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Frontera

Protestan contra Reforma Judicial en Puentes Internacionales

Un grupo de al menos 50 personas se congregaron en la mitad del Puente Internacional Córdova-Américas, conocido también como el Puente Libre, durante la mañana de este martes para protestar y expresar su descontento contra la Reforma al Poder Judicial.

El puente estuvo bloqueado por casi 2 horas, hasta que el flujo vehicular se reestableció.

Entre los manifestantes, se encontraban miembros del sector judicial que alzaron la voz en defensa de la autonomía y la experiencia profesional de jueces y magistrados.

Los manifestantes paralizaron el flujo vial por casi dos horas / Foto: Cortesía

Adriana Neri, quien se desempeña como secretaria del Tribunal Colegiado de Circuito, señaló que que estos cambios representan un golpe a la independencia del Poder Judicial.

Expuso que la única reforma que verdaderamente frena los actos autoritarios es aquella que limita el uso abusivo del poder, siendo ésta en beneficio de la sociedad.

Neri agregó que las autoridades sólo deben actuar dentro del marco legal permitido por las leyes.

Además condenó la eliminación de más de 800 jueces federales, resaltando que ello implica la pérdida de «cientos de años de experiencia y trayectoria judicial».

Con tambores y pancartas expresaron su inconformidad respecto a la Reforma Judicial / Foto:

Según indicó, la designación de individuos sin la preparación necesaria para roles judiciales pone en peligro el acceso de la ciudadanía a la justicia y compromete la salvaguarda de los derechos humanos.

También denunció que los cambios buscan establecer jueces «a modo», lo que afectaría la imparcialidad y la función del Poder Judicial de la Federación en la protección de los derechos de la población.

Posteriormente, la protesta se trasladó al puente internacional Paso del Norte, ubicado en la avenida Juárez en la zona Centro de la ciudad.

Especiales

Sobreviviente de abuso sexual, el regreso a Ciudad Juárez

Leonardo era un estudiante en el Seminario de la diócesis de Ciudad Juárez. Él fue ahí víctima de un ataque sexual de un diácono. 

La diócesis de Ciudad Juárez no informa quién fue el diácono que atacó a Leonardo ni de su situación actual en la Iglesia Católica o si reportaron su conducta ante las autoridades civiles o ante sus líderes en Roma.

Los seminarios son lugares donde los jóvenes varones católicos buscan ser sacerdotes. Para lograrlo, los candidatos deben graduarse en filosofía y teología, cerca de seis o siete años de formación, además del equivalente al bachillerato en el sistema de educación mexicano o el High School en Estados Unidos.

Tristemente, además del plan de estudios formal, hay un “curriculum oculto”, que obliga a los jóvenes a aprender a encontrar su lugar en una compleja jerarquía orientada a discriminar, al mismo tiempo que crea una falsa sensación de superioridad entre los jóvenes que logran concluir los estudios y ordenarse.

El texto de esta semana regresa a un caso que Los Ángeles Press abordó el año pasado acerca de un caso de abuso en el Seminario de la diócesis de Ciudad Juárez, Chihuahua que, junto con El Paso, Texas, forman la mayor zona metropolitana de la frontera México-Estados Unidos.

El texto se centra en Leonardo Escárcega Velázquez, un exseminarista en Ciudad Juárez, uno de los pocos sobrevivientes de la crisis de abusos sexuales en esa diócesis dispuesto a ofrecer su testimonio de lo que ocurre en esa circunscripción de la Iglesia Católica en México.

A diferencia de las diócesis de Texas y de Estados Unidos en general, obligadas una mayor honestidad al tener que lidiar con un sistema de justicia más eficiente, las diócesis de Chihuahua y México, en general, pueden pretender que no pasa cosa alguna, mientras atacan a quienes se atreven a poner en duda sus palabras.

La Iglesia Católica en México lo logra al valerse de muchos de los mismos trucos que usan las organizaciones criminales que explican la crisis del sistema de justicia que el actual gobierno de México usa para promover el equivalente de un Golpe de Estado contra el Poder Judicial.

En textos previos de esta serie sobre abuso sexual a manos de clérigos, Los Ángeles Press publicó comparaciones de la diócesis de Ciudad Juárez en México y la de El Paso en Estados Unidos, que se vincula antes de este párrafo.

Una serie en dos partes comparó las diócesis del estado de California, Estados Unidos, vinculada antes de este párrafo, con las diócesis de los estados de Baja California y Baja California Sur en México, que se vincula después de este párrafo.

El texto que se presenta hoy permite comprender mejor los efectos de la violencia sexual en contextos religiosos, pero debe quedar claro que el asunto de fondo no es el que se trate de ataques sexuales entre personas del mismo sexo, como no lo es—de manera más general—para comprender la violencia que ocurre en los seminarios católicos.

El problema, no el chisme

Que la violencia sea entre personas del mismo sexo es un pretexto para el chisme, pero distrae de las verdaderas causas del abuso sexual de clérigos, como lo prueban los muchos casos de mujeres víctimas de ese tipo de violencia sexual.

En esta serie, Los Ángeles Press ha documentado suficientes casos de mujeres víctimas que descalifican la idea de que el problema es la frociaggine, la homosexualidad, para usar la palabra italiana que el Papa Francisco hizo famosa en un nuevo intento para distraer de la causa raíz de este problema.

Apenas la semana pasada, se dio cuenta del caso de Paulo Araújo, un joven sacerdote brasileño acusado de haber abusado de una mujer menor, de sólo 14 años, a la que embarazó y obligó a abortar para que su carrera no se afectara.

Es imposible ofrecer aquí una explicación definitiva del abuso sexual a manos de clérigos en general. Por el momento, debe ser suficiente con apuntar que la comprensión misma del papel del clero en la Iglesia Católica desempeña un papel clave en esa crisis.

La idea de los sacerdotes como tocados por una cierta forma de “cambio ontológico” que los hace a ellos especialmente diferentes del humano promedio e incluso del fiel promedio de esa iglesia, los separa, convierte la supuesta una vocación, un llamado, al servicio y al autosacrificio, en privilegio y en un arreglo institucional que favorece el abuso, sexual y de otros tipos.

