Eran alrededor de las 3 de la tarde de un 24 de diciembre de 1912, un hombre vestido de doctor logró escabullirse entre el gentío de las visitas de la prisión.
Nadie pudo reconocer que se trataba de uno de los que estaban ahí presos, pues estuvo fingiendo no ser él para poder escapar; mucho menos se dieron cuenta que no se trataba de cualquiera de ellos, sino del mismísimo Pancho Villa.
Entonces, un día como hoy, pero de hace 110 años, el caudillo logró esta hazaña.
¿Cómo llegó Pancho Villa a la prisión de Santiago de Tlatelolco?
Durante la Revolución Mexicana, la prisión de Santiago de Tlatelolco, la cual originalmente era un convento, albergó a cientos de presos políticos.
Al principio Pascual Orozco, Pancho Villa y Emiliano Zapata, se unieron a Francisco I. Madero para derrocar al entonces presidente Porfirio Díaz.
No obstante, en algún momento Zapata y Orozco no obtuvieron lo que deseaban de esa alianza, así que se levantaron en armas contra Madero.
Éste último decidió recurrir a Victoriano Huerta y, como también desconfiaba de Pancho Villa, Madero prefirió probarlo a él, dejándolo bajo órdenes de Huerta.
Ambos tenían una buena relación, pero un día, Tomás Urbina, quien era amigo de Villa, saqueó una hacienda, despojándola de dinero, armas y caballos.
Huerta quiso fusilarlo, pero Villa intervino. De ahí empezaron los conflictos, hasta que Villa prefirió retirarse, lo que provocó que Huerta lo acusara de subordinación y lo mandó al paredón.
Raúl Madero y el coronel Rubio Navarrete intercedieron por él y, aunque no fue fusilado, sí fue recluido en la Prisión de Lacumberri. De hecho, fue en este sitio donde aprendió a leer y logró mandar cartas a Madero pidiendo el exilio.
Por ello, meses después fue enviado a Santiago de Tlatelolco.
¿Quién ayudó a Pancho Villa a salir de la presión de Santiago de Tlatelolco?
Estando ahí y ya sin esperanza decidió escapar con la ayuda de un escribano.
Con ayuda de él conseguiría un bombín en la cabeza y un par de lentes oscuros, para después quebrar los barrotes de su celda. Fingiendo ser doctor, salió por la puerta principal a la vista de todo mundo.
Se dice que abordó un taxi que lo llevó a Toluca, desde donde iniciaría su viaje a Estados Unidos, aunque volvería al país poco después, para la muerte de Madero en 1913.
Fuentes: