La semana pasada surgió una publicación en redes sociales que llamó la atención de las autoridades, luego de que se “advirtiera” que un grupo de 28 personas estaban decididos a terminar con la “plaga de perros callejeros”.
En la publicación se refiere a las autoridades y a los ciudadanos que no cuidan de sus mascotas que tienen dos semanas para tomar acciones y dar atención a esta situación, de lo contrario los perros aparecerían “dormidos” en las calles.
Captura de pantalla / Tomada de Facebook
Al respecto, César René Díaz Gutiérrez, director de Ecología del Municipio, informó a Circuito Frontera que ya tenían conocimiento sobre el asunto y que fue reportado a la Fiscalía General del Estado.
El funcionario además indicó que este tipo de amenazas podrían parecer un juego, sin embargo, tras los hechos ocurridos recientemente, se trata de una publicación no podría pasar desapercibida.
Incluso recomendó a la ciudadanía que, si saben de casos similares que lo denuncien al 911, ya que se trata de un delito marcado en la ley y se debe preservar el bienestar animal.
«Pudieramos creer que es un juego, pero en donde no. Es resposablidad de nosotros desde un principio tomar las medidas. Le mandé esa misma publicación al fiscal. Ellos tienen un área especializada de delitos cibernéticos para ver de dónde proveía. Esperemos que no sea así», dijo.
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César René Díaz Gutiérrez, director de Ecología del Municipio
Respecto al tema de animales callejeros, Díaz Gutiérrez señaló que comenzarán a realizar una campaña de pláticas para vecinos, luego de que se han recibido varias quejas por parte de habitantes de fraccionamientos.
Mencionó que en el caso de los gatos es diferente, pero que las quejas han resultado principalmente por parte de perros callejeros.
Expuso que es una problemática constante, sin embargo, aún hace falta mucha cultura para el cuidado de los animales.
El funcionario recordó que desde el viernes pasado el Municipio recibió el Antirrábico de Ciudad Juárez que ahora funcionará como Centro de Bienestar Animal y donde se busca brindar mejor atención en este tema.
También indicó que las personas que deseen recibir este tipo de pláticas de concientización pueden comunicarse a los números 656-570-81-20 o bien al 737-08-35.
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César René Díaz Gutiérrez, director de Ecología del Municipio
Esta mañana un grupo de aproximadamente 30 personas bajaron desde dos vehículos tipo van a las instalaciones de El Chamizal, con el objetivo de realizar limpieza en el parque federal.
El colorido grupo comenzó a repartirse bolsas negras para la basura y al cabo de algunos minutos de diálogo comenzaron a dispersarse por los distintos cuadrantes del «pulmón» de Ciudad Juárez.
«Trabajamos aquí. Somos comerciantes y vendemos muchas cosas: hamacas, aguas. Trabajamos todo el año y nuestra aportación es limpiar para que el parque se vea bonito «, relató Julia mientras recogía basura a mano limpia para depositarla en la bolsa que cargaba con su mano izquierda.
Julia vende hamacas y frituras en El Chamizal y realiza esta actividad debido a que es testigo de que muchos de los visitantes dejan todo tipo de basura tirada.
Por esta razón considera que cuando las personas que acuden a vivir momentos de recreación y observan las instalaciones limpias, esto los incentiva a mantenerlo libre de basura.
Marcelina recogiendo basura con ayuda de un recolector Fotografía: Mat Romero
Marcelina también era parte del grupo y limpiaba con ayuda de un poco recolector, para tomar los residuos sin necesidad de agacharse.
La mujer relató que hace el trabajo con gusto, ya que es este sitio el que les brinda las puertas para poder generar ingresos.
«Queremos ver el parque limpio para que entre mucha familia los sábados y domingos», aseguró.
Debido al gran flujo de personas, comerciantes encuentran en El Chamizal una oportunidad de ingresos Fotografía: Mat Romero
El Chamizal es un punto de reunión arraigado entre los juarenses, además de que es un sitio histórico, ya que se trata de un terreno que fue «devuelto» a México tras una disputa de varios años con Estados Unidos.