Lo que Leonardo Escárcega Velázquez narra acerca de su experiencia en el Seminario de Ciudad Juárez, México, no es especial o único. Casos similares existen desde Alaska en Estados Unidos a la Patagonia, en Chile o en Argentina y a los otros lados del Océano Atlántico y del Pacífico. Cambian los nombres de los lugares, los depredadores y las víctimas, pero los problemas son los mismos.

Un grupo de seminaristas visita un hospital en Ciudad Juárez, 2018.

En 2023, Los Ángeles Press publicó una serie dedicada a la crisis de abusos sexuales en la diócesis de Ciudad Juárez, México. La serie eventualmente se publicó como libro con el título Miedo y asco en Ciudad Juárez. Historias de impunidad sacerdotal, disponible en Amazon por medio del enlace que aparece después de este párrafo.

Una de las partes de aquella serie fue el testimonio de una de las víctimas de esa crisis, un exseminarista en Ciudad Juárez quien abandonó sus estudios en esa institución. Primero, un clérigo que ya había sido ordenado como diácono le atacó para tratar de forzarlo a tener relaciones mientras se encontraba asignado a una parroquia. Luego, cuando se supo del ataque, la víctima fue revictimizada por sus superiores en el Seminario y la diócesis.

Luego de dejar el Seminario, Leonardo publicó un testimonio en un perfil de Facebook. Aunque autorizó el uso de su testimonio para la serie, rechazó una solicitud de entrevista.

Víctima mientras cumplía órdenes

A principios de agosto de este año, Leonardo Escárcega Velázquez, el exseminarista, se puso en contacto con el autor de estas líneas y estuvo de acuerdo en tener una conversación acerca de lo que pasó en el Seminario de Ciudad Juárez, Chihuahua.

Debe insistirse que fue víctima de un ataque sexual mientras estaba asignado a una parroquia de la diócesis. Sus superiores fueron incapaces de abordar el problema, de modo que luego del ataque abandonó el Seminario.

La conversación ocurrió el 14 de agosto y se grabó por medio de Google Meet, lo que se presenta es una transcripción editada de la conversación con Leonardo Escárcega Velázquez, sobreviviente de abuso sexual a manos de clérigos, exseminarista en la diócesis católica de Ciudad Juárez y quien actualmente estudia en la facultad de medicina de la universidad local de Ciudad Juárez.

Rodolfo Soriano-Núñez (RSN): Gracias, Leonardo, por tener esta conversación. Yo te haría un par de preguntas muy concretas sobre aquella experiencia, pero quiero darte la oportunidad de que tú inicies este intercambio como tú lo desees.

Leonardo Escárcega Velázquez (LEV): Bueno, la verdad todo empezó. Esta segunda intención de comunicarme con usted fue porque en mucho tiempo yo no tuve, ¿cómo se podría decir? Como el valor de leer los artículos.

En ese momento, más bien lo sentí como una catarsis, porque por mucho tiempo fue muy… Fue abrumador.

Fue una situación que me llevó incluso a abandonar la casa de mis papás. Que no los culpo. A ellos también les tocó vivir este proceso, les tocó sufrir también.

Y, obviamente, nadie está preparado para vivir algo así. Una vez que salgo de casa de mis padres, empiezo a volverme alcohólico. Siempre funcional. Obviamente debo seguir trabajando, debo seguir estudiando. Pero siempre hubo una especie de dolor, hubo una especie de rencor y siempre afloraba en momentos de debilidad.

Afloraba una especie de sentimiento de desprecio. Es como muy raro de explicar, pero se avivaba.

Leonardo como seminarista en sotana negra y con faja verde, sostiene una toalla, para el sacerdote que celebra los rituales del Jueves Santo, 2017. 

Entonces, poco a poco, fue que tratando de hablar con otras personas, de poner las ideas en claro, logré contactar con una psicóloga, que más o menos conoció desde antes todo el contexto de la historia. Y poco a poco me ayudó a superar traumas.

De hecho, ahora ha mejorado la relación con mis padres, ha mejorado mi desempeño con varios excompañeros, con los que había perdido comunicación.

Pero sí, lo que pasa es que ahorita sí me movió muchas, digamos sentimientos que me di recientemente la oportunidad de leer el artículo que usted escribió prácticamente hace como un año, me parece, sobre el caso.

Y también debo decir, obviamente, avivaron otros recuerdos, avivaron otras cosas que. Pude haber dicho otras que omití y otras fue muy, fue como otra vez no involucrarme en el modo de sentirme triste otra vez o sentirme aprisionado, pero sí se avivó la experiencia.

No sé si está ahí está todo claro.

Grandes expectativas

RSN: Sí, es un problema. Mira, es más difícil además porque uno ingresa al seminario con demasiadas expectativas.

Todo lo que te dicen en el seminario es siempre que tú estás apuntando a lo más grande o a lo más elevado, a lo mejor que puede sucederle a una persona. ¿No? Entonces, obviamente, la ruptura que tú viviste es traumática.

LEV: Y pues la verdad, obviamente ya hablando con amigos fuera el contexto religioso y tratando de hablar desde fuera del dolor, tratando de ser más objetivo. Es cierto que siempre hay señales, pero siempre se ignoran.

O las pasas por alto. Imaginas que no es como tú lo estás pensando o ni siquiera te das cuenta de ello. Entonces recuerdo que desde antes, aun cuando relativamente se puede decir estaba yo bien ahí, sí hubo eventos donde se notaba que había como una especie de selección.

Escárcega y otros estudiantes durante una actividad en el Seminario de Ciudad Juárez, 2017. 

Había de hecho en algún momento le decíamos nosotros burlescamente dentro del seminario «La Élite», porque había como un grupo selecto de seminaristas que tenían cierta cercanía con los padres que asistían a los eventos importantes.

Y lo raro fue que, desde el primer año, cuando yo no tendría ninguna relevancia aún. Sí me empezaron a invitar a esos eventos, me empezaron a involucrar con los padres que llevaban a cabo ese tipo de reuniones, por decirlo así.

Concretamente, en el servicio religioso, todos siempre querían ir a los servicios importantes. Dígase, por ejemplo, el 12 de diciembre, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, asistir en las misas con el obispo y pues se hace en modo “litúrgico”, se hace toda una procesión.

