Sin hacer ruido, la inteligencia artificial entró en nuestras casas, trabajos y pantallas. No llegó con robots ni discursos apocalípticos, sino con algoritmos entrenados para resolver tareas cada vez más humanas.
Organiza nuestras redes, corrige errores, sugiere rutas y ayuda a diagnosticar enfermedades, entre otras actividades, por lo que se ha vuelto indispensable para adaptarse al mundo moderno.
Sin embargo, para aprovechar su potencial (y no ser desplazados por él), primero hay que entenderla, así lo señala Gilberto Rivera Zarate, doctor en ciencias de la computación y coordinador de la Maestría en Inteligencia Artificial y Analítica de Datos de la UACJ.

Más que ciencia ficción
El profesor explica que la Inteligencia Artificial (IA) consiste en simular procesos cognitivos humanos como aprender, adaptarse, analizar patrones o tomar decisiones, pues a diferencia de los programas tradicionales, no sólo obedece instrucciones, sino que los interpreta, mejora y evoluciona.
Señala que hay sistemas que pueden entrenarse a través de diferentes métodos, así como uno de ellos es el aprendizaje supervisado, en el que el sistema se alimenta de ejemplos y corrige errores como si recibiera una clase tradicional.

Otro método es el aprendizaje no supervisado, donde la Inteligencia Artificial analiza los datos sin instrucciones y descubre patrones por sí mismo.
También existe el aprendizaje reforzado, donde el sistema aprende a través de premios o castigos, asignados mediante funciones matemáticas.
Es decir que si el programa lo hace bien, obtiene una “recompensa” digital, pero si falla, recibe una penalización que le indica que debe cambiar de estrategia.
“La inteligencia artificial simula procesos de aprendizaje y adaptación que tenemos los humanos para resolver problemas. Puede acumular conocimiento, actualizarse, adaptarse e incluso aprender por su cuenta. Aunque, claro… lo más difícil sigue siendo desaprender”, dijo.
La comparación es sencilla: es como entrenar a una mascota digital que poco a poco entiende cómo debe comportarse. Así, una máquina puede aprender sin necesidad de estar programada para cada situación.
“Por ejemplo, un beisbolista. Batea la pelota. Él no está pensando en la velocidad del viento, la estructura de mi base, no hace cálculos precisos, sino que con base a lo que él ha aprendido, ha entrenado, él sabe en qué ángulo, con qué intensidad y a qué altura tiene que hacerlo para generar un control. Si te das cuenta, no está haciendo cálculos y cálculos. Bueno, pues es algo parecido”, explica el especialista.
De los mitos a la vida real
Rivera Zarate refirió que la IA no sólo es una promesa del futuro, sino que ya forma parte de nuestro presente, puesto que esttá transformando el trabajo, la forma de comunicarnos y los sistemas de salud y justicia.
En el campo de la medicina es utilizada para analizar imágenes y señales médicas. Recuerda un proyecto en el que colaboró con una herramienta que detectaba posibles casos de neumonía en radiografías de tórax.
Aunque el programa no ofrecía diagnósticos definitivos, sí generaba alertas que ayudaban a priorizar los casos urgentes.

En el ámbito jurídico, hay sistemas que aprenden a interpretar códigos legales. Por ejemplo, analizan cómo un abogado ha resuelto casos similares y replican ese razonamiento para enfrentar uno nuevo.
“Esto no es memorización. Es interpretación de datos, como lo haría un profesional entrenado”, explica Rivera.
Asimismo, la inteligencia artificial también ha revolucionado la logística, pues platica que colaboró en un proyecto para una empresa de bebidas embotelladas, en el que se desarrolló un algoritmo inspirado en el comportamiento de las hormigas para resolver un problema complejo.

El proyecto consistía en desarrollar un programa sobre cómo repartir productos a múltiples destinos, con distintos vehículos, horarios y restricciones de tráfico.
El resultado fue un ahorro de hasta 38 por ciento en costos operativos, gracias a rutas optimizadas, menos horas extra y reducción en penalizaciones por entregas fuera de tiempo. Ese mismo conocimiento se aplicó después a una empresa de fletes en Ciudad Juárez.
Sin embargo, más allá del sector privado, la IA también tiene un valor social, pues estos programas pueden ser utilizados en zonas con escasez de personal médico, ya que estas herramientas pueden ser clave para democratizar el acceso a la salud.

