“Revbels”, un documental sobre Hip Hop juarense, se presentó el pasado fin de semana en la Ciudad de México en el Primer Festival de Rap Cristiano “Semilla de Mostaza“, realizado en la alcaldía Álvaro Obregón, ante un público de más de 500 personas.
La producción muestra la escena del Hip Hop en esta frontera, donde se resalta cómo jóvenes juarenses utilizan el arte y la música para alejarse de las drogas y de influencias negativas, en una ciudad marcada por la violencia.
El documental fue dirigido por Valeria Guerrero, con producción de Gerardo Medina “Freeman” y co-producción de Gilberto Mauricio Romero; la música estuvo a cargo de Eduardo Manzano “Pok 37” y el diseño visual por Ricardo Hernández “Zeklos”.

Además, durante la presentación estuvo presente Fermín IV, ex integrante del icónico grupo de rap mexicano Control Machete, quien reconoció el valor cultural de este proyecto.
El documental inicia con Eptos, un rapero de Sonora que tuvo participación especial, y cuenta la historia de más de 15 juarenses que comparten cómo se iniciaron en el mundo del Hip Hop en esta frontera.
Además que explora elementos como el graffiti y el breakdance, al tiempo que muestra tanto el vínculo con el pandillerismo como las expresiones alejadas de él.
“Revbels” inicia con imágenes de la Sala de Arte Germán Valdés Tin Tan, en donde se narra la evolución musical de Ciudad Juárez, desde los pachucos hasta el rap contemporáneo, a través de entrevistas y escenas de la vida cotidiana.
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Este documental muestra cómo la música se convierte en una herramienta de identidad y expresión para la juventud fronteriza.
La proyección en la Ciudad de México marcó además un paso importante para que la cultura juarense llegue a otros públicos y se reconozca el talento local, pues hasta el momento ha sido bien recibido por el público, ya que cuenta con un enfoque positivo y constructivo sobre la juventud de la región.
Con “Revbels”, Ciudad Juárez busca no sólo mostrar su escena musical sino también evidenciar cómo el arte puede transformar comunidades y ofrecer alternativas creativas a los jóvenes, a través del rap cristiano como un movimiento cultural con impacto social.