En medio de las adversidades que enfrenta la población migrante se habla de su tránsito por diversos países, atravesando ciudades, en donde pasan por hambre, frío o calor, dependiendo de la temporada, pero poco se habla de los delitos de los que son víctimas durante este trayecto o el porqué emigraron de su lugar de origen.
“Se llama Venezuela, donde nació este tipo, y tú no puedes maldecirme porque yo ya estoy maldito”, es una de las frases inolvidables que repetía en sus canciones el fallecido rapero venezolano Canserbero, quien desde hace una década hablaba sobre las injusticias y las problemáticas que enfrentaban sus connacionales, debido al mal gobierno.
En este contexto, Ciudad Juárez se convierte en el escenario de una nueva realidad para centenas de personas migrantes que han llegado en busca de refugio, entre ellos de venezolanos que han compartido su historia.
Una de ellas es la de Abelardo Martínez, que forma parte de un capítulo más de la diáspora que ha llevado a muchos venezolanos a tierras mexicanas en busca de esperanza y oportunidades.
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Explicó que la falta de funcionamiento de los poderes públicos es el pan de cada día en Venezuela, así como se trata de una nación sumida en una dictadura, donde la participación ciudadana en elecciones no logra traducirse en cambios significativos, debido a la corrupción en las altas esferas del gobierno.
Contó que la complejidad de su país natal ha sumido a la población en una realidad política y económica que obligó a muchos a emprender viajes arriesgados en busca de un destino más prometedor.
El venezolano dijo estar agradecido por la cálida acogida que ha recibido en México, pues describió su experiencia positiva en Ciudad Juárez, donde los residentes locales lo han tratado de la mejor manera posible.
Sin embargo, platicó que en Venezuela tenía un empleo, pero cuando la empresa en la que trabajaba concluyó sus operaciones, por lo que se enfrenta a la incertidumbre y la falta de recursos y el poco dinero que envió a su familia en Venezuela se ha agotado.
Ante esta situación, expresó su deseo de no depender de la caridad ni representar una carga para el gobierno mexicano, aunque tiene la esperanza de abastecer a su familia, conformada por su esposa y tres hijos que se encuentran en Venezuela, después de haber regresado desde Colombia ante las dificultades a las que enfrentaron para encontrar trabajo en este país.
La situación en Colombia, según su testimonio, representa un desafío para los migrantes venezolanos, ya que el acceso a empleo y vivienda se vuelve cada vez más complicado.
Aberlardo compartió sus planes de intentar cruzar hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, por lo que hizo un llamado al gobierno norteamericano para que brinde la oportunidad a los venezolanos de reconstruir sus vidas en un entorno más seguro y próspero.