“Imagínate, por ejemplo, el impacto para nuestras comunidades más vulnerables en donde envían un médico, un médico que hace sus residencias. Es crítico, o sea, es crítica la cantidad de gente que un solo médico tiene que atender. Entonces, estas herramientas nos van a ayudar también a la democratización de la salud pública”, comparte.
Por los ejemplos anteriores, para Rivera Zarate, la llegada de esta tecnología no representa un reemplazo, sino una evolución, donde el rol del médico, del abogado, del profesor o del periodista no desaparece sino que se transforma.
Prepararse para liderar el futuro
Debido a la necesidad de saber utilizar la Inteligencia Artificial en tiempos modernos, la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez diseñó un programa de posgrado que responde a las necesidades de la actualidad: la Maestría en Inteligencia Artificial y Analítica de Datos.
El objetivo de este posgrado es formar profesionistas capaces de usar herramientas de IA, pero también de entender cómo funcionan, adaptarlas a distintas realidades y crear nuevas soluciones tecnológicas.
“No queremos egresados que solo sepan usar software. Queremos gente que entienda los datos, que pueda entrenar un modelo, interpretarlo y convertirlo en una herramienta útil para su sector”, señala.
La maestría está dirigida a profesionistas de distintas áreas: ingeniería, medicina, psicología, economía, finanzas e incluso de humanidades, ya que no es necesario ser experto en programación, pero sí tener disposición para aprender.
Rivera Zarate explica que el plan de estudios se divide en etapas. En los primeros semestres, los estudiantes refuerzan conocimientos base como matemáticas, algoritmia y programación.
Después, se abordan temas avanzados como visión computacional, procesamiento de lenguaje natural, optimización y ciencia de datos.

Mientras que en el cuarto semestre, el enfoque es completamente práctico, donde cada estudiante desarrolla un proyecto de innovación con potencial de ser registrado como software, modelo de utilidad o artículo académico.
Las clases son 100 por ciento virtuales, en modalidad mixta: sesiones en vivo por Microsoft Teams por las tardes y actividades asincrónicas en el campus virtual. Esto permite estudiar sin dejar de trabajar, ya que las clases se programan después del horario laboral.
El costo semestral es de 10 mil 500 pesos para estudiantes mexicanos, gracias a un subsidio que mantiene la educación pública accesible.
Además, la UACJ ofrece un curso propedéutico gratuito para quienes desean fortalecer conocimientos antes del examen de admisión.
Los requisitos para ingresar a la maestría son:
- Certificación de inglés (Duolingo o TOEFL)
- Aprobar el examen de conocimientos (matemáticas, programación, bases de datos)
- Participar en el curso propedéutico
Rivera insiste en que el perfil del estudiante no está limitado a una carrera específica.
“Hay ingenieros, médicos, psicólogos, financieros. Lo importante no es de dónde vienes, sino hacia dónde quieres crecer (…) Esta maestría no sólo te actualiza, te da las herramientas para convertirte en protagonista del futuro”, concluye la entrevista.
La convocatoria para la Maestría en Inteligencia Artificial y Analítica de Datos (MIAAD) ofrece un posgrado 100 por ciento virtual, diseñado para profesionales que buscan especializarse en tecnologías emergentes sin dejar de lado su vida laboral.
El programa ofrece horarios flexibles y contenidos orientados a enfrentar los retos de la transformación digital.
El cierre de registro es el 2 de mayo de 2025 y las clases inician el 4 de agosto. Más información en www.uacj.mx/oferta/convocatorias/miaad.html.
También pueden solicitar informes con el doctor Gilberto Rivera Zarate, coordinador de la Maestría en Inteligencia Artificial y Analítica de Datos, al correo miaad@uacj.mx o bien al número de teléfono (656) 6884800, en la extensión 4441.
La coordinación de este posgrado se encuentra en la oficina C103-B, Edificio C del Instituto de Ingeniería y Tecnología (IIT).