La deuda pública en México sufrió un incremento del 19.9 por ciento del 2020 al 2021, dio a conocer Isaac Leobardo Sánchez-Juárez, profesor investigador de la UACJ y co-fundador de Tiempo Económico.
Expuso que lo anterior, en términos del aumento de numeralia monetaria, ya que se pasó de 315 mil 253 millones a 396 mil 827 millones de pesos, del 2020 al 2021.
Sin embargo, en términos del Producto Interno Bruto (PIB), la deuda pública se contrajo en un 4.2% durante este año.
Explicó que durante el 2020, la deuda pública se posicionó en un 52.1 por ciento del PIB, cifra que durante este año se redujo hasta un 47.9 por ciento.
«Hay una notoria reducción en términos de Producto Interno Bruto… Debido a la contracción entre el 2020 y 2021», dijo.
El especialista indicó que el 16.6 porciento, como adhesión del PIB, se trata de la deuda externa de México, mientras que el 31.3 es deuda interna.
Consideró que en términos generales se trata de un buen manejo de las finanzas públicas, así como no exista afectaciones de la actividad económica.
Con la instalación de nuevo cuarteles de la Guardia Nacional en Ciudad Juárez, la Federación pretende brindar atención a la pobreza y combatir la influencia de bandas delictivas en la población joven.
Así lo dió a conocer, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, dio a conocer durante su visita a Ciudad Juárez.
Refirió que la estrategia de combate a la delincuencia se basa en atender la pobreza y eliminar la guerra desatada durante las administraciones federales anteriores.
Dijo que la presencia de la Guardia Nacional en esta frontera será de forma permanente, por lo que los elementos brindarán acompañamiento a las autoridades del Estado y el Municipio, con el propósito de incrementar la vigilancia en las calles.
La funcionaria exhortó a los padres de familia a que fortalezcan los valores dentro de los hogares y lo transmitan a las nuevas generaciones, con el fin de que menos jóvenes ingresen a las redes de los grupos criminales.
Miembros de la sociedad civil, empresarios y ciudadanos organizados manifestaron su inconformidad, luego de la serie de elogios que vertió el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, al gobernador del Estado, Javier Corral Jurado, durante su visita a esta frontera.
Francisco Aguirre, líder de la agrupación «Ciudadanos Unidos», expuso que Javier Corral es «el peor gobernador que ha tenido Chihuahua», pues existen decenas de obras sin terminar, así como no existe certeza de que se concreten antes de que concluya la administración estatal.
“Qué bueno que vino a Ciudad Juárez, para que realmente se dé cuenta que nuestra ciudad está muy destruida, muy deteriorada. Como nunca había estado en los últimos cinco años, en el vil abandono”, declaró.
El representante de la sociedad civil recalcó que están en total desacuerdo con lo que está comentando el presidente de México respecto a lo que ha hecho Corral Jurado, así como existen muchos reclamos en su contra.
“Tenemos mucho tiempo padeciendo, todos en general, estamos hartos, cansados, enfermos, de tantas obras mal hechas, innecesarias y que ahorita estamos padeciendo. El peor de los colmos, es que muchas de las obras no van a ser terminadas”, reiteró.
Además, indicó que realizarán una petición a la nueva administración, tanto a la nueva gobernadora, María Eugenia Campos Galván, como a los diputados locales, para que se atiendan las problemáticas de la ciudad, así como se revisen los gastos públicos.
“Lo que queremos es sentarnos a revisar las cuentas y esas obras pendientes, porque son demasiados millones tirados en obras que no se ven y que no se han visto los resultados que deberíamos tener en Ciudad Juárez. Muchas de las obras que están mal hechas, no van a ser entregadas en tiempo y forma”, expuso.
Refirió que es necesario que la nueva gobernadora ponga mucha atención en esta ciudad, la cual ha sido muy lastimada por las administraciones pasadas, así como Corral Jurado no ha sido la excepción, de lo cual los chihuahuenses ya están cansados.
Añadió que realizarán una petición formal para la gobernadora, con el fin de que atienda a los ciudadanos y las demandas que existen en la localidad, por lo que en los próximos días harán llegar un oficio a su equipo de trabajo.
Tras leer en las noticias que Ciudad Juárez era la urbe más violenta del mundo, no lo pensó dos veces: tenía que visitar ese lugar, no importa cómo ni cuándo, pero tenía que estar ahí. Eso fue lo que pensó Tatsuya Matsunaga hace tres años, antes de arribar a esta frontera por primera vez.
