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Mujeres

Repudian activistas doble feminicidio

Lizeth Martínez, representante del Comité de la Marcha por las Diversidades Afectivas

Integrantes de la comunidad LGBT repudiaron el “crimen de odio” registrado durante el fin de semana en el Valle de Juárez, donde los cuerpos de una pareja de mujeres fueron desmembrados y esparcidos en la carretera.

Lizeth Martínez, representante del Comité de la Marcha por las Diversidades Afectivas de Ciudad Juárez, manifestó que se trataba de una pareja de lesbianas, lo cual lo convierte en un crimen por razones de género.

«Desde el Comite Organizador nos unimos a las voces que exigen justicia, a nivel estatal, nacional e internacional, ante el terrible y brutal crimen de dos mujeres lesbianas cuyos cuerpos, desmembrados, fueron encontrados en el Valle de Juárez. Es un feminicidio y, seguramente, un crimen de odio por lesbofobia, pues no puede ser de otra manera dada la crueldad y saña con que fueron asesinadas», escribieron en redes sociales.

El reporte preliminar señaló que el hallazgo se realizó minutos antes de las 8 de la mañana del pasado domingo.

Los cuerpos de las mujeres, identificadas como Nohemí M.M. y Tania M.H., se localizaron en la carretera que lleva hacia la zona de el Valle de Juárez.

Debido a esta situación, organizaciones que velan por los derechos de la comunidad diverso-afectiva repudiaron los hechos de odio y convocaron a una marcha pacifista, frente a las oficinas de la Fiscalía General del Estado (FGE) en esta frontera.

La manifestación tiene la intención de expresarle a las familias de las víctimas que no están solas, por lo que demandan el derecho a la justicia pidiendo a las autoridades, se lleven a cabo las investigaciones correspondientes y se esclarezcan los hechos.

Historias

Un día como hoy nace Rubén Darío

Redacción / Circuito Frontera

Uno de los principales exponentes del modernismo literario en América Latina, Félix Rubén García Sarmiento, mejor conocido como “Rubén Darío” falleció un día como hoy.

El poeta y periodista nació en el 18 de enero de 1867, en la localidad de Metapa, Nicaragua, quien sería reconocido como el iniciador y máximo representante del Modernismo Hispanoamericano.

De acuerdo con su biografía, nació en un entorno familiar disfuncional, pues llevó a su madre a abandonar a su padre biológico para ir a vivir con otro hombre en una situación de pobreza.

Rubén Darío se forjó a golpes de vida, mientras que fue criado por su tía Bernarda Sarmiento y su marido el Coronel Félix Ramírez, con quienes tuvo oportunidad de conocer de cerca a la intelectualidad del país gracias a las tertulias culturales que en ese hogar se celebraban.

Está formación lo llevó a desarrollar desde temprana edad su potencial como escritor, al punto que a los 13 años ya era conocido como poeta y a los 14 había concluido su primera obra.

No es sino hasta el año de 1868 en que su ya incansable labor literaria empieza a ser mundialmente reconocida, luego de la publicación de su libro «Azul», obra de gran importancia como puente entre las culturas española e hispanoamericana.



La obra poética de Rubén Darío influyó en los escritores de su tiempo tanto del continente americano como europeo, siendo factor esencial en el desarrollo de una la corriente literaria plena de ritmo música y fantasía conocida desde entonces como Modernismo.

El nuevo movimiento prendió fuertemente en el mundo de las letras, gracias a su mezcla de elementos parnasianos y simbolistas franceses, y el sentimiento y la idiosincrasia latinoamericana, enfrentados al sentido materialista iluminador del mundo anglosajón que entonces imperaba.

Debido a la trayectoria del escritor, personal del Instituto Para la Cultura del Municipio de Juárez (IPACULT) reconoce a este poeta nicaragüense de resonancia universal, quien manejó el idioma con elegancia y maestría, brillantes vocablos y ensayos métricos que abrieron las puertas literarias de Hispanoamérica hacia el exterior.

