A través de una denuncia en nuestras redes sociales, un ciudadano nos alertó sobre las malas condiciones que viven animales que se encuentran en el restaurante “El Arrancadero”, ubicado a un costado del Parque Central en Ciudad Juárez.
Según el reporte, el lugar tiene changos, caballos y un gato montés en condiciones deplorables, aparentemente sin recibir los cuidados necesarios.
La denunciante adjuntó fotos y videos que evidencian la situación lamentable en la que se encuentran estos animales, por lo que solicitó la intervención y revisión por parte de las autoridades competentes.
“Buenas noches, quiero poner en conocimiento que en el Restaurante el Arrancadero en la Ciudad de Juárez , están animalitos en mal estado, lastimados, al parecer no están con los debidos cuidados envío video de constancia , se encuentran changos 🙉 y caballos lastimados, gato montes muy triste, deberían por favor ir a revisar el lugar ! Se encuentra ubicado atrás del parque central . Espero puedan hacer algo por esos animalitos”, refirió el quejoso.
Sin embargo, cabe resaltar que ésta no es la primera vez que se denuncian animales maltratados en este restaurante, propiedad de Leopoldo “Polo” Canizales, ex regidor priísta del Ayuntamiento 2007-2010, encabezado por el alcalde José Reyes Ferriz, y coordinador de Direcciones en la Administración 2010-2013 del presidente municipal Héctor Murguía Lardizábal.
Justo en el 2013, la Procuraduría Federal de la Protección al Ambiente (PROFEPA) inició un procedimiento administrativo en contra del restaurante, por contar con venados en cautiverio.
Al respecto, Roberto Chávez, integrante del Movimiento Animalista de Ciudad Juárez, indicó que este tipo de establecimientos con animales estilo zoológico deberían regularse más, porque funcionan entre los “grilletes” de las leyes y convenios actuales.
Dijo que un ejemplo de ellos es el convenio de asunción de responsabilidades en materia de vida silvestre entre Chihuahua y SEMARNAT, que faculta a SEDUE a dar permisos en nombre de PROFEPA/Dirección de Vida Silvestre, en franja la fronteriza, lo que hace aún más fácil la adquisición de estos ejemplares silvestres.
“Esto además de la falta de regulaciones e inspecciones periódicas, tanto por la Dirección de Ecología o la SEDUE o la PROFEPA que es a quien le compete el tema directamente y pues no se hacen. Funcionan sólo con base en denuncias ciudadanas y a veces para que la gente se atreva a denunciar es difícil”, dijo.