Pitcher de vocación y zurdo de nacimiento. Conocido en el mundo del deporte como “La Bomba”, Héctor Luis Pérez Castañeda, fue dos veces campeón con el equipo “Los Indios”, por lo que, hasta la fecha, es recordado como una leyenda en Ciudad Juárez.
Originario de estas tierras fronterizas, actualmente tiene 51 años y todavía sigue disfrutando de su pasión por el béisbol en una liga de veteranos.
Debido a su trayectoria, Héctor “La Bomba” Pérez fue inmortalizado en el Salón de la Fama de los Deportistas Juarenses, sin olvidar que en 1996 fue condecorado como Deportista del Año y Campeón Mundial Amateur con la Selección Nacional Mexicana.

Su gusto por este deporte nació desde que tenía 6 años, donde su curiosidad lo llevó acercarse a un juego de la liga Casimiro, la cual estaba cerca de su casa y de la que terminó formando parte.
“Ahí estaba Salvador Contreras, que en paz descanse, él era mánager de ese equipo, le faltaba un jugador y me invitó. Me preguntó si era zurdo o derecho, yo la verdad desconocía todo eso, me dieron un guante y me metieron. De ahí empezó mi gusto por el béisbol”, refiere a Circuito Frontera.
Para Héctor “La Bomba” Pérez, el béisbol es una pasión, pero también una forma de desestresarse, por lo que afirma que dejará de jugar hasta que el cuerpo se lo impida.
En 1992 llegó como refuerzo al equipo de “Los Indios” y, aunque ya era media temporada, la velocidad que tenía en el brazo lo hizo conocido ante los bateadores de ese tiempo, quienes utilizaban bates de aluminio.
“Me hablaron como refuerzo, recuerdo que me habló Iván Madrid, yo estaba en la casa de mis papás y me pidió que formara parte del equipo (…) Y ahí fue como inicié”, menciona.
Platica que el equipo venía arrastrando una “sequía” de 22 años sin ser campeón, sin embargo, en 1996 pudo conseguir el título, venciendo a Los Dorados de Chihuahua, en donde “La Bomba” Pérez fue el pitcher abridor del juego.

“Recuerdo que en ese año estábamos con mucha ilusión porque estábamos formando un bonito equipo. El equipo ya venía ‘cocinándose’, se puede decir, ya teníamos mucho tiempo jugando juntos, entonces lo veíamos muy fuerte. Recuerdo que platicaba con varia gente de que ese año iba a ser el año de Los Indios después de 22 años”, cuenta.
Durante toda esa temporada a Héctor “La Bomba” Pérez le tocó ser abridor, por lo que tenía que manejar la presión de los juegos, tratar de enfocarse y no dejar que los nervios le afectarán.
“Tienes que agarrar la posición de que eres el responsable porque, hasta cierto punto, el pitcher lleva más responsabilidad que el jugador en el campo, entonces sí son nervios”, señala.
Después de cuatro años, “La Bomba” se convirtió en campeón de nueva cuenta en el 2000, un triunfo muy especial para él porque en ese año nació su hija.
Expresa que fue una bonita sensación haber formado parte de ese equipo, así como al ver las playeras y las fotos y cada vez que lo entrevistan vuelve a vivir ese momento.

“A través de los años pasan los reportajes de cómo sacamos los últimos outs, que fueron rolas a segunda base con Carlos Licón y estaba pichando “El Diablo Román”, entonces yo ya había hecho mi trabajo (…) La sensación de volver a ser campeón en tan corto tiempo fue muy bonita”, menciona.
Cuenta que a pesar de todo, su familia siempre lo está apoyando, pues hasta la fecha siguen asistiendo a sus partidos y, aunque en ocasiones pudiera significar una presión, trata de disfrutar de cada juego.
“La presión de que tengo a mi familia aquí en las gradas, que me está viendo de que haga un desempeño excelente en el campo y si no sale, pues ni modo, pero siempre disfrutarlo. Siempre sonrientes, siempre ‘cotorreando’ y platicando”, agrega.
Ahora en su etapa de veterano, el pitcher de 51 años recomienda además a los nuevos talentos a disfrutar de cada partido y a dar su mejor esfuerzo, así como cree que los nervios les ayudarán a sacar su máxima fuerza.