Frontera, Migración

Aun permanecen 13 migrantes desaparecidos en la zona de Coyame del Sotol

Más de tres meses han trascurrido desde la desaparición de 13 personas en Coyame del Sotol, donde uno de los casos más sonados fue el de Omar Reyes López, un joven de 19 años que solicitó ayuda a través de un mensaje de WhatsApp.

De acuerdo con el informe, Reyes López se separó del grupo de migrantes con el que trató de ingresar a Estados Unidos desde Ciudad Juárez y tras varios días perdido en el desierto mandó una nota de voz pidiendo ayuda: “Estoy vivo, pero cansado”.

Hasta el momento, las personas desaparecidas son: Benigno Alberto Álvarez, Alan Ricardo Salas, Elías Girón, Amador Aguilar, Ricardo López, Abraham González, José Luis Pallares, Daniel Villa, Rodolfo Guzmán, Emanuel Aguilar, Luis Carlos Islas, así como Omar Reyes López.

Por lo anterior, el diputado del Distrito 11, Ismael Pérez Pavía, señaló que se deben intensificar las búsquedas por parte de las autoridades, ya que las familias de los migrantes merecen tener paz.

“Son padres, hijos y hermanos que necesitan volver a casa”, señaló, por lo que no es momento de echar culpas o transmitir responsabilidades de una autoridad a otra sino de unirse para buscarlos.

Comentó que existe una preocupación latente, por lo que hizo un llamado a los agentes de investigación y de Migración para no rendirse y seguir con los esfuerzos de búsqueda en las brechas de Ojinaga, Ahumada, Guadalupe Distrito de Bravo y Coyame del Sotol.

Frontera

El deseo de ser hijo: los niños del Estado

Durante los recorridos que hice en diferentes centros de asistencia social en el Estado, comúnmente llamados “albergues”, conocí en Ciudad Juárez a un niño de 8 años, a quien llamaremos “Toñito” para resguardar su identidad.

Me llamó la atención verlo separado del resto de las niñas y los niños de ese lugar. Me acerqué a saludarlo, pero sólo me respondió con un monosílabo tajante: “Eh”.

Le pregunté su nombre y lo cuestioné sobre por qué estaba alejado de los demás niños, me contestó que tuvo una pelea con otro de los menores por el control de la televisión que estaba en el albergue y recibió un “castigo”.

Cuando le pregunté qué le habían regalado por Navidad, me dijo que nada, porque no había alcanzado regalo.

Cabe señalar que, en ese albergue durante 2019, había una población promedio de 25 menores, entre niñas y niños, de edades de entre los cinco y 12 años.

El espacio sólo contaba con una televisión y dos divisiones que separaba a las niñas de los niños, pero a la hora de las comidas se juntaban todos.

Una situación similar se presentaba a la hora de ver televisión, pues era común que cada quien quisiera ver diferentes programas, de acuerdo a sus gustos y edades. Aunque las cuidadoras intervenían para decidir qué verían, muchas de las veces, imperaba la voluntad de los más grandes de tamaño o edad, según lo que refirió Toñito.

Toñito también platicó que no iba a la escuela. Al cuestionarlo dijo que no sabía por qué, pero que no le gustaba.

“¿Qué quieres ser de grande?”, insistí, pero Toñito sin titubear me respondió que “Hijo”. No encontré las palabras en ese instante.

Como esa vivencia, no es de extrañarse que se viva a diario en los diferentes albergues de la entidad, donde cientos de niñas y niños tienen el deseo de ser hijas e hijos de alguien.

Yo esperaba que Toñito me dijera que quería ser doctor, bombero, policía, etcétera, pero su respuesta fue la que menos esperaba y simplemente me quedé “helado” al escucharlo. 

De aquí que el Estado en sus tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, debe tener en cuenta, en todas sus actuaciones, el Interés Superior de la Niñez y a la niña o al niño en el centro de sus actuaciones.