Salvador González Guerrero, delegado del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez fue detenido durante la tarde de este domingo, mientras se encontraba en un restaurante de la localidad.
De acuerdo con el Registro Nacional de Detencniones, el arresto se realizó a las 5:07 de la tarde por agentes de la Policía Federal Ministerial, en un establecimiento ubicado en la avenida Tecnológico y la calle Aeronáutica, de la colonia Jardines del Aeropuerto.
De manera extraoficial se supo que la audiencia se llevaría a cabo a las 7 de la mañana del lunes, así como tendrá una duración de 12 horas.
Cabe recordar que González Guerrero recibió una orden de aprehensión junto con otros tres funcionarios del INM, por su presunta culpabilidad de homicidio doloso y lesiones, luego del incendio registrado el pasado 27 de marzo en la estancia provisional del INM, donde 40 personas perdieron la vida y 27 más resultaron heridas.
El jueves pasado, personal de la Fiscalía General de la República (FGR) dio a conocer que se giraron órdenes de aprehensión en contra de dos funcionarios, identificados como Francisco “N” y Antonio “N”, aunque se trata de Francisco Garduño, titular del Instituto Nacional de Migración (INM) y Antonio Molina Díaz, director general de Control y Verificación Migratoria.
Desde la noche del sábado, aterrizó en Ciudad Juárez un avión militar, el cual pernoctó en tierras fronterizas a la espera de cumplir su misión: repatriar los cuerpos de siete venezolanos fallecidos tras la tragedia en el Instituto Nacional de Migración.
Eran las 6:30 de la mañana de este domingo 16 de abril cuando se abrieron las puertas de la funeraria Perches, ubicada en el cruce de las calles Bolivia e Ignacio de la Peña.
El cortejo fúnebre avanzó lento desde la colonia Partido Romero hasta llegar al Aeropuerto Internacional “Abraham González” de Ciudad Juárez, aproximadamente a las 7 de la mañana.
Minutos después, siete féretros fueron subidos al avión militar CASA 295, el cual, dejó de tocar suelo juarense a las 8 am.
Desde hace algunas semanas no es raro ver a decenas de personas durmiendo en la vía pública, afuera de la Presidencia Municipal, descansando en la carpeta asfáltica o tomando un “baño” improvisado con botellas de agua y jabón de mano.
Luego de la tragedia migrante registrada el pasado 27 de marzo en el Instituto Nacional de Migración (INM), la cual dejó como saldo a 40 personas fallecidas y 27 lesionadas, un grupo de personas forjó un pequeño campamento con alambres y harapos justo a un costado del inmueble gubernamental.
Conforme pasaban los días, más y más migrantes llegaban al sitio y colgaban más harapos en más alambres para poder pasar las frescas noches de finales de marzo e inicios de abril.
Durante el día, esos trapos fungían como pequeñas sombras para resguardarse de los penetrantes rayos del sol fronterizo.
Al anochecer después del tercer día de la tragedia, llegaron las primeras casas de campaña, las cuales, brindaban un techo ligeramente más decente para quienes pernoctaban en el sitio, quienes gritaban a todo pulmón la palabra “justicia”.
Cada día es más común ver a migrantes durmiendo afuera de la Presidencia Municipal Fotografía: Mat Romero
Y la exigencia no estaba de más: se habían perdido cuatro decenas de vidas, consumidas por las llamas dentro de una “prisión”, pues los encargados tuvieron pésima reacción ante el siniestro, ya que, en vez de buscar salvaguardar las vidas, optaron por retirarse del sitio.
Para agravar la situación, jamás llamaron a los servicios de emergencia para reportar lo sucedido, simplemente eligieron la inacción; fueron personas que cruzaban por el sitio se encargaron de reportar el fuego.
Se acumulaban poco a poco los días desde el denominado “homicidio”, de acuerdo a las investigaciones realizadas por la Fiscalía General de la República, y el campamento conformado por un par de tiendas ahora ya es toda una “capital migrante”, justo a un costado desde donde se gestionan las directrices de la ciudad.
