que Ileana Espinoza Segovia, trabajadora social del Centro de Derechos Humanos Paso del Norte, el cuidado de los hijos es un trabajo, no remunerado, pero lo es.
Mencionó que en este sentido, el Estado no asume como trabajo las actividades que realizan las mujeres en el hogar, sin embargo, generalmente son las mujeres quienes tienen que desempeñar estas labores.
En contraparte, consideró que se debería hacer un estudio para conocer cuántos hombres están encargados al cien por ciento de los hijos y del cuidado del hogar.
“Si una mujer está al cuidado de los hijos y está al pendiente del cuidado de la educación, tiene derecho a recibir una pensión, porque ella estuvo prácticamente todo el tiempo apostando porque el futuro de su pareja mejorara sin que sea visible el trabajo que ella realizó”, manifestó.
También, la diputada Isela Martínez Díaz, del Grupo Parlamentario del PAN, consideró que es importante reconocer la labor doméstica y de la formación de ciudadanos que se realiza desde casa, ya que son actividades generosas y de apoyo a la familia, por lo que merecen ser compensadas en el caso de un divorcio o una separación entre cónyuges.
Explicó que este trabajo generalmente recae en las mujeres, así como representa una gran responsabilidad, pese a que muchas ocasiones obstaculiza el crecimiento económico y profesional de quien lo realiza.
“Yo creo que la labor más loable, más importante que puede realizar una persona es la formación de otro ser humano y existen muchas mujeres que realizan esta actividad de manera generosa, como complemento y apoyo a la familia, y en casos como un divorcio se quedan sin nada”, declaró.
Mencionó que esta responsabilidad de cuidar a las hijas e hijos después de una separación, vuelve más vulnerable a las personas, al momento de encontrarse en una situación donde no tienen una vivienda propia, una fuente de ingreso o bienes de los cuales puedan disponer.
Lo anterior, durante su participación en la vigésima cuarta sesión ordinaria del Congreso del Estado, en donde la legisladora se sumó a una iniciativa presentada que busca reformar el Código Civil del Estado de Chihuahua, para implementar un mecanismo que ayude a lograr la igualdad de derechos y obligaciones entre cónyuges.
Esta iniciativa tiene la intención de que se mejoren las situaciones en el caso de las mujeres que se dedicaron a labores domésticas, de crianza y por ello no pudieron llevar desempeñarse en un trabajo remunerado, lo cual las deja en visible desventaja en el caso de un divorcio.