Tatsuya, mejor conocido como “Stone Shoot”, es un fotógrafo profesional originario de la prefectura de Shizuoka, situada en la bahía de Suruga entre Tokio y Nagoya, en Japón.
Desde entonces, ha visitado Ciudad Juárez en tres ocasiones, ya que según sus palabras “la gente es muy amable” y nunca le ha tocado presenciar un hecho violento en carne propia.
Tatsuya Matsunaga en bar «Club 15» de la avenida Juárez / Fotografía: Angélica Villegas
Oficialmente, tiene un estudio fotográfico en Tokio, Japón llamado “Chicharrón Cartel”, nombrado así por su comida favorita mexicana y en alusión a los cárteles de droga mexicanos.
Expuso que el propósito de su visita es filmar un anuncio para impulsar su tienda de camisetas “7 Union”, las cuales presentan impresiones de fotografías suyas.
Las temáticas son variadas, pero se enfoca mucho en la cultura mexicana, más bien, chicana y de la época de los cholos.
Explicó que en Japón surgió un movimiento de cholos japoneses, quienes adoptaron este tipo de subcultura chicana y su vestimenta, basado en el movimiento de empoderamiento mexicano-estadounidense de los años cuarenta hasta los años setenta en Los Ángeles, California.
Fotografía tomada de Facebook
Stoneshoot platicó que también visitó a tatuadores juarenses, a quienes les pidió utilizar una de las fotografías que tomó en Ciudad Juárez como lienzo y la cual modificarán a su gusto, ya que el resultado se presentará en una exposición llamada “Puro Juaritos” en diferentes partes de Japón.
Aunque “Puro Juaritos” también es uno de los tatuajes que se realizó durante una de sus visitas, ya que se enamoró de esta ciudad y de sus habitantes, comentó.
Además de Ciudad Juárez, ha visitado Nuevo Casas Grandes, Mata Ortiz, y otros municipios en la frontera de Sonora y Chihuahua, Tijuana, Guadalajara y la Ciudad de México.
Hasta el momento, Stone ha presentado varias exposiciones sobre Ciudad Juárez, por lo que en esta ocasión quiso presentar otra de sus pasiones “los tatuajes” y algunos de los artistas juarenses.
En este proyecto estarán participando: Phat Galindo, Ronnie Rubio, Areli, Kike Thunders, Luiz Blanco, Jehu, Shuky Zapata, Block, Bryan Allen, Daniel Joshua, dijo.
Nombre: Tatsuya Matsunaga
Apodo: StoneShoot
Fecha de nacimiento: 2 de julio 1979
Profesión: Fotógrafo
Música: Ramones, Nirvana, Metallica, Sublime, entre otras.
Cuando se hace referencia a la película «Barrio Chino» del cineasta polaco Roman Polanski, tal vez estamos hablando de una de las mejores películas de todos los tiempos no por la época disruptiva en la que fue hecha o por el género al que pertenece, mucho menos al lugar que los eruditos del cine le han otorgado en el Olimpo de la historia del cine, el cual tiene muy bien merecido; más bien lo es no por la historia que cuenta sino por la forma en cómo está relatada, como si de un laberinto se tratara.
Un laberinto escabroso con espinas que lastiman a quien intenta descifrar sus enigmas, los cuales se tornan en líquido pantanoso que envenena todo lo que toca, pero que también se vuelve en una etílica ensoñación que no quiere despertar, al contrario, quiere dejarse consumir en la toxicidad de ese alcohol inflamable que abrasa los sentidos hasta dejar en la locura total a quien se deja seducir por esta obra maestra del cine.
Adentrémonos al laberinto: al inicio de los créditos la pieza musical de Jerry Goldsmith, con la que arranca la película, nos transporta a un sueño de antaño con un solo de trompeta que emula un jazz melancólico, enmarcando el tono sepia que sirve de telón de fondo a los créditos[1] que evocan el cine noir de las películas que la Warner Brothers produjo en los años cuarenta del siglo veinte.
Es decir, la cortinilla de entrada funciona como una especie de prólogo sin palabras que advierte la tragedia que se avecina, a la vez que la referencia al noir de los cuarenta hace homenaje al cine mismo lo que hace inevitable que vengan a la mente clásicos de este género como son Double Indemnity de Billy Wilder o Out of the Past de Jacques Tourneur, con sus atmósferas oscuras y sórdidas que sacan a la luz las más bajas pasiones ocultas bajo la tierra de la gruta laberíntica con la voz del oráculo que profetiza el descenso al infierno.