Al día de hoy, han transcurrido 2 semanas, 4 días y 20 horas del incidente, y se han colocado al menos 20 casas de campaña, aunados a los tendederos de ropa y sábanas que cumplen con funciones similares.
Aunque la situación tiene un trasfondo más complicado, ya que el radicar en un sitio implica más que un techo bajo el cual dormir: implica principalmente donde poder resguardarse de las condiciones del clima y donde hacer las necesidades fisiológicas.
Fotografía: Mat Romero
«Todo se paga: el baño son 40 (pesos), la cepillada son 20 y la necesidad son 10», mencionó Junior, de Colombia, quien también dijo que para poder lavarse las manos les cobran 5 pesos.
Para poder asearse o usar el sanitario, los colonos, en su mayoría de Venezuela, pagan el servicio de los hoteles de la zona del Centro Histórico de Juárez, mismos que están ocupados en su mayoría por los viajeros, quienes planean internarse a los Estados Unidos.
Quienes permanecen en la zona es porque esperan poder tener acceso de manera legal y ordenada mediante la aplicación CBP One, misma que ha estado sin funcionar desde hace algunos meses.
Las casas de campaña han sido abandonadas o heredadas por quienes originalmente las llevaron, mismos que trataron de alcanzar el sueño americano al entregarse en el Punto de Revisión 36.
«Nos venimos para acá, nos relajamos, se fueron, pasaron y nos dejaron esto (las casas de campaña) y aquí estamos», platicó Junior mientras fumaba su cigarrillo.
Una víspera del “Día del Estudiante” del año 2004, exactamente la madrugada del 21 de mayo, Vicente León Chávez, de tan sólo 17 años, convenció a dos de sus amigos para que, todos juntos, atacaran y asesinaran a su familia y luego de hacerlo pareciera un acto del “crimen organizado”.
Al principio atestiguó que sus padres, junto con su hermana, también una adolescente de 13 años, habrían salido de paseo al cine sin que él supiera quién o quiénes les hicieron daño.
Como principal sospechoso fue interrogado, al igual que sus amigos, y una vez que los tres cayeron en contradicciones se descubrió que ellos fueron los perpetradores de uno de los crímenes que más impacto han causado en la historia de Ciudad Juárez.
Al preguntarle por sus motivos, siendo el autor intelectual del multihomicidio, y quien diera muerte directamente a su hermana, se justificó diciendo que odiaba a sus padres, porque nunca lo trataron con amor, y su hermana, que era la favorita de estos, lo trataba con desprecio.
Incluso mencionó que “el colmo” fue cuando a ella le compraron un auto para ir a la escuela, cosa que con él no sucedió.
Esta es la historia de un criminal que pasó a la historia con una sola fechoría y cuyo destino fue la fosa común. Joven, sin lazos, ni familia que recuperara sus restos años después.
¿Quién fue Vicente León Chávez?
Vicente nació un 27 de octubre del año 1987, sus padres eran Vicente León Negrete, oriundo de Guanajuato, y Alma Delía Chávez Márquez, de Ciudad Juárez, de 40 y 35 años respectivamente al momento de morir.
Nació y creció en lo que la gente llama una familia “funcional”. Su padre se dedicaba a la mecánica y pintura de automóviles, mientras que su mamá, aunque era licenciada titulada, se dedicaba exclusivamente a su hogar y a la crianza de sus tres hijos, Vicente, el mayor, otra adolescente de 13 años, de nombre Laura Ivette, y un menor de apenas 3 años, identificado como C. E.
De esta familia de 5 integrantes, sólo sobrevivió el niño más pequeño y tanto su identidad como su paradero son reservados para resguardar su bienestar.
Una vez confeso, Vicente, junto con sus amigos Uziel de 18 años y Eduardo de 17, fueron detenidos, los tres eran estudiantes del Colegio de Bachilleres #6.
Primero fue llevado al Centro de Raeadaptación Juvenil, entonces, la pena máxima que le daban a un menor de edad involucrado en un asesinato era de 5 años, por lo que cumplió la mayoría de edad y fue llevaro al Centro de Readaptación Social para Adultos (CERESO 3)en donde conoció a personas, casi de su misma edad, que eran miembros del grupo “Artistas Asesinos”, a la que se cree pudo haberse adherido una vez que cumplió su sentencia y recuperó su libertad.
