No son humanos, pero cuentan con días buenos y malos, desarrollan habilidades de búsqueda que podrían superar las de cualquier investigador y, al final del día, su labor fue sólo un juego para ellos.
Se trata de los agentes caninos entrenados K-9, cuyo servicio son requeridos y altamente valorados en la búsqueda de drogas.
Esteban Vázquez, de 35 años, es un entrenador e inspector canino con 6 años de experiencia, quien trabaja con una empresa transportista de la localidad.
Explica que en este lugar, los dones de los perros entrenados son utilizados para la búsqueda de drogas y armas en las unidades de transporte.
“Los K-9 ya vienen hechos, entrenados para que busquen lo que sea, anfetaminas, cocaína (…) ellos me motivan a venir cada día, me divierto con ellos”, expresó.
En esta unidad de inspectores hay 16 agentes caninos, qué en medio de sus búsquedas durante la jornada diaria, toman descansos en los que se dedican a jugar y divertirse entre ellos.
Al entrenador le proporcionan un equipo básico de protección, que incluye desde guantes y hasta juguetes para poder llamar la atención de los perros.
Enrique Domínguez, inspector del área, explica que tiene 19 años trabajando en la misma compañía que Esteban.
En esta, dijo, se dedican a la entrenar personas para que a su vez puedan entrenar y trabajar con agentes caninos.
Respecto a estos, especifica que existen dos tipos de agentes perrunos, los que tienen un solo propósito, y los que tienen dos a la vez. Los primeros se dedican sólo a olfatear, mientras que los segundos olfatean, pero también pueden defender y atacar.
“Además, todos los días les hacemos una prueba de eficiencia, para saber si tienen ganas de trabajar; como todos los seres vivos tienen días buenos y malos, el día que a lo mejor no tienen ganas, necesitan descansar o se sienten enfermos, son relevados por algún otro compañero”, explicó.
En lo relacionado a los entrenadores, dijo que se requería de tener mucha paciencia, buena actitud y sobretodo empatía con los animales.
Esteban reitera que, al finalizar el día, su trabajo formal se convierte en su actividad favorita, pues se siente bastante feliz de poderse comunicar con los perros, y sentirse comprendido por ellos.