El primer plano de la película es un golpe sutil, cuyas secuelas estarán presentes a lo largo de toda la película, haciendo vibrar una y otra vez el dolor de la tragedia, cual Casandra en Agamenón de Esquilo cuya voz profética posesa por el dios Apolo, adelanta la anagnórisis o revelación que anuncia la caída y el fin del cosmos: “¡A una casa que odian los dioses, testigo de innúmeros crímenes en los que se asesinan parientes, se cortan cabezas, a una casa que es matadero de hombres y a un solar empapado de sangre!»[2].
Es que el primer plano nos muestra unas fotografías en blanco y negro que están siendo barajadas como si animaran una secuencia de cinematógrafo, ya que la imagen que sigue a la anterior aumenta la bajeza del acto sexual, capturado por la lente del detective privado J. J. Gittes, quien le muestra a su cliente la infidelidad que ha cometido su esposa.
En este punto, el director presenta un encuadre que nos mete en el punto de vista del cliente, forzándonos a sentir su dolor por lo que acaba de descubrir (circa 02:00), dolor prometeico característico de las tragedias griegas clásicas: “el dolor se convierte en el signo específico del género humano […].Todos los siglos han visto en ella la representación de la humanidad. Todos se han sentido encadenados a la roca y participando con frecuencia en el grito de su odio impotente.”[3]
El ojo de la cámara en Barrio Chino nos hace sentir como un intruso que no debería observar lo que se presenta ante nosotros, pues sus movimientos y encuadres son evasivos, como si también nosotros nos convirtiéramos en el detective que mete sus narices donde no le llaman, tal como hace el protagonista Gittes que para ganarse la vida, saca a la luz la podredumbre que impregna todo su entorno.
Esto nos lleva al siguiente cliente, quien pide de su ayuda para descubrir otra infidelidad, pero esta vez involucrando al jefe de ingenieros de la compañía que abastece de agua a la ciudad de Los Ángeles en California; su esposa, la señora Mulwray, presenta a manera de coro griego la información que va a desatar los infiernos: “Mi marido, supongo está saliendo con otra mujer” (circa 03:58) a lo que el detective Gittes, acostumbrado a su rutina, trata de asegurarse de que su cliente esté segura de lo que quiere averiguar, preguntando incluso a la señora Mulwray si ama a su esposo, pero ella insiste “Tengo que saberlo” (circa 04:57).
Tomada de Internet
Todo se ambienta en una oficina bañada por una atmósfera que filtra la luz a través de las persianas, donde se proyectan sombras en los personajes con forma de barrotes de prisión, lo que nos dice que están atrapados por el destino fatal del cual no tienen escapatoria. La tragedia griega clásica se manifiesta por medio de la até, es decir, ese destino fatal que atrapa al héroe, ya que éste último es la tragedia misma.[4]
Una vez mordido el anzuelo, Gittes decide aceptar el caso de la señora Mulwray, cual héroe mitológico cuyo camino comienza con el rito de iniciación “separación-iniciación-retorno”[5] al enfrentar miedos e inseguridades que le esperan en la aventura que está a punto de iniciar.
Arrastrado por su hybris manifiesta en su necesidad desmesurada por meterse en asuntos ajenos cuando empieza a seguir al señor Mulwray, quien a su vez está metido en un escándalo por la construcción de una nueva presa de agua que roba el vital líquido a los agricultores que habitan los campos de cultivo en beneficio de los empresarios corruptos que la quieren para la cuidad de Los Ángeles.
Lo mencionado extiende la podredumbre de los personajes al entorno social como si de un virus se tratara exponiendo la toxicidad que vibra bajo la superficie en el robo del agua del que son objeto los campesinos a quienes han envenenado sus cosechas y por tanto a su ganado como si no fuera suficiente con quitarles el agua.
En la película éste elemento vital conjuga la codicia venenosa que consume y abrasa a todos por igual: campesinos y empresarios encastrados en el vientre del laberinto espinoso que no permite a sus habitantes salida alguna, al contrario, es como si cada vez que piensan haber encontrado la salida vuelven al punto de partida como queda evidente en las escenas donde Gittes piensa haber encontrado a la amante del señor Mulwray para encontrarse con más enredos.
Como las escenas que dan luz sobre el pasado turbio de la familia Mulwray en el conflicto del agua convirtiendo en un acertijo cada vez más indescifrable las hazañas de Gittes que van precipitando poco a poco su caída al infierno.
Prueba de ello es la habilidad de Polanski en una escena que muestra a Gittes siguiendo el rastro del señor Mulwray a la oficina donde éste labora, cuando es recibido por el comisionado del departamento quien después de una charla donde no pueden ubicar el paradero de Mulwray, la cámara toma a Gittes desde el punto de vista del comisionado, reflejando a Gittes en un cuadro con la imagen de un pez que se yuxtapone con la suya, como si Polanski apelara a nuestra perspicacia de detective y nos estuviera advirtiendo que Gittes va a terminar como el pez en el cuadro, es decir, atrapado en el anzuelo producto de su hybris.
