Una bala cambió su vida… o mejor dicho muchas. De un instante a otro, como el momento en que se cambia de cartucho una pistola. Apenas unos segundos. Aunque las balas no lo tocaron, sí cambiaron la existencia de Onésimo Martínez, un hombre de voz suave y agradable.
Originario de San Pablo Degorexte, Oaxaca, pero con casi 26 años de sus 65 viviendo en Ciudad Juárez.
Mariachi desde pequeño, decidió dedicarse a este oficio, aunque la paga no fuera mucha, pues siempre soñó en convertirse en cantante, como alguno de sus ídolos: Pedro Infante, Jorge Negrete, José Alfredo, el Charro Avitia, Javier Solís, Cuco Sánchez y, por supuesto, Miguel Aceves Mejía.
El trabajo habitual de Onésimo consistía en recorrer, con su grupo de mariachis, las calles del Centro, donde se albergan más de 50 bares y cantinas, entre grandes y pequeñas, y hasta antes de que pululara la violencia, entre los finales de los noventas y los dos mil, eran un sitio donde se podía cantar, reír y ganar dinero todas las noches.
Esta frontera no discrimina, pues ha albergado a cientos, miles de connacionales y extranjeros, muchos de ellos que aquí se quedan, como Onésimo. Sin embargo, su destino cambiaría un día como cualquier otro en que andaba trabajando.
Viajaba junto a sus compañeros mariachis, rumbo a una fiesta que duraría hasta la madrugada, cuando una persecución de policías y “malhechores” concluyó en intercambios de balas y en un choque donde se involucraron varios vehículos, entre ellos, el que abordaba Onésimo.
A él no le tocó ninguna munición, pero ese momento fue como un balazo; debido a las múltiples lesiones provocadas por la volcadura tras el impacto tuvo que ser hospitalizado y después pasó dos años más en recuperación.
A pesar de todo y tras haber transcurrido más de 10 años de ese fatídico evento, Onésimo sigue cantando en las calles y en las cantinas, aunque ahora solo acompañado de su guitarra; va vestido de charro transportándose en una silla de ruedas.
El año en que Onésimo se accidentó fue el 2013, uno que pareciera en que la violencia había disminuído en Ciudad Juárez, pues en esos 12 meses se registraron 485 homicidios; un promedio de 40 mensuales, menos de la mitad de los que se documentan en este 2023.
Con alegría siempre saluda a quien lo saluda y, a veces más que pocas, canta sin esperar nada a cambio, como cuando se le pide que interprete “Deja que salga la luna”.
Las personas que gusten ayudarlo pueden comunicarse al número 656-126-66-71.
A petición de quien escribe este pequeño semblante, si lo ven pídanle una canción.