Es raro cuando involucran a alguien que no tenía ni tiempo ahí y que, de cierto modo, te encaminaban a ir con sacerdotes, que de cierto modo, de algún modo te habían dicho ya, que estaban ahí para refinarte, para enseñarte.

Lo que Leonardo describe en este punto de su narración no es exclusivo del Seminario de Ciudad Juárez. En enero de este año, una corte del Vaticano decidió el primer caso de abuso sexual a manos de clérigos juzgado ahí. El caso ocurrió en el Seminario de San Pío X, ubicado dentro de Ciudad del Vaticano.

Como cualquier otro seminario fue creado para preparar a futuros sacerdotes, pero sus estudiantes solían asistir en las ceremonias presididas en Roma por el papa, los cardenales, obispos y otras figuras de autoridad de la Iglesia Católica allá.

Corrupción de menores

El abuso en Roma ocurrió durante el papado de Benedicto XVI y un rasgo clave es que cuando Gabriele Martinelli, el sacerdote declarado culpable en enero de este año fue estudiante ahí, estaba a cargo de escoger a los seminaristas que asistirían en las muchas ceremonias celebradas en Roma por sacerdotes, obispos, cardenales y el papa mismo.

Como estudiante en San Pío X, Martinelli tenía alguna autoridad para decidir qué estudiantes asistirían a cada ceremonia y usaba esa autoridad para abusar de otros seminaristas que estudiaban ahí. Uno de ellos fue quien lo denunció y, eventualmente, más de diez años después, probó que era culpable.

Aunque el tribunal declaró a Martinelli culpable de “corrupción de menores” dentro del Seminario y mientras era él mismo un seminarista, sigue siendo un sacerdote porque, técnicamente, el abuso lo perpetró antes de ser ordenado y la Iglesia Católica parece incapaz de comprender qué tanto daño le hace el formalismo con el que actúa en casos como este.

Un grupo de jóvenes de una generación reciente del Seminario San Pío X. De sus redes sociales.

Dada la laberíntica legislación que regula las relaciones entre los ciudadanos italianos y la Santa Sede, Martinelli sólo fue condenado a 30 meses de prisión, que todavía no se sabe si deberá purgar, pues todavía está pendiente un caso más relevante, el del papel de Enrico Radice, quien era sacerdote, estaba era rector del seminario y tenía autoridad sobre Martinelli y otros en el Seminario San Pío X entre 2010 y 2012 cuando el abuso ocurrió.

A Radice la víctima lo acusa de ser cómplice en el abuso y de no reportar el abuso a sus superiores. El juicio es más complejo porque aunque el Seminario San Pío X está en Roma, la administración recae en la diócesis de Como, ubicada 620 kilómetros al norte de Roma, en la Lombardía italiana.

El problema de usar la cercanía de figuras de autoridad dentro de la Iglesia Católica o de alguna manera vinculadas con esa institución es un rasgo frecuente en el abuso sexual a manos del clero, en la medida que la cercanía es vista como una suerte de acceso a la fuente misma del poder dentro de la institución. Como consecuencia de este escándalo, el papa Francisco decidió que este seminario saliera del Vaticano en 2021.

De regreso con Leonardo, él hace ver que “nunca fui una persona de urbanidades o a lo mejor bien comportada en cuanto a muchos modales y, precisamente, uno de estos padres, alguna vez, intentó hacerme aprender urbanidades.

“Pues ahorita no estoy en contra de ser, digamos, civilizado, pero en ese momento para mí era algo totalmente irrelevante, tendría yo 16, 17 años, era algo totalmente irrelevante y nunca me hallé bien con ese sacerdote”.

Un lugar en su mundo

RSN: Es una manera de integrarte a la jerarquía y de darte un lugar en esa jerarquía para ellos darse, a su vez, un lugar todavía más importante. Es un procedimiento que tú lo ves en otras estructuras jerárquicas: en los deportes, en la vida cultural, en todo. Lo que pasa es que ellos juegan con este bien trascendente que es la salvación y el papel que tú puedes tener como intermediario de la salvación de otros al hacerte sacerdote.

LEV: Sí. También siempre noté esa especie de elitismo, de preferencia, de sacerdotes y no solamente en seminaristas, sino también a las familias bien posicionadas les hablaran mejor que a las que eran de, digamos, de escasos recursos.

No digo que todos, pero sí había varios así.

Y bueno, eso pasó un año. No quedé yo bien con ese padre porque no se me pegó a mí nunca las urbanidades, la verdad. Y él, según sé, dio mala nota de mí.

No nos hacen públicas nuestras notas, pero sí hubo una especie ya de diferencia.

Leonardo Escárcega Velázquez durante la grabación de nuestra entrevista, agosto de 2024.

RSN: Claro, claro.

LEV: Irónicamente, el año siguiente fue cuando otro sacerdote que fue mi encargado me mandó ahora a donde se narró toda la historia. Pero ahora, porque me faltaba ser más humilde y ser menos fresa. Y realmente me resultaba algo contradictorio.

Primero, me hacía falta ser más refinado y luego de la nada me van a mandar a un lugar porque ya soy demasiado fresa. Eso es. De cierto modo, eso siempre me pareció contradictorio.

RSN: Es el gaslaiteo, es lo que le llaman la luz de gas o lamparear. Generar esta situación de no saber cuál es tu lugar en la jerarquía para que ellos te den el lugar.

LEV: Y lo cierto es que estando ahí adentro realmente no cuestionas las órdenes que te dan, no las cuestionas. Hay cosas a veces que te sientes culpable.

Yo me sentía culpable porque nunca pude ser tan refinado como quiso uno; porque ahora piensan que soy tan poco humilde como dijo otro y fue tan…

Ni siquiera es como que en ese momento le encuentres lógica, solamente piensas algo estoy haciendo malo.

RSN: Eso es lo que buscan. Es un modelo orientado a generar ese tipo de reacción que tú tenías. Esa es la idea. Porque de esa manera ellos te pueden hacer como quieran. Y hay muchachos que están tan necesitados de afecto, tan necesitados de tener orden en su vida, que aceptan. Que si le dice un sacerdote “¡Brinca!”, ellos responden “¿qué tan alto?”.

Advertencias

LEV: No era mi caso. Es que últimamente después de estar en terapia, he querido. ¿Cómo se puede decir?