Una vez más, la voz del coro se manifiesta en este momento que con sus diálogos advierte al público por medio de señales y moralejas lo que sucederá si el héroe sigue cometiendo hybris tal como sucede en la obra Edipo rey de Sófocles cuando el coro advierte a Edipo que mida su insistencia en convocar al labriego que le ha de revelar su identidad:
“La insolencia produce al tirano. La insolencia, si se harta en vano de muchas cosas que no son oportunas ni convenientes subiéndose a lo más alto, se precipita hacia un abismo de fatalidad donde no dispone de pie firme”[6] asunto que reafirma Werner Jaeger cuando analiza del destino trágico del héroe en la obra de Sófocles:
La caída del héroe en el dolor trágico se comprende inmediatamente: en lugar de colocarlo judicialmente en la injusticia, lo que hace es revelar de modo patente, en naturalezas nobles, el carácter ineludible del destino que los dioses asignan a los hombres […]. La elevación de sus grandes dolientes a la nobleza más alta es el Sí que da Sófocles a esta realidad, la esfinge cuyo misterio mortal es capaz de resolver. Por primera vez el hombre trágico de Sófocles se levanta a verdadera grandeza humana mediante la plena destrucción de su felicidad terrestre o de su existencia física y social.[7]
La voz del coro abre la gruta del laberinto, cuyos pasillos iniciáticos revelan la voz de los dioses subterráneos anunciando el oráculo del destino fatal que oprime y asfixia al héroe que va sufriendo una metamorfosis en su camino al infierno, al pasar las pruebas que el até le tiene preparadas y si por ello, su cuerpo también debe sufrir, que así sea, ya que lo importante no es el héroe y el destino, sino el cómo se llega a ese destino.
Si Edipo vio mutilados sus pies, en Barrio Chino, Gittes sufrirá de igual manera la insolencia de sus actos desmedidos; como queda evidente en el momento que traspasa la propiedad privada de la presa que está en poder de la familia Mulwray, para averiguar el desvío de agua que ha dejado mermados a los campesinos y es descubierto por el jefe de seguridad del departamento de aguas junto con su esbirro que sujetándolo contra el enrejado le mutilan una fosa nasal con un cuchillo y aquí es donde por medio de su advertencia escuchamos la voz del coro que le dice: “Eres un tipo entrometido, gatito. ¿Sabes lo que le pasa a esas personas? ¿Lo sabes? […] ¡Pierden las narices! La próxima vez será toda” (circa: 42:48).
Tomada de Internet
Esto nos recuerda al diálogo de advertencia que el coro dirige a Edipo cuando éste insiste sobre el asunto del labriego, que se relaciona con el análisis que Jorge Bergua Cavero hace sobre el héroe trágico en la obra de Sófocles: El héroe sofocleo, al que su intransigencia lleva al aislamiento, a la soledad más radical, no conoce el consuelo ni la redención, irreparable (un crítico lo ha expresado gráficamente: el conflicto de Antígona no se soluciona promulgando leyes o reformas sobre enterramientos).
En este sentido, lo que la tragedia “enseña” y afirma es en verdad la lección del dios Dioniso: que la esfera de la razón, de la prudencia, de la justicia y las leyes humanas es terriblemente limitada; el personaje trágico es aniquilado por fuerzas que lo trascienden, fuerzas cuya comprensión cabal no está a su alcance, ni mucho menos pueden ser vencidas por la prudencia racional.[8]
Gittes es un derroche de insensatez en cada paso que da y una vez que se encuentra con la verdadera señora Mulwray su descenso al abismo queda sellado, ya que Evelyn guarda un secreto que eclipsa a la infidelidad de su esposo haciendo eco del primer plano de la película cuyo veneno sigue corriendo por cada arteria del filme donde Evelyn juega el rol de la mujer fatal que “ejerce su mórbida seducción”[9] debido a que se nos presenta como una heroína perversa que provoca la ruina del héroe[10].
Basta con observar detenidamente las reacciones que trasmite con su lenguaje corporal cuando Gittes le interroga sobre el romance extramarital de su esposo o sobre su padre, Noah Cross y en especial al mencionar a éste último vemos como Evelyn tartamudea al mencionar su nombre en la escena del restaurante y más adelante cuando explica el conflicto entre su esposo y su padre por el problema del agua robada a los campesinos.
