Apenas cayó la tarde y la Plaza de la Mexicanidad comenzó a llenarse como si Juan Gabriel estuviera a punto de salir al escenario. Miles de fronterizos se reunieron para revivir (aunque a través de una pantalla gigante) uno de los conciertos más emblemáticos del “Divo de Juárez”: su presentación en el Palacio de Bellas Artes.
Familias completas, niños, jóvenes, adultos mayores y cientos de seguidores estaban en este espacio, en medio de un ambiente festivo y de celebración, pero también de bajas temperaturas, pues al llegar la noche, Juárez sintió un clima cercano a los 37 grados centígrados.
El evento reunió a poco más de 10 mil almas y frente a ellas el presidente municipal, Cruz Pérez Cuéllar, recordó que la figura de Juan Gabriel está profundamente ligada a la identidad fronteriza.

Dijo que Juan Gabriel representa el legado y patrimonio cultural de Ciudad Juárez, luego de que no sólo dejó canciones sino también un testimonio de resistencia, ascenso y amor incondicional por esta frontera.
«Yo sé que ya lo he dicho muchas veces, pero no me voy a cansar de hacerlo, Juan Gabriel es una persona que empezó desde mero, mero abajo y llegó hasta mero, mero arriba y nunca se olvidó de Juárez y no sólo no se le olvidó, le compuso muchísimas canciones», comentó.
Agregó que Juan Gabriel representa el esfuerzo, la lucha y el compromiso de salir adelante a pesar de todas las adversidades, por lo que era (y es) un ejemplo de constancia, dedicación y pasión por la música.
En la presentación del evento estuvieron presentes también Claudia Curiel de Icaza, secretaria de Cultura del Gobierno de México; Jean Aguilera, hijo del «Divo de Juárez»; Karla Michaeel Escalante Ramírez, regidora y Felipe Rojas, representante del Museo de Juan Gabriel.
Y es que el concierto realizado en el Palacio de Bellas Artes en 1990 es un importante hecho para la carrera de Alberto Aguilera Valadez, pues a partir de esta presentación, es que se consolidaría a Juan Gabriel como un artista de renombre y fama internacional.
Durante el concierto, los presentes corearon cada éxito que se proyectaba en la megapantalla, donde se mostraba a un ícono que alguna vez rompió paradigmas en el recinto cultural más importante del país.
La noche trajo recuerdos y una sensación de orgullo compartido, pues ver a Juan Gabriel triunfar en Bellas Artes fue, para muchos fronterizos, un hecho tan simbólico como ver a Juárez triunfar con él.
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Su actuación es una de las más comentadas y más polémicas de la época, pues quedó grabada en la memoria colectiva no sólo de los juarenses sino de todos los mexicanos, por su conexión con el público y su capacidad para transformar la música popular en un espectáculo de alta cultura.
En el evento, la secretaria de Cultura del Gobierno de México refirió que el legado de Juan Gabriel es uno de los más luminosos para el país, pues desde sus inicios en esta frontera, el cantautor construyó un lenguaje emocional que hoy une a generaciones enteras, dentro y fuera de México.
La transmisión del concierto provocó una mezcla de baile, nostalgia y lágrimas, donde canciones como “Amor eterno”, “Noa Noa” o “Querida” hicieron que miles de voces se unieran para recordar que su música sigue viva en las calles y en la historia de la ciudad.

Y es que para Juárez, Juan Gabriel no es sólo un artista que llegó a ser reconocido mundialmente: es una raíz cultural.
Alberto Aguilera es la prueba de que desde las zonas marginales también se puede conquistar el centro y, precisamente por eso, cada que se escucha su música en un espacio público, la ciudad reafirma su cariño y gratitud hacia quien jamás se olvidó de ella.
La noche concluyó entre aplausos y un sentimiento compartido: el “Divo de Juárez” sigue presente en los corazones, pero también en la identidad de una frontera que lo vio nacer, crecer y convertirse en leyenda.