No tanto como entablar otra vez amistad con todas esas personas, pero sí de mi parte sentir que ya hay un perdón. No tanto porque ellos necesiten perdón o les interese; es algo que a mí me liberaría de rencor que, de cierto modo, sigo cargando.

De hecho, cuando publiqué ese texto, esperaba dar una alerta a los próximos chicos que fueran a entrar al Seminario. Pero, esa parte también habría sido importante involucrarla, aunque no lo hice entonces. En su momento ni siquiera se me ocurrió.

Leonardo Escárcega Velázquez y Rodolfo Soriano-Núñez, 2024.

Aunque era la intención dar como una alerta, nunca hablé de esto. Y que se prendieran como esos focos, ¿sabe? Me preocupaba que, primero, te dan demasiada atención y luego, de pronto, te la quitan.

Y luego también durante el periodo en que yo estuve experimentando acoso después de lo ocurrido. Ya eran situaciones concretas, pero muy extrañas de gente que nunca me había hablado y, de la nada, me invitaban.

No sé, por ejemplo: “necesito que hoy vayas a mi cuarto en la noche porque quiero platicar contigo”. ¿Por qué iría a tu cuarto si ni siquiera he hablado contigo nunca?

Eso sí, no recuerdo bien si lo llegué a detallar en mi relato.

RSN: Sí, sí está, sí está.

LEV: Y también estaba la parte donde después hubo otros sacerdotes que incluso me llegaron a invitar a pasar fines de semana con ellos.

Lo malo fue que uno de ellos sí se ganó la confianza de mis papás y como mis papás no estaban en contexto de todo lo que había pasado, ellos pensaban que yo me resistía a ir otra vez a un lugar por rebelde.

Entonces, de cierto modo, esta persona también se quiso propasar conmigo.

Realmente fue algo, digamos, fue más bien ese como mi punto de quiebre, donde de plano no podía. Ya no se puede confiar en alguien ahí dentro y no puedo decir que todas las personas tienen ahí dentro malas intenciones, pero es muy difícil determinar quién sí o quién no.

RSN: No sé si al leer el texto viste que agregué algo sobre un estudio que se hizo en Estados Unidos en los seminarios allá. Una de las cosas que se deja ver en ese estudio de seminarios en Estados Unidos es justamente esto que tú señalas, que muchos seminaristas, que incluso siguen estudiando, no tienen claro en quién confiar dentro de los seminarios.

Cultura en el seminario católico

Lo publicó 2019 John Cavadini, un sacerdote y profesor de Notre Dame. Una traducción del título sería «Abuso sexual y cultura en el seminario católico». El Center for Applied Research in the Apostolate de la Universidad de Georgetown desarrolló la encuesta que sirve de evidencia para el estudio.

La portada del estudio de Cavadini. Disponible en el sitio de la Universidad de Notre Dame y aquí.

El estudio está disponible aquí en el sitio de la Universidad de Notre Dame o también aquí.

LEV: Exactamente. Es así. Incluso había padres en los que realmente no puede decir que nunca me hicieron algo o que eran malas personas o se portaban mal. Pero siempre había como relación entre todos los padres. De cierto modo, había aprecio, había. Claro, es un grupo muy pequeño, muy reducido.

RSN: Hubo otro exseminarista de ahí mismo que me envió capturas de pantalla de grupos de WhatsApp en los que varios de los sacerdotes de ahí de la diócesis hablan de temas sexuales. El problema es que él nunca quiso tener esta conversación conmigo. Me envió las capturas de pantalla y yo no las puedo validar. Y luego, de repente, dejó de escribirme y ya nunca me volvió a contestar.

Entonces uno, al hacer este tipo de trabajo, no puede validar cualquier cosa. Si todo esto que envió es cierto yo tendría que confirmarlo con otras fuentes.

Pero se conocen, e intercambian y comparten mucha información acerca de los estudiantes. Eso es claro.

Un seminario es una institución totalizadora en la que ustedes están ahí 24 horas al día sometidos a algún tipo de vigilancia, algún tipo de observación. Entonces es obvio que va a haber mucha información sobre cada estudiante.

LEV: Pues sí, la verdad. Terminan sabiendo cuáles son nuestros hábitos, nuestros vicios y quiere decirlo así, a lo mejor virtudes. Pero al final estamos ahí 24 horas. Y es muy raro que un padre no sepa cuando uno habla mal de otro si uno alza la voz en una actividad. Eso siempre es demasiado raro.

Un grupo de seminaristas camina. En la parte trasera, escrito en la montaña un mensaje sobre la lectura de la Biblia.

RSN: Además, tienes la confesión. Es otro elemento para conocer muchos detalles personales de los estudiantes. Que no digan que no comparten aspectos de lo dicho. Por eso hay tantos casos de “confesión cómplice”, es decir, cuando confiesan y absuelven a sus víctimas para que no digan a otro sacerdote qué pasa.

LEV: Eso sí, no tengo idea si lo hacen entre ellos o no, pero siempre nos enseñaron que eso era como un secreto tan sagrado que podría merecer hasta la excomunión el hablar de algo que se habló en confesión.

La crisis más brutal

RSN: Igual otros pecados ameritan excomunión. Ese es el problema y es lo que no se dan cuentas, lo que no reconocen como ellos están contribuyendo a una de las crisis más brutales en la historia de la Iglesia Católica por esas actitudes.

LEV: Pues sí.

RSN: Una pregunta, ¿tú entraste después de la visita del papa allá?

LEV: Fue el mismo año, pero sí después. Después de alguna vez. El papa me parece que llegó en febrero. Sí. Según recuerdo, vino aquí a Ciudad Juárez en febrero. Sí. Y yo entré en agosto de ese año. El mismo año.

El papa Francisco en Ciudad Juárez. De las redes sociales de la diócesis, 2016.

RSN: Ahora tú de alguna manera respondiste o sentías que estabas respondiendo al llamado del papa Francisco cuando tú entraste en el seminario.

LEV: No, como tal, el papa Francisco no. Eso fue algo que se me criticó, pero yo nunca tuve como ideales por los papas, porque de hecho una capilla del seminario se llama Juan Pablo II, pero nunca tuve esa idea por los papas.