De igual manera vemos que sus movimientos se tornan erráticos como si la voz subterránea de la gruta laberíntica la presionara ya que ella también forma parte de la dinastía familiar que ha intoxicado con su corrupción el entorno social como si de una maldición familiar se tratara cuando Gittes le pregunta “¿El hablar sobre su padre la molesta?” (circa 58:51). A lo que ella responde “Si, un poco. Verá, Hollis y mi… mi padre tuvieron un desacuerdo al final […] Hollis insistió que el agua debía pertenecer al público y no creo que mi padre opinara lo mismo. En realidad se debió a la presa Vanderlit. Usted sabe, la que se reventó […] Hollis jamás lo perdonó por eso […]. Jamás se hablaron desde entonces” (circa 59:29).
Al respecto Jaeger menciona “la herencia de las maldiciones familiares de los padres a los hijos, y aun con frecuencia, de los culpables a los inocentes”[11] cuando hace referencia a la maldición que pesa sobre el linaje de Edipo en la obra de Sófocles en el momento en que el personaje de Tiresias recuerda esta situación:
«Y puesto que me has echado en cara que soy ciego, te digo: aunque tú tienes vista, no ves en qué grado de desgracia te encuentras ni dónde habitas ni con quiénes transcurre tu vida. ¿Acaso conoces de quién desciendes? Eres sin darte cuenta, odioso para los tuyos, tanto para los de allí abajo como para los que están en la tierra, y la maldición que por dos lados te golpea, de tu madre y de tu padre, con paso terrible te arrojará, algún día, de esta tierra, y tú, que ahora ves claramente, entonces estarás en la oscuridad». [12]
Una vez revelada la infidelidad de Hollis, descubierta por la lente entrometida y desmesurada del detective Gittes, los engranes del laberinto espinoso empiezan a girar deformando aún más la trama de la película en una especie de repliegue narrativo que en vez de avanzar nos expulsa y regresa al lugar donde iniciamos el viaje de aventura.
Prueba de ellos, es la repentina ausencia del personaje de Hollis en las escenas que siguen a la exposición de su romance extramarital en los diarios como si la tierra se lo hubiera tragado o mejor dicho, reclamado ya que Hollis sólo es una marioneta en la maldición que tiene atrapada a la familia Mulwray, por tanto los dioses subterráneos lo reclaman y lo esconden en la gruta laberíntica que oculta la putrefacción de las pasiones oscuras que oprimen los movimientos de Evelyn.
Una vez más la voz del coro que advierte a Gittes que mida su desmesura, pero sabemos que no se detendrá como Edipo con el asunto del labriego porque su hybris supera a su areté ya que en Barrio Chino como en la obra de Sófocles la até, el destino fatal del héroe se encuentra en él desde que inicia la trama, nace con él porque el héroe es la tragedia.[13]
PRÓXIMAMENTE PARTE 2
[1] Roman Polanski (dir.), Barrio Chino, Paramount Pictures. Estados Unidos, 1974, 131 min., [película]. (circa 00:25).
[2] Esquilo, Agamenón, 1090-1093 en Tragedias, (trad. Bernardo Perea Morales). Gredos. Madrid, 1986, p. 416.
[3] Werner Jaeger, Paideia: los ideales de la cultura griega. FCE, Ciudad de México, 1996, p. 244.
El domingo pasado se llevó a cabo una de las primeras consultas públicas realizadas por el Gobierno Federal, sin embargo, no tuvo la aceptación esperada, pues a nivel nacional alcanzó una participación de apenas el 7.11 por ciento, donde se requería al menos el 40 por ciento de los mexicanos acudiera a las mesas de votación.
Chihuahua ocupó el último lugar en cuanto participación ciudadana, pues fue apenas del 3.11 por ciento de la ciudadanía la que acudió a votar, con un total de 90 mil 606 hombres y mujeres chihuahuenses durante la Jornada de la Consulta Popular.
Esta cifra representa que, en promedio, sólo participaron mil 352 ciudadanos en los 67 municipios del estado, de acuerdo a los datos presentados por la Junta Local Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral (INE) en la entidad.
El vocal secretario, Alejandro Gómez García, informó que los cómputos distritales de la Consulta Popular concluyeron sin intervenciones, así como se tuvo la recepción de los paquetes y la captura de las mil 748 actas de resultados por parte de las nueve Juntas Distritales.
A nivel nacional, la participación ciudadana alcanzó apenas el 7.11 por ciento, es decir, 6 millones 663 mil 208 votos, aunque para considerar la consulta válida era necesario que acudiera al menos el 40 por ciento de la población.