Una víspera del “Día del Estudiante” del año 2004, exactamente la madrugada del 21 de mayo, Vicente León Chávez, de tan sólo 17 años, convenció a dos de sus amigos para que, todos juntos, atacaran y asesinaran a su familia y luego de hacerlo pareciera un acto del “crimen organizado”.
Al principio atestiguó que sus padres, junto con su hermana, también una adolescente de 13 años, habrían salido de paseo al cine sin que él supiera quién o quiénes les hicieron daño.
Como principal sospechoso fue interrogado, al igual que sus amigos, y una vez que los tres cayeron en contradicciones se descubrió que ellos fueron los perpetradores de uno de los crímenes que más impacto han causado en la historia de Ciudad Juárez.
Al preguntarle por sus motivos, siendo el autor intelectual del multihomicidio, y quien diera muerte directamente a su hermana, se justificó diciendo que odiaba a sus padres, porque nunca lo trataron con amor, y su hermana, que era la favorita de estos, lo trataba con desprecio.
Incluso mencionó que “el colmo” fue cuando a ella le compraron un auto para ir a la escuela, cosa que con él no sucedió.
Esta es la historia de un criminal que pasó a la historia con una sola fechoría y cuyo destino fue la fosa común. Joven, sin lazos, ni familia que recuperara sus restos años después.
¿Quién fue Vicente León Chávez?
Vicente nació un 27 de octubre del año 1987, sus padres eran Vicente León Negrete, oriundo de Guanajuato, y Alma Delía Chávez Márquez, de Ciudad Juárez, de 40 y 35 años respectivamente al momento de morir.
Nació y creció en lo que la gente llama una familia “funcional”. Su padre se dedicaba a la mecánica y pintura de automóviles, mientras que su mamá, aunque era licenciada titulada, se dedicaba exclusivamente a su hogar y a la crianza de sus tres hijos, Vicente, el mayor, otra adolescente de 13 años, de nombre Laura Ivette, y un menor de apenas 3 años, identificado como C. E.
De esta familia de 5 integrantes, sólo sobrevivió el niño más pequeño y tanto su identidad como su paradero son reservados para resguardar su bienestar.
Una vez confeso, Vicente, junto con sus amigos Uziel de 18 años y Eduardo de 17, fueron detenidos, los tres eran estudiantes del Colegio de Bachilleres #6.
Primero fue llevado al Centro de Raeadaptación Juvenil, entonces, la pena máxima que le daban a un menor de edad involucrado en un asesinato era de 5 años, por lo que cumplió la mayoría de edad y fue llevaro al Centro de Readaptación Social para Adultos (CERESO 3)en donde conoció a personas, casi de su misma edad, que eran miembros del grupo “Artistas Asesinos”, a la que se cree pudo haberse adherido una vez que cumplió su sentencia y recuperó su libertad.
Durante su internamiento, diversos exámenes psicométricos lo evaluaban como una persona con un coeficiente intelectual superior al promedio, pero incapaz de desarrollar relaciones intrapersonales sanas.
No se sabe que en algún momento haya dicho sentirse arrepentido del asesinato de sus padres y su hermana, pero quienes lo concieron durante esa época, lo recuerdan como un ávido lector, tímido y con problemas de ansiedad.
Finalmente, fue asesinado a balazos junto con un amigo, ambos presuntos pertenecientes de “Artistas Asesinos”, apenas dos meses después de que salió de la cárcel.
¿Qué pasó la madrugrada del 21 de mayo del 2004?
El jueves 20 de mayo de 2004, Vicente ya tenía todo planeado, en compañía de sus amigos Uziel y Eduardo, irrumpirían en la casa de sus padres, a quienes, junto con su hermana, asesinarían a balazos.
Después, quemarían sus restos, y uno de sus amigos llamaría a su abuelita, madre de su mamá, para pedir un rescate de 200 mil dólares, que era lo que en el sabía tenían por seguro de vida.
La premisa sonaba sencilla, según relataría en una entrevista con la periodista Sandra Rodríguez, autora del libro “La Fábrica del Crimen”, toda vez que ellos pensaban que debido a tantos homicidios por parte del crimen organizado que se cometían diariamente, uno más ni siquiera sería investigado.
Entraron pues a su casa y esperaron a que se quedaran dormidos. El plan original era que Vicente disaparía a los tres mientras estuvieran así, mientras que Uziel y Eduardo sólo le ayudarían a trasladar los cuerpos y deshacerse de ellos.
Pero la amistad de estos tres adolescentes era compleja, Vicente fungía como una especie de líder y sabía que, por alguna razón, sus dos amigos se esmeraban por agradarle e incluso cumplían sus pedimentos como si se trataran de órdenes incuestionables.
Fue así como se le ocurrió hacer que sus dos amigos fueran quienes perpetraran los crimenes por él. Jugando al “volado”, convenció a Uziel de que matara a su papá de un balazo mientras dormía, pues él había perdido el juego.
Inmediatamente después, tomó un cuchillo y se lo dio a Eduardo, quien atacaría a la madre de Vicente mientras se encontraba histérica frente al cadaver de su marido, preguntando a su hijo porqué estaban haciendo eso.
Vicente solo se encargó con sus propias manos de su hermanita, quien despertó y adormilada salió de su cuarto para preguntar qué pasaba, entonces Vicente la tomó del cuello y la atacó con otro cuchillo.
Al terminar, llevaron los tres cuerpos a una camioneta que el padre estaba arreglando y a la cual tenían acceso, ya que el taller de este señor se encontraba a un lado de la casa.
Vicente condujo la camioneta hasta un terreno que pensó estaba deshabitado, en la zona conocida como Camino a la Rosita, donde finalmente, con ayuda de un bidon de gasolina y un encendedor, le prendió fuego.
Luego de eso, los tres regresaron a la casa de Vicente, donde C. E. dormía, él fue el único al que Vicente no le quiso hacer daño y de hecho mencionó que, una vez cobrado el rescate, ambos se irían a Estados Unidos.
Al día siguiente, Uziel y Eduardo se irían a festejar el “Día del Estudiante” en el Parque Acuático Las Anitas, mientras que Vicente fue a hablar con su familia para decir que sus padres habían salido de casa porque se habían ido al cine y que no habían vuelto.
Tanto su familia como las autoridades, no creyeron en la cuartada, ya que, a las 11 de la noche cuando supuestamente salieron de casa, ningún cine estaba abierto, razón por la que Vicente se convirtió en sospechoso y al ser cuestionado confesó sin más e involucró a sus amigos.
Se sabe que su familia jamás volvió a buscarlo y al morir, como su cuerpo no fue reclamado, quedó sepultado en la fosa común.