Cuando yo entré, traía yo otro tipo de motivaciones y de hecho cuando yo entré ya había tenido yo como dos años de proceso durante círculos vocacionales, jornadas de retiros y demás, que son un modo de jalarte.

RSN: En tu texto tú hablas de que tu familia tenía alguna relación con algún grupo…

LEV: Mis papás tenían ellos su reunión, ellos pertenecen a un grupo, pero no había algún formador del Seminario allí. Sin embargo, cuando mi caso ocurrió, el chisme ya era grande y los matrimonios ahí se enteraron así.

RSN: Ahora, ¿cuánto tiempo estuviste en el seminario?

LEV: Fue el último año de preparatoria, el año introductorio y dos y bueno un año y medio de filosofía, me parece. No recuerdo si terminé el segundo año de filosofía, la verdad.

RSN: Pero tú acudiste al mismo seminario todos esos años. No hay separación entre menor y mayor…

LEV: Sí, todo está dentro del mismo lugar. Preparatoria, introductorio, filosofía y teología.

RSN: Ah ya ok, o sea ya no hay separación entre menor y mayor.

LEV: Hay separación, pero todos los ciclos dentro del mismo predio.

Distinción

RSN: Ahora, algunas preguntas muy específicas. El rector del Seminario cuando ocurrió tu caso era el padre Juan Manuel Orona y fue quien te maltrató, ¿verdad?

LEV: Sí. Él era entonces.

RSN: Y, ¿él deja el cargo por tu caso?

LEV: No puedo asegurar eso. De hecho, todo pasó cuando yo pasé del último año de preparatoria al curso introductorio. Después, cuando salgo, él estuvo todavía un buen tiempo ahí y realmente ya no tengo yo noción de qué pasó después de que yo salgo, aunque sí sé que fue algo muy llamativo cuando hago la publicación.

Al presidir una misa, el obispo Torres Campos. A su derecha, con los lentes y un libro en las manos, Juan Manuel Orona, entonces rector del Seminario, 2018.

RSN: Claro, es que es que cuando yo uso tu testimonio es cuando este otro exseminarista me manda las capturas de pantalla de WhatsApp y él me asegura que Orona efectivamente sale por tu caso. (El texto previo con el testimonio de Leonardo está enlazado después de este párrafo).

LEV: Eso realmente no lo puedo asegurar.

RSN: Sí, tú estabas con otros problemas en la cabeza.

LEV: Sí.

RSN: Ahora, cuando tienes esa esa conversación tan difícil con el obispo José Guadalupe Torres Campos, él es quien te dice “no le digas a tus padres”, ¿es así?

El papa Francisco en sotana blanca. En la negra, el obispo Torres Campos en la capilla del Seminario, 2016.

LEV: La verdad es que fue no fue así, que me lo dijera expresamente. Él me dijo no lo vuelvas a hablar esto con nadie y yo fui el que preguntó. Yo le pregunté si podía involucrar a papá y a mamá.

RSN: Y él dice que es preferible para no lastimarlos. Eso me interesaba tener muy claro porque él de tú eras menor de edad en ese momento, ¿no?

LEV: Cuando hablé que tenía 18.

RSN: Pero el ataque ¿qué edad tenías cuando el diácono te atacó?

LEV: Ya tenía 18.

RSN: Tú ya tenías 18 años.

LEV: Sí.

RSN: Porque, si tú hubieras sido menor, entonces había la obligación de que la diócesis presentara una denuncia ante la fiscalía del Estado.

En todo caso, era importante tener en claro si tú eras menor de edad al momento en que este diácono abusó de ti. Ahora, la otra cosa ¿qué pasó con ese diácono? ¿Tienes tú alguna idea?

Degradado al…

LEV: Tengo entendido que, según recuerdo, se llama “degradación al Estado laical”; lo que tengo entendido es que le quitaron todos órdenes.

RSN: Si, así le dicen.

LEV: Eso es lo que tengo entendido. Realmente no quise indagar sobre él. Otras versiones dicen que él después se fue a Tabasco, pero no me consta tampoco.

RSN: Sí, es un rumor pero con sustancia, pues hay sacerdotes con problemas en Ciudad Juárez que acaban en la diócesis de Tabasco, en el sur de México.

Eso yo ya lo tengo documentado por otras vías que efectivamente está ocurriendo. Entonces, no sería difícil que efectivamente el obispo allá quien es obispo luego de su paso por Ciudad Juárez y, sobre todo, de Nuevo Casas Grandes, que haya recibido al diácono y lo vaya a reciclar y eventualmente ordenar.

Gerardo de Jesús Rojas López es el actual obispo de Tabasco. Él fue sacerdote en la diócesis de Ciudad Juárez, aunque nació en Teocaltiche, Jalisco, en 1957. En 1983, el obispo Miguel Talamás Camandari le ordenó como sacerdote, de modo que cuando Juan Pablo II nombró a Juan Sandoval Íñiguez como obispo coadjutor en Ciudad Juárez él ya estaba en la frontera México-Estados Unidos.

El ahora cardenal Juan Sandoval Íñiguez y los finados antiguos obispos de Cd. Juárez, R. Ascencio León y M. Talamás Camandari, 1994.

Un año antes de su muerte, en 2004, Juan Pablo II nombró a Rojas López como obispo de Nuevo Casas Grandes en el estado de Chihuahua. Esa diócesis mexicana comparte la frontera con la de Las Cruces, en Nuevo México.

Rojas López pasó seis años en la frontera y luego, en 2010, el papa Benedicto XVI lo envió a Tabasco, una diócesis que comparte mismo territorio que el estado mexicano del mismo nombre en la costa sur del Golfo de México, como el mapa después de este párrafo muestra.

Las diócesis de Cd. Juárez, Nvo. Casas Grandes y Cuauhtémoc-Madera en Chihuahua y la de Tabasco en México.

Desde entonces, a Rojas López la organización civil de alcance global Bishop Accountability le ha señalado por encubrir la transferencia a una ubicación desconocida del sacerdote Carlos Francisco Alejo Oramas, quien solía abusar de niñas, como se detalla en el texto enlazado después de este párrafo.

LEV: Sí, le digo la verdad, tengo yo muy poco contexto en el tema. Si me han contado obviamente varios rumores sobre sacerdotes específicos de Tabasco que llegaron aquí, pero no puedo afirmar nada acerca de esas personas.

