El sol se encontraba en el punto más alto del horizonte y comenzaba a aparecer el calor, luego de una mañana casi de invernal primavera, donde no faltaron los reclamos, en medio de la visita del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Afuera de las instalaciones del Colegio de Bachilleres había infantes sonrientes que sostenían de las cuatro esquinas un gran estandarte negro, fúnebre, de luto por las 39 personas que perdieron la vida de manera espantosa en el incendio del Instituto Nacional de Migración el lunes por la noche.
“No tenemos que arrodillarnos ante ellos (autoridades) para que hagan su trabajo. Eso es el derecho de todo ser humano, por eso le pedimos a nuestro compañero que por favor de rodillas nunca. Siempre firmes, siempre en exigencia y siempre esperando respuesta, pero no venimos a mendigar justicia, no venimos a pedir por favor, venimos a exigir”, relató el activista José Luis Castillo, padre de Esmeralda Castillo, quien desapareció el 19 de mayo del 2009.
Esta voz se unió a las exigencias de al menos 60 migrantes que esperaban hablar con el jefe del ejecutivo mexicano; antes de su arribo, alzaron la voz con la potencia de un megáfono en exigencia por lo ocurrido, por los casi 40 decesos.
En el centro de la bandera había un mensaje con blanco de esperanza que resaltaba ante los ojos del cerca de centenar de testigos: “Ninguna persona es ilegal”.
Las fuertes ondas sonoras emitidas por el aparato electrónico en la voz de un venezolano resonaban formando nombres, pero no al azar: eran los nombres de cada una de las víctimas del crimen cometido la noche del 27 de marzo, todo a modo de pase de lista.
Personas migrantes se manifestaron afuera de las instalaciones del Colegio de Bachilleres, dónde se encuentra @lopezobrador_ en su visita a #CiudadJuarez pic.twitter.com/zFiAjlIaUA
— Circuito Frontera (@Circuitofronte1) March 31, 2023
Luego de cada nombre recitado, el tumulto gritaba una palabra tan fácil de decir y tan difícil de alcanzar en prácticamente toda Latinoamérica: Justicia.
Pero otra voz tomó el mando y convocó a todos los hermanos latinos que se encontraban a las afueras del Parque Central, donde Andrés Manuel López obrador abordaba los puntos restantes de su proyecto denominado Banco del Bienestar.
La voz resonaba desde el pecho de un hombre, quien en un acto reverencial se hincó y pidió a sus compañeros hacer lo mismo.
En el momento en que algunas personas comenzaron a imitar el acto, apareció un pequeño titán, cuya estatura no pasa del metro 60 centímetros, pero cuya fuerza y lucha rebasan el cielo, pues desde hace casi tres lustros ha movido cielo mar y tierra por encontrar a su hija desaparecida, quién lleva por nombre Esmeralda Castillo Rincón.
José Luis Castillo, padre de Esmeralda Castillo, desaparecida el 19 de mayo del 2009, aun busca el paradero de su hija, se unió al reclamo migrante. 2/2 pic.twitter.com/M8Pkc0SMaf
— Circuito Frontera (@Circuitofronte1) April 1, 2023
El pequeño, con su cabello blanco, encanecido y su piel oscurecida por el castigo del sol de cada una de las marchas que ha encabezado, hizo un gran llamado a sus compañeros:
“No se arrodillen; estamos exigiendo justicia de pie. Ellos (autoridades) no son nadie para que nuestros hermanos, por eso es que estamos de pie exigiendo justicia“, gritó con fuerza el titán cuyo nombre es José Luis Castillo.
Luego del llamado, los migrantes antes arrodillados, ya estaban parados nuevamente; guardaron un nuevo solemne silencio reverencial.
“Esperemos que salga por esta puerta (Andrés Manuel López Obrador) porque lo que ha demostrado es. No hay otra palabra de decirlo: es una cobardía no querer recibir a los migrantes” puntualizó.