La historia de Zafiro no comienza con su primer llaveo, sino mucho antes, cuando aún no nacía.
Su madre, Rossy Solís, fue una de las figuras destacadas de la lucha libre juarense en los años 80, pero tuvo que colgar los botines y despedirse de los encordados al enterarse de que estaba embarazada.
Sin embargo, la lucha nunca desapareció de sus vidas. Aunque Rossy dejó los rings, el amor por la lucha libre se mantuvo vivo.

Años después, el destino la llevó de vuelta al gremio gracias a su hija, quien, al debutar como luchadora, también marcó el regreso de su madre, tanto al ring como a la administración de este deporte, desempeñándose como presidenta de la Comisión de Lucha Libre y ganándose el respeto de la comunidad.
De niña fresa a gladiadora
Desde pequeña, Zafiro creció entre leyendas del pancracio y las funciones en el ‘Neri’ Santos y el Poliforo Juan Gabriel, pero nunca se vio como luchadora.
Era una niña aplicada, dedicada a sus estudios y con planes de convertirse en psicóloga. Sin embargo, la lucha libre siempre estuvo presente, latente, esperando el momento adecuado.

Ese momento llegó cuando, influenciada por un compañero de la escuela que entrenaba en el gimnasio ‘Neri’ Santos, le pidió a su mamá que la llevara a entrenar.
Rossy aceptó, aunque con la certeza de que su hija no aguantaría. Ahí, la recibió Takeda, su ídolo de infancia, quien inicialmente no entrenaba mujeres, pero por respeto a Rossy, hizo una excepción.
Lo demás es historia. A los 15 años, Zafiro comenzó un camino que la llevaría a convertirse en sinónimo de fortaleza y disciplina en la lucha libre femenil.
Psicología y lucha libre: Dos pasiones, un solo camino
Lo que alguna vez parecía un dilema entre dos caminos, terminó convirtiéndose en una fusión perfecta.
Zafiro no sólo ha enfrentado rivales en el cuadrilátero, sino que también ha luchado con las emociones y la mente de muchas personas a través de la psicología.
Con una licenciatura en Psicología, una maestría en terapia psicoanalítica y la próxima meta de un doctorado en ciencias forenses, ha demostrado que la mente y el cuerpo pueden entrenarse con la misma dedicación.

Dentro del ring, da cátedra de fortaleza y técnica; fuera de él, ayuda a las personas a encontrar su propio equilibrio.
Su formación como luchadora ha sido guiada por grandes nombres del pancracio. Takeda, su primer maestro, fue la base de su entrenamiento, pero también contó con el aprendizaje de Crazy Boy 32, Peluchín, Pantera Asesina, Rabia, Aspid y Cinta de Plata.

Su habilidad la ha llevado a medirse con lo mejor de la lucha libre femenil nacional e internacional.
En su lista de rivales figuran nombres legendarios como Rossy Moreno, Martha Villalobos, Faby Apache, Lady Apache y Marcela.
Zafiro brilla en el circuito independiente
Con 17 años de trayectoria, Zafiro ha dejado su marca en las mejores empresas de México, CMLL y AAA, pero su verdadera esencia brilla en el circuito independiente, donde ha demostrado su versatilidad y talento.
Su carrera la ha llevado a recorrer todo México, así como a enfrentar retos en Estados Unidos, Guatemala, Costa Rica y, cruzando el Atlántico, en Suiza.

Su historia es la prueba de que la lucha libre y la pasión no tienen fronteras.
Actualmente, Zafiro sigue escribiendo su historia con cada combate, llevando consigo la herencia de su madre, su propio esfuerzo y la convicción de que en la vida, como en la lucha, nunca se deja de aprender.