El aroma del cempasúchil se vuelve más intenso, el clima frío anuncia la proximidad de los difuntos y la prisa se apodera de quienes preparan los altares.
Este es un día único en el que los seres queridos que fallecieron regresan de entre los muertos y el camino debe estar iluminado para que no se pierdan.
Así se celebra el 2 de Noviembre en México: El Día de Muertos.
Se trata de una tradición profundamente arraigada en la cultura mexicana, una fecha en la que se cree que los difuntos regresan de entre los muertos para visitar a sus familiares.
Pero además, no es solo una celebración, sino también una oportunidad para recordar y mantener viva la memoria de quienes ya no están físicamente con nosotros.
Esta tradición mexicana es una costumbre para Bryan y su familia, quienes año tras año, levantan su altar con velas, una biblia, un rosario, los platillos favoritos del difunto y el típico pan de muerto.
Mientras que cada vela, cada pan de muerto y cada flor son gestos que expresan el profundo cariño que sienten por Don René, quien falleció hace tres años.
Entonces, cada 2 de Noviembre, él y su familia visitan el panteón San Rafael, ubicado a las afueras de Ciudad Juárez, a donde acuden para honrar a su padrastro.
En este lugar, limpian su tumba, la adornan con flores y le cuentan que aún lo tienen presente en sus corazones.
“Lo recuerdo como una buena persona muy alegre, pero de carácter fuerte; un poquito enojón, pero siempre de un gran corazón. Una muy buena persona que dio todo lo que pudo dar, sin esperar nada a cambio”, contó Bryan.
El joven platicó que esta fecha la considera una ocasión especial, ya que les permite recordar y sentir la cercanía de su ser querido, aunque también conlleva un sentimiento de tristeza.
“Tenerlo aquí con su fotografía, flores veladoras, pan de muerto y agua, todo lo necesario para que mi familiar fallecido se siga sintiendo querido, en el altar o en el panteón”, dijo.
Para muchas familias fronterizas, el Día de Muertos es una fecha que mezcla el amor, la alegría, la nostalgia, el miedo y el dolor. Sin embargo, los panteones, lejos de ser lugares lúgubres, se llenan de vida.
En muchas tumbas se pueden ver personas que contratan tríos musicales para tocar guitarras y entonar canciones que solían gustarle al difunto.
También hay algunos en donde cientos de comerciantes colocan sus negocios, donde se pueden encontrar puestos de comida, aguas, artesanías, entre otros, pero además flores y adornos para ponerle a los muertos.
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