Durante su internamiento, diversos exámenes psicométricos lo evaluaban como una persona con un coeficiente intelectual superior al promedio, pero incapaz de desarrollar relaciones intrapersonales sanas.
No se sabe que en algún momento haya dicho sentirse arrepentido del asesinato de sus padres y su hermana, pero quienes lo concieron durante esa época, lo recuerdan como un ávido lector, tímido y con problemas de ansiedad.
Finalmente, fue asesinado a balazos junto con un amigo, ambos presuntos pertenecientes de “Artistas Asesinos”, apenas dos meses después de que salió de la cárcel.
¿Qué pasó la madrugrada del 21 de mayo del 2004?
El jueves 20 de mayo de 2004, Vicente ya tenía todo planeado, en compañía de sus amigos Uziel y Eduardo, irrumpirían en la casa de sus padres, a quienes, junto con su hermana, asesinarían a balazos.
Después, quemarían sus restos, y uno de sus amigos llamaría a su abuelita, madre de su mamá, para pedir un rescate de 200 mil dólares, que era lo que en el sabía tenían por seguro de vida.
La premisa sonaba sencilla, según relataría en una entrevista con la periodista Sandra Rodríguez, autora del libro “La Fábrica del Crimen”, toda vez que ellos pensaban que debido a tantos homicidios por parte del crimen organizado que se cometían diariamente, uno más ni siquiera sería investigado.
Entraron pues a su casa y esperaron a que se quedaran dormidos. El plan original era que Vicente disaparía a los tres mientras estuvieran así, mientras que Uziel y Eduardo sólo le ayudarían a trasladar los cuerpos y deshacerse de ellos.
Pero la amistad de estos tres adolescentes era compleja, Vicente fungía como una especie de líder y sabía que, por alguna razón, sus dos amigos se esmeraban por agradarle e incluso cumplían sus pedimentos como si se trataran de órdenes incuestionables.
Fue así como se le ocurrió hacer que sus dos amigos fueran quienes perpetraran los crimenes por él. Jugando al “volado”, convenció a Uziel de que matara a su papá de un balazo mientras dormía, pues él había perdido el juego.
Inmediatamente después, tomó un cuchillo y se lo dio a Eduardo, quien atacaría a la madre de Vicente mientras se encontraba histérica frente al cadaver de su marido, preguntando a su hijo porqué estaban haciendo eso.
Vicente solo se encargó con sus propias manos de su hermanita, quien despertó y adormilada salió de su cuarto para preguntar qué pasaba, entonces Vicente la tomó del cuello y la atacó con otro cuchillo.
Al terminar, llevaron los tres cuerpos a una camioneta que el padre estaba arreglando y a la cual tenían acceso, ya que el taller de este señor se encontraba a un lado de la casa.
Vicente condujo la camioneta hasta un terreno que pensó estaba deshabitado, en la zona conocida como Camino a la Rosita, donde finalmente, con ayuda de un bidon de gasolina y un encendedor, le prendió fuego.
Luego de eso, los tres regresaron a la casa de Vicente, donde C. E. dormía, él fue el único al que Vicente no le quiso hacer daño y de hecho mencionó que, una vez cobrado el rescate, ambos se irían a Estados Unidos.
Al día siguiente, Uziel y Eduardo se irían a festejar el “Día del Estudiante” en el Parque Acuático Las Anitas, mientras que Vicente fue a hablar con su familia para decir que sus padres habían salido de casa porque se habían ido al cine y que no habían vuelto.
Tanto su familia como las autoridades, no creyeron en la cuartada, ya que, a las 11 de la noche cuando supuestamente salieron de casa, ningún cine estaba abierto, razón por la que Vicente se convirtió en sospechoso y al ser cuestionado confesó sin más e involucró a sus amigos.
Se sabe que su familia jamás volvió a buscarlo y al morir, como su cuerpo no fue reclamado, quedó sepultado en la fosa común.