Procedimientos

RSN: Ahora una pregunta. ¿Tú planteaste este problema con tu director espiritual, con un prefecto o qué procedimiento seguiste?

LEV: Bueno, la primera vez que hablé del tema no fue con ninguna autoridad. Yo lo hablé con un compañero de ahí.

RSN: Pero en el momento en el que tú lo hiciste ya público fue con un sacerdote común y corriente, un profesor ¿o cual fue la ruta que seguiste?

LEV: No, la primera vez que ya lo hablé, una vez que ya había estallado la bomba, fue cuando el rector y el obispo me mandaron llamar para hablar del tema.

RSN: ¿Ellos hablaron primero contigo?

LEV: Sí. Fue como yo supe que se sabía todo.

RSN: O sea, tú no hiciste una denuncia formal.

LEV: No, nunca. Nunca. Ellos fueron los que me buscaron.

Estaba, me acuerdo de que yo estaba en un rezo o casi creo que era el rosario. Íbamos caminando y me mandan a hablar. Ok. Que sí, que me estaba buscando el rector y realmente yo no tenía ni siquiera idea de por qué me mandaba a hablar el rector. Entonces el rector ya es donde me hace esa pregunta que siempre me pareció impertinente si yo habría tenido una relación homosexual con el diácono.

Luego, después de eso, ya le cuento toda la historia y esa misma noche yo hablo con, ahora sí mi director espiritual y le platico todo tal cual como pasó y le digo que eso ya fue algo que salió porque el mismo rector me habló.

Y de hecho esa noche yo no dormí. De hecho, yo no bajé ese día nada. No bajé a rezos, no bajé a desayunar, no bajé a clases. Estaba yo encerrado en mi cuarto.

Ciertos compañeros dijeron que estaba enfermo porque nadie supo de mí toda esa noche. Y al día siguiente me van a buscar a mi cuarto porque ya había llegado el obispo y quería hablar otra vez conmigo.

Y habló el obispo conmigo en presencia del rector y fue donde se volvió a hablar todo el tema. Y eso sí, el obispo sí me dejó hablar tal cual no me hizo preguntas estúpidas. Es la palabra. No me hizo preguntas estúpidas.

RSN: ¿Ellos te ofrecieron a ti algún tipo de ayuda psicológica, de atención?

La capilla principal del Seminario, Ciudad Juárez, México.

LEV: Sí, la recibí, la verdad. Me recomendaron. De hecho, es que en el seminario hay psicólogos de cabecera que atienden cualquier situación que tenga un seminarista.

RSN: ¿Y fuiste con ellas?

LEV: Sí, fui con una psicóloga, de hecho, de la que todo mundo me dijo que era de las mejores, estando ahí dentro del seminario. Sí, puedo decir. No voy a hablar mal de la psicóloga. Es una excelente persona y le tengo mucho aprecio.

¿Las manos de Dios?

RSN: O sea, si te ayudó, pues.

LEV: Me ayudó. El problema es que muchas de las situaciones que yo podía plantear, ella las planteaba religiosamente. Es cierto, que yo vivía en un contexto religioso, pero creo que la psicología como ciencia objetiva no debe abarcar aspectos religiosos. Eso es lo que creo. A lo mejor también estoy equivocado. No sé. Pero había cosas que yo le decía y ella llegó a hacer el comentario de “ponerlo en manos de Dios”.

RSN: El problema para muchas víctimas, sobre todo quienes no son clérigos, es que los obispos a fuerza quieren que sean atendidas por psicólogos leales a la Iglesia. Así presentan las terapias como parte de la reparación del daño. Sin embargo, tú tienes razón en criticar la manera en que mezclan las cosas. Lo que hacen es terrible en realidad. Deben dejar que las víctimas escojan la terapia que ellas quieran desarrollar.

LEV: Bueno, yo tuve que pagar la mitad del costo de cada sesión de terapia.

RSN: ¿Tú tuviste que pagar por la mitad del costo de tus terapias?

LEV: La mitad, sí.

RSN: Pero dado que tú fuiste a esa casa donde te obligaron a vivir con ese diácono atendiendo órdenes de tu superior, la responsabilidad era de ellos no tenías tú por qué cargar con la responsabilidad de pagar por las terapias. Pero qué bueno que lo aclaras, porque da una idea más clara de qué tan poco les importan las víctimas.

En la diócesis mexicana de Atlacomulco, Los Ángeles Press ha documentado cómo el obispo ahí niega a las víctimas de abuso sexual del clero la posibilidad de que acudan a terapia con quienes ellas deseen hacerlo. El texto se enlaza después de este párrafo.

Una posible razón para forzar a las víctimas de abuso sexual a acudir a terapias con profesionales que ellos prefieren es para mantener bajos los costos, pero también es posible que sea porque busquen terapeutas que asuman que hay que “dejarlo en manos de Dios”, para reducir la responsabilidad de la institución en estos casos.

LEV: Sí, pero así concretamente era mitad y mitad. Entonces eran 200 pesos que yo debía pagar de mi bolsa y el seminario otros 200 (aproximadamente 20 dólares de Estados Unidos en total).

RSN: Otra pregunta, ¿tú supiste de algún otro caso mientras tú estuviste ahí?

LEV: Antes supe del caso de un chico que pensé en mencionarlo, pero como realmente nunca tuve su consentimiento, no lo mencioné. Solamente puedo decir que yo sabía de otras situaciones similares en el Seminario.

Es cierto, sí pasa

Como que a mí me abría el foco de que entonces sí es cierto, sí pasa. Yo supe la versión que se manejó como chisme también. De hecho, procuré no juzgar a esa persona. Pero se decía que él sí era menor de edad, de hecho era menor que yo.

Había un padre que lo buscaba en el seminario, se lo llevaba a comer, se lo llevaba a su parroquia, le compraba cosas.

RSN: Era su juguete…

LEV: Básicamente. Y, se supone, que alguna vez le encontraron en una tableta mensajes muy inapropiados con el sacerdote que lo sacaba del Seminario. No sé hasta qué punto llegaban, porque la persona que tenía pruebas de eso creo que también en algún momento fue expulsada y tampoco nunca lo quiso compartir.

