Eran aproximadamente las 2 de la tarde del jueves 16 de marzo cuando un tren avisaba con su potente silbido que su marcha se acercaba al poblado de Samalayuca.
Personas que viajaban en sus vehículos ya sea rumbo a Ciudad Juárez o hacia el sur del Estado quedaron sorprendidos por un inusual espectáculo que comienza de poco en poco a normalizarse en la franja fronteriza: cientos de personas trepadas sobre los carros del tren.
Fue en el punto de revisión militar de Precos que se alertó al Instituto Nacional de Migración acerca de la carga extra no documentada del gigante metálico, por lo cual, se frenó la marcha de “la bestia” para resguardar al grupo de personas originarias en su mayoría de Venezuela.
El personal del INM acompañado por efectivos del Ejército Mexicano buscó asegurar a todas las personas para llevarlas a los albergues en Ciudad Juárez, ya que entre el grupo viajaba una cantidad considerable de familias con pequeñines.
Sin embargo la desconfianza de estos hacia las autoridades los orilló a bajar de los carros del ferrocarril y comenzar a dispersarse para llegar a su destino a pie.
Ante este acto, las autoridades optaron por no tomar acción y observaron como lentamente las personas desaparecían en el horizonte rumbo a Juárez.
El conteo preliminar realizado por las autoridades arrojó una cifra aproximada de 400 migrantes que se trasladaban sobre el tren desde la ciudad de Torreón Coahuila para internarse en Ciudad Juárez con el objetivo de solicitar asilo en la ciudad de El Paso Texas.
La llegada de venezolanos la frontera ha repuntado especialmente durante febrero con un arribo de 1522 migrantes que llegaban diariamente, lo que representa un aumento de cerca del 50% con respecto a enero de este año, que promedió un total de 930 arribos diarios.