“Abrazos, no balazos” es una frase que ha recorrido cada rincón del país, convertida en emblema de una estrategia de seguridad basada en la paz y la justicia social, durante el sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, pocos saben que esta expresión no nació en los pasillos del poder, sino entre las calles de Ciudad Juárez y que fue escrita por una mujer que hizo de la palabra un acto de resistencia: la poeta y escritora juarense Arminé Arjona.
Ella fue quien plasmó por primera vez la frase en un poema: “Regalé abrazos, no balazos”, mucho antes de que se convirtiera en un lema nacional, según platicó en una entrevista con un medio local.

Pero la frase también la escribió en las bardas de esta frontera, una urbe que ha sido golpeada durante décadas por la violencia y donde la palabra se vuelve una forma de consuelo o un grito para exigir un mejor futuro.
Precisamente en una de esas paredes, el que fuera entonces aspirante a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador, leyó la frase y se la apropió.
Arminé Arjona: una de las mentes más lúcidas
El reconocimiento de la autoría de Arminé Arjona llegó de forma inesperada, aunque merecida, a través de una declaración del hoy senador de la República, Adán Augusto López Hernández, quien en 2022, siendo secretario de Gobernación, confirmó el origen de la frase.

Durante su participación en el Congreso del Estado de Chihuahua, López Hernández remarcó el valor de esas palabras y de la autora que las imaginó, calificándola como una de las mentes más lúcidas del estado.
“Algunos nos han dicho que es absurdo utilizar la frase de abrazos, no balas… Aquí en Chihuahua quiero decirles que esa es una frase hermosa que el presidente, cuando aún era candidato, vio en una barda de Ciudad Juárez. Es parte de un poema de Arminé Arjona”, dijo.
Y es que la frase, más que una consigna, parecía más una propuesta de paz; una poética de la vida en medio del horror.
Arminé Arjona fue durante décadas una voz activa desde las letras, la cultura y el activismo en Ciudad Juárez, pues sus textos narraron el dolor de las madres buscadoras, el coraje de las mujeres que se organizan contra el feminicidio y la resistencia cotidiana contra el narcotráfico y la militarización.

De tal manera que esta frase fue también un acto de convicción y de resistencia.
Mientras que el origen de esta frase es también la historia de un país que ha buscado nuevas formas de enfrentar la violencia.

Lamentablemente, el 29 de diciembre del 2024, la voz de Arminé Arjona se apagó para siempre, aunque no así espíritu, pues desde el papel o desde las paredes, sus pensamientos siguen intactos.
Esta es una historia de Radio Fórmula que compartimos con su consentimiento. Si quieres ver el artículo original da click aquí