Pero un tercero fue el que se dio cuenta de todo eso y llevó como capturas de pantalla, fotografías y todo. Y también le dijeron que tenía que callarse y tanto expulsaron a este chico, al bueno, al que salía con el padre, como al otro que mostró las capturas de la conversación que tenía el otro chico con él.

RSN: Pero al sacerdote, nada…

LEV: No.

RSN: Y eso fue el único caso del que tú te enteraste…

LEV: De ese me enteré. Había otros rumores, pero eso sí; no me constan. A veces incluso eran como chistes. Digo yo fuera de lugar, pero que hacían sobre todo los que estábamos en el Seminario Menor. Se hablaba mucho de un sacerdote que era formador y que llevaba a seminaristas menores a jugar hasta muy de madrugada en su cuarto videojuegos. Y se comentaba mal de eso, obviamente, pero pues nunca se supo algo, algo concreto.

RSN Claro, claro. Sí, porque mira, el problema también es que la mayoría de ellos están en una situación similar a la tuya, ¿no? O sea, no quieren hablar.

El centro de Ciudad Juárez. Foto de Israel Hinojosa Baliño, en Flickr.

LEV: Y le digo yo no juzgo esas personas, no. Si guardan silencios por su razón y se respeta y todo perfecto. Por eso tampoco mencioné ese tipo de situaciones en mi publicación, porque tampoco se trataba de exponer o lastimar a otra persona.

RSN: Y, durante la formación, ¿a ustedes los hacían conscientes de ese tipo de riesgos? ¿Les decían que tenían que hacer si les ocurrían este tipo de cosas o era algo de lo que nunca se hablaba?

LEV: Hasta donde yo recuerdo, los directivos del Seminario nunca nos hablaron de algo así, de este tipo de situaciones.

Ahogado el niño

Fue que se empezó a tocar ese tema. Ya se empezaron a dar pláticas y se empezaron a dar. Pues ahora sí, cuídate de esto, cuídate del otro. Pero fue después de todo cuando ya era pública mi situación.

RSN: Ahora ¿cómo vivieron tú y tu generación en el seminario la situación de Aristeo Baca?

LEV: De hecho, cuando estaba uno de los juicios de Aristeo Baca ya estaba en mis últimos días en el Seminario, por irme. Y sí, recuerdo que también eso me molestó mucho.

Los formadores dijeron que era necesario rezar por la desacreditación de los sacerdotes, por las difamaciones, por esto, para el otro. Nunca se habló concretamente que él fuera culpable. Después resultó que sí era. O sea, no lo digo yo. No lo dicen los juzgados, lo dicen los juzgados.

RSN: Sí, es una cosa que está juzgada.

LEV: Era crear esta idea de que todos éramos parte de un equipo y de que era un ataque contra la Iglesia.

RSN: Eso mismo hacían en la arquidiócesis de Chihuahua con sus casos.

LEV: Le dedicábamos horas santas para rezar por las «difamaciones» contra los padres.

Aristeo Baca (en blanco) uno de los pocos clérigos mexicanos condenados por abuso sexual. Con él el entonces gobernador de Chihuahua, Javier Corral.

RSN: Por el caso de Baca.

LEV: Sí, cuando fue todo lo de Baca, sí. Había un ambiente difícil, muy denso.

RSN: Y eso lo viviste en las últimas semanas que estuviste en el Seminario…

LEV: Pero de cierto modo convencieron a varios de mis amigos de que, en efecto, yo había tenido contacto íntimo homosexual con otros seminaristas o con padres.

RSN: Claro culparte a ti, culpar a la víctima, que es una estrategia también típica. Si te fijas lo que hacen con Baca para defender a Baca desde la desde la diócesis, es desacreditar a la familia de la niña. Dijeron que acusaban a Baca porque se estaban robando las limosnas. Entonces es el mismo modelo, es la misma actitud de siempre: defender a la institución antes que a las personas.

Los Ángeles Press publicó el año pasado un texto dedicado al caso de Aristeo Baca, uno de los pocos sacerdotes efectivamente condenados en cortes penales mexicanas por abuso sexual. El texto está vinculado después de este párrafo.

LEV: Entonces, si te de hecho ahí viví yo un contraataque, perdí relación con muchos de mis amigos y de hecho puedo decir yo que también en mi dolor reacciono yo de forma muy reactiva. Y también dije cosas muy hirientes contra ellos.

RSN: Pero tú eras la víctima del ataque del diácono. ¿Qué esperaban que hicieras? Y ellos no cumplieron con procedimientos básicos. Tú me dices que no que no les que no les decía qué debían hacer en caso de un ataque de un clérigo o de otro seminarista. La crisis de abusos lleva 40 años, al menos. No es algo nuevo. Tendría que haber estado informándoles a ustedes por lo menos desde el 2007. El año previo, en 2006, Roma publica una instrucción sobre la educación en los seminarios.

Pues no sé si tú tengas algo más que me quieras decir.

LEV: Muchas gracias por su tiempo.

RSN: Gracias a ti.

Además del texto de Cavadini, la tóxica cultura que afecta a los seminarios católicos es clave en otro estudio reciente. El sociólogo filipino Vivencio Ballano publicó en abril un texto cuyo título traducido sería «Celibato, formación en el seminario y abuso sexual a manos del clero católico. Una exploración de los vínculos sociológicos y posibles alternativas a la formación del clero». La página de la editorial con información sobre ese libro, está aquí.

El autor publicó algunos capítulos de ese libro como artículos en revistas académicas. Algunos de esos artículos están disponibles en las páginas del autor en Research Gate y Academia.org.

Antes de los textos de Cavadini y Ballano estaban los artículos y libros publicados, por separado, por Richard Sipe y Andrew Greeley.

Para ambos era claro, en la primera década de este siglo, que la educación en el seminario necesitaba desesperadamente de cambios.   


**Este es un un texto de Rodolfo Soriano-Núñez publicado en Los Ángeles Press con su consentimiento. Aquí puedes consultar la publicación original.


