** Entrevista realizada por Gustavo Cabullo Ser Visible **
Un deseo de superación y una constante necesidad de cambio fueron las bases para la determinación de Julio Ernesto Pérez, misma que lo llevó a hacer algo distinto con su vida.
“A los chavitos se les dice que ‘qué bueno que estudian ingeniería, porque hay muchas maquilas’, lo que no saben es que es un ambiente muy pesado”, platica.
Actualmente maneja su propia empresa y ha viajado diversos lugares del mundo en busca de conocimiento y especialización.
Todo comienza para el cuándo ingresa a la educación media superior, pues contrario a la expectativa de su familia, el decide que desea ingresar a lo que entonces era conocido como la mejor escuela de la ciudad, la Preparatoria de El Chamizal.
“Mis papás no querían porque quedaba lejos de casa, ellos trabajaban y no podían llevarme, yo no tenía carro”, comentó.
Aunque desde entonces estaba en él su deseo de estudiar fuera del país, estando en frontera quiso probar suerte en El Paso Texas, por lo que salió de la escuela e intentó terminar el bachillerato en aquella ciudad.
No obstante, la falta de una vivienda y de recursos para prevalecer en aquella ciudad, lo hicieron regresar a Juárez, teniendo que terminar sus estudios en el Instituto Chihuahuense de Enseñanza Abierta.
“Tuve que trabajar en un Applebees, es una de las etapas más cargada emocionalmente de mi vida, porque descubrí que la gente era mala, que abusan de tu nobleza e ignorancia”, señala ahora, luego de haber pasado por la experiencia de haber tenido que dormir en albergues en otro país y luego regresar y tener que pagarse sus propios estudios.
Pero la decepción no lo hizo declinar, y entre todas las opciones para continuar con su preparación profesional, decidió ingresar a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, al programa de Ingeniería Industrial y de Sistemas.
En este lugar, dijo, tenía la facilidad de que, al mantener calificaciones de excelencia, sólo pagarían 89 pesos por inscripción, es decir, una cuota simbólica, que debido a las dificultades económicas que estaba pasando le sentaba bien.
Sin embargo, si interés por conocer más allá de las fronteras nunca se fue, y a mitad de la carrera conocía un programa de intercambio para terminar sus estudios en Francia, en donde termina la ingeniería y realiza su tesis.
De regreso, debe cursar solamente dos materias más, y aunque se siente decepcionado porque, a su juicio, no obtuvo la proyección que obtuvieron sus demás compañeros, en el sigue latente la necesidad de destacar.
Por ello, decide realizar un posgrado, y es galardonado con la Beca Chevening, la cual le permite estudiar la Maestría en Ciencias de Big Data and Text Analytics, por la University of Essex, en Reino Unido, de la que también se tituló el Dr. Rodolfo Neri Vela, primer astronauta mexicano en volar al espacio exterior.
Ahora, recientemente graduado, cuenta con su propia empresa de Big Data, dedicada a organizar los datos de empresas u organismos para que estas se ocupen de otros proceso creativo de trabajos de investigación o de cualquier tipo.
Julio pide a las personas jóvenes a mantener escritas en una libreta todas las cosas que deseen realizar, a que utilicen el miedo como una fuerza que les impulse a conseguir lo que desean, y a reconocer sus talentos en base a lo que consideran les es sencillo, les desarrolla la creatividad y les hace destacar.
“Siempre he sido muy luchador y muy claro, nunca he dicho que ya no tengo ambición, el deseo de buscar algo más y llegar a ese punto es el deseo de perseguir algo mejor, de no conformarme, siempre hago la pregunta ¿Qué necesito para estar ahí?”, expresa.