Liliana Torreso, una periodista con más de 10 años de experiencia, que ha dedicado los últimos dos años y medio a cubrir historias de migrantes en Ciudad Juárez y que recientemente fue galardonada con una beca para recorrer las rutas migrantes en Arizona y Texas.
La beca fue otorgada por la asociación InquireFirst y el Departamento de Estado de Estados Unidos, así como fue una de las cuatro mexicanas seleccionadas de entre decenas de candidatos, lo cual le permitió explorar las complejidades y desafíos de la migración en la frontera entre Estados Unidos y México, específicamente en Tucson, Arizona y McAllen, Texas.
El recorrido de Torreso comenzó con una inmersión profunda en las experiencias de los migrantes que atraviesan el desierto de Arizona, tramo conocido por su implacable terreno y condiciones extremas.
A diferencia de las áreas urbanas donde los migrantes pueden cruzar y entregarse a las autoridades de inmediato, en Arizona enfrentan una travesía ardua de hasta 15 días a pie, enfrentando montañas y cactus peligrosos, señaló Torreso.
“En el desierto, los migrantes deben caminar largos trayectos, lo que les causa severas heridas en los pies y los expone a plantas que, al tocarlas, saltan y se adhieren a la piel, provocando moretones y cortes profundos”, explicó.
Durante su estancia, además tuvo la oportunidad de volar en helicóptero con el equipo de rescate, presenciando los esfuerzos de búsqueda y salvamento en esta inhóspita región.
El desierto de Arizona no perdona
La periodista platicó que hicieron varios recorridos por las rutas que recorren las personas migrantes en esa frontera, sin embargo, lo que más le llamó la atención es que en el Departamento Forense tienen muchos cuerpos de personas que fallecieron en el desierto, cuya identidad hasta la fecha se desconoce.
“Nos llevaron a la forense. Me llamó la atención que hay muchísimos cuerpos que todavía no están identificados. Están guardados en bolsas y nos platicaban que a veces encontraban a los migrantes ya hechos huesos o con putrefactos, los cuerpos echados a perder. Entonces es muy difícil identificarlos y para poder repatriar su cuerpo”, contó.
Explicó que el recorrido continuó en McAllen, Texas, donde Torreso observó una situación contrastante, pues aquí, el principal obstáculo para los migrantes es atravesar el Río Bravo, cuya corriente y remolinos representan un peligro mortal.
“Conocimos un Río Bravo con mucha agua, cosa que aquí no tenemos. Ahí nos enseñaron que lo que afecta más a los migrantes es que cruzan en colchonetas y se hacen remolinos y los succiona hacia abajo y hace que se ahoguen”, señaló.
Expuso también que en Tucson y McAllen, los “polleros” o “coyotes” no son guías para los grupos de migrantes, sino que, a través de los celulares, les trazan las rutas.
Sin embargo, existen personas que aún no saben utilizar el celular o se les acaba la pila y se quedan perdidos, ya sea en el desierto de Arizona o en la zona de McAllen, donde abundan las hierbas.
Esta beca también permitió a la periodista participar en pláticas con expertos de la Patrulla Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) y Border Patrol, quienes le explicaron los desafíos y estrategias en la gestión de la migración.
En su recorrido, Torreso observó cómo los migrantes deben llevar sus propias escaleras para cruzar el muro fronterizo y cómo enfrentan la amenaza de ser disparados por los dueños de ranchos en Texas.
“Una vez me tocó ver, creo que eran tres mexicanos, un hondureño y un guatemalteco cargando una escalera para brincar el muro y los encontró un agente de Border Patrol con un perro K9”, relató.
El Norte representa
La asociación Inquiere First es presidida por la reconocida periodista Lin Walker, quien fue finalista del premio de periodismo Pulitzer y la cual otorgó la beca para el proyecto donde participó Liliana Torreso.
La periodista fue seleccionada entre numerosos candidatos, así como fue un proceso riguroso que incluyó la revisión de reportajes y notas sobre migrantes.
“Me llamaron del consulado de Estados Unidos para informarme que era candidata. Si ganaba, cubrirían todos los gastos del viaje, los vuelos, el hotel, las comidas y los recorridos con expertos”, explicó.
Torreso fue una de las cuatro personas seleccionadas de México, junto con periodistas de Tijuana, Guadalajara, Nogales y una localidad del sur de México.
Pero también participaron dos periodistas de Honduras, uno de El Salvador, una colombiana y un venezolano, con el fin de que esta diversidad de participantes reflejara la amplitud y complejidad del fenómeno migratorio en la región.
A través de esta experiencia, Liliana Torreso dijo que pudo profundizar en las realidades de la migración, brindando una voz a aquellos que enfrentan peligros extremos en su búsqueda de una vida mejor.
Su dedicación y compromiso como periodista no solo iluminan las dificultades que enfrentan los migrantes, sino también la necesidad de una cobertura informativa que sensibilice y eduque al público sobre estos desafíos humanos.