Luego entonces establecer políticas públicas que permitan a la niñez la vida en familia, extensa, ampliada por adopción o familias de acogida.

A la fecha se desconocen las políticas públicas emprendidas por la Federación y por el Estado.  

Sin embargo, el Estado debe tener claro su obligatoriedad en la atención, solución y eficacia en todas las situaciones que involucren vulneración de derechos de niñas, niños y adolescentes, así como restituir de forma inmediata tales derechos quebrantados.

La autoridad tiene que hacer cumplir la ley, en todas sus vertientes, tanto nacionales e internacionales, que ponen a la niña y al niño al centro de las políticas públicas de los gobiernos.

Tal finalidad, de la normativa nacional e internacional, viene a sustituir la cuestión asistencialista por aquella de protección y restitución de derechos. Por ejemplo, no es darle al niño el lonche, el desayuno o la despensa, pues la autoridad tiene la obligación de restituir todos y cada uno de sus derechos.

La responsabilidad es compartida, de acuerdo a lo que se ha asentado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en las convenciones de los derechos de los niños (firmada y ratificada por el país); Ley general de Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, además de la Ley Estatal de Niños, Niñas y Adolescentes.

Es decir, como sociedad jugamos un papel determinante para la protección de la infancia, en la tesitura del derecho de niñas y niños de vivir en familia, la sociedad puede colaborar con las autoridades desde la sensibilización en aquellos que deseen adoptar.

Según experiencias propias (cuando fui Procurador de Niños, Niñas y Adolescentes en el estado de Chihuahua) se tiene como antecedente que alrededor del 90 por ciento de los solicitantes de adopción, buscaba a menores de entre los 0 y los 3 años como máximo. La gran mayoría no desea niños de 4 años en adelante, grupos de hermanos, de origen de etnia o con alguna discapacidad.

Entonces, los deseosos de adoptar deben saber que esto no se trata que el niño o niña vendrá a salvar un matrimonio o alguna cosa por el estilo, sino que la figura jurídica de la adopción busca familias que protejan y salvaguarden todos y cada uno de los derechos consagrados de la niña o el niño.

Con una sociedad más sensible y empática, en dicho tema, pudiéramos disminuir muchas historias similares a la de Toñito.

Asimismo, con autoridades verdaderamente comprometidas, venciendo la simulación, se empezaría el camino de la preponderancia del principio jurídico del Interés Superior de la Niñez, consagrado en la Constitución Federal y Tratados Internacionales firmados y ratificados por el país.        

Frontera

Arrastrado al desierto / Minificciones

Ileana Espinoza/Colaboradora/Circuito Frontera

Nadie te salva de tus penas, tienes que aprender a levantarte solo. Aunque a veces hay ángeles que, sí les gusta bajar a la tierra, pero generalmente es difícil distinguirlos de las multitudes.

Ocasionalmente estos ángeles no se identifican en todas las historias, más allá del bien y del mal, son personas que tienden la mano sin recibir nada a cambio.

Vaya que la vida es extraña. Estoy a miles de kilómetros de mi tierra, de esa tierra en la que nací y que mis antepasados forjaron su vida, yo no quería llegar hasta aquí, pero cuando empezó la guerrilla perdí la esperanza de permanecer en ese paraíso.

¡Qué hermosa mi tierra! Todo tan verde y tan distinta de este lugar. Tantos cantos de las aves ahora se han transformado en el sonido de ambulancias y las ruedas sobre el asfalto.

¿Pueden juzgarme las personas por mi apariencia, por mi diferencia? Sí lo hacen. Me ven como un extraño, una persona que no es de su color, de su tierra y siento su repudio. He permanecido por más de 2 años en este albergue con la esperanza de ser escuchado, porque si me regreso a mi país seré u hombre muerto.

Las dos posibilidades son: la muerte por medio de la repatriación o la vida por medio del asilo en Estados Unidos.

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