Rodolfo Soriano-Nuñez

Es especialista en Sociología de la Religión. Egresado del doctorado en Sociología de la Universidad de Fordham, Nueva York. Autor del libro «Miedo y asco en Ciudad Juárez: Historias de abuso e impunidad sacerdotal»

Es especialista en Sociología de la Religión. Egresado del doctorado en Sociología de la Universidad de Fordham, Nueva York. Autor del libro «Miedo y asco en Ciudad Juárez: Historias de abuso e impunidad sacerdotal»

Border Noise

Awake of the Sickness rinde tributo a Disturbed y Godsmack

El fin de semana pasado, el escenario del Hysteria Promotions fue la sede de un doble tributo a dos bandas de mediados de los noventas Disturbed y Godsmack.

La noche fue amenizada por Awake of the sickness una banda local que hace tributo a dos de las mejores bandas en el metal alternativo, conformada por Luis Satyr, como vocalista; en la guitarrista se encuentra Jorge Romero; Nahum Herrera es el bajista y Ángel Olvera el baterista.

El evento contó con una atmósfera de camaradería entre los asistentes, quienes disfrutaron de temas icónicos como «Down with the Sickness» y «I Stand Alone.»

La combinación de un sonido potente y la pasión de la banda logró conectar con el público, ofreciendo una noche inolvidable para todos los amantes de este género musical.

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Especiales

Las trampas de la fe: otro sacerdote acusado de abuso sexual

“El silencio intimando a los vivientes, uno y otro sellando labio oscuro con indicante dedo”, Primero Sueño, Sor Juana Inés de la Cruz 

Las historias de abusos sexuales cometidos por sacerdotes, en contra de mujeres, de niños, niñas y adolescentes, emergen tímidamente como murmullos en la penumbra, hasta convertirse en un grito en la búsqueda de justicia que nadie escucha. 

En medio de este difícil camino, donde la fe debería ser el refugio, la Iglesia se convierte en un escudo para esconder y silenciar el abuso de quienes portan la sotana, donde sus representantes no solo le han fallado a las víctimas sino también el Estado. 

Este es el caso de Jorge Ordoñez Burgos, un padre de familia que ha navegado más de tres años entre trámites burocráticos y procesos legales para encontrar justicia para su hija, a quien sólo llamaremos Sofía, con el fin de resguardar su identidad. 

Según denuncia, su hija habría sido víctima de abuso sexual por parte de un sacerdote en esta localidad: el padre Istibal V. O. , en hechos que presuntamente ocurrieron el 9 de septiembre de 2020, cuando la niña de 10 años y asistió a una fiesta de cumpleaños acompañada de su madre.

En la reunión, el religioso presuntamente le realizó tocamientos inapropiados a la menor de edad: la sentó sobre sus piernas y frotó sus manos sobre ellas, además de meter las manos debajo de su blusa y tocarle el abdomen. Tras sentirse incómoda, la niña se quiso ir, pero el sujeto la jaló de la cintura para evitarlo. Aunque Sofía le dijo a su madre sobre el hecho, ésta no le dio importancia.

Sin embargo, después de un tiempo, el padre de Sofía se enteró de la situación, por lo que acudió a interponer la denuncia ante la Fiscalía Especializada de la Mujer, lo cual quedó asentado en la carpeta Número Único de Caso NUC-37-2020-0031066

Pero la denuncia no quedó ahí, sino que también acudió ante la propia Diócesis de Ciudad Juárez, la Conferencia Episcopado Mexicano (CEM), además de buscar la asesoría de la Comisión Estatal y Nacional de Derechos Humanos y, finalmente, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. 

La primera denuncia se realizó ante la Fiscalía General del Estado a las 2:30 de la tarde, el día 30 de septiembre del 2020, ante un agente del Ministerio Público, a donde Sofía acudió en compañía de su papá. 

Denuncia 30 de septiembre en la Fiscalía General del Estado / Cortesía
Testigo 13 de noviembre 2020 / Foto: Cortesía

Sobreseimiento  

En relación con este hecho, la Fiscalía Especializada de la Mujer (FEM) informó a Circuito Frontera que, en 2021, se judicializó la denuncia. Sin embargo, un tribunal decidió no vincular a proceso al acusado por atipicidad, lo que llevó a la presentación de una apelación por parte de la víctima. 

Según la instancia estatal, el delito denunciado no se ajustaba a las tipificaciones por abuso sexual establecidas.

Posteriormente, las autoridades estatales abrieron una carpeta de investigación bajo la causa penal 2959/2022, en contra de Istibal Valenzuela Olivas por la presunta comisión de abuso sexual con penalidad agravada en contra de una menor de edad. 

Se llevaron a cabo varias audiencias… Sin embargo, los esfuerzos del padre de Sofía han sido en vano, pues por más de 3 años su hija aún no recibe justicia. 

El 17 de junio del 2022, la jueza de Primera Instancia Brisa Yadira Merz Mendoza dicta auto de no vinculación a proceso a favor del sacerdote, ya que consideró que no existían elementos para establecer la comisión del delito. 

Luego, la defensa del sacerdote solicitó que se le diera sobreseimiento al caso, es decir, una resolución judicial en donde se pone fin a un proceso penal sin que haya un juicio o una sentencia de fondo sobre la culpabilidad o inocencia del acusado.

Esto, pese a los hechos narrados por la propia víctima y pruebas psicológicas en donde se determinó que efectivamente Sofía sufrió abuso

Por este hecho, el padre de la niña denuncia que hubo una serie de irregularidades y omisiones en el proceso, y asegura que el sacerdote recibió un trato favorable, mientras que el Estado dejó sin protección a la víctima.

Cabe resaltar que actualmente existe un amparo interpuesto en contra de la última decisión jurídica de dar sobreseimiento al caso de Sofía, por lo que aún están en espera de una respuesta. 

Sacerdote caminando por la calle. Imagen ilustrativa / Foto: Pixabay

Asimismo, es importante señalar que el artículo 176 del Código Penal del Estado de Chihuahua establece penas de 6 meses a 2 años de prisión, una multa de 30 a 90 días de salario, y la posible destitución del empleo, para quien realice actos lascivos o de connotación sexual sin consentimiento, aprovechándose de su posición laboral, docente, religiosa, doméstica o cualquiera otra que implique subordinación. 

Si el acusado es un servidor público, docente o ministro de culto, la pena será de 10 meses a 3 años de prisión, con una multa de 150 a 300 días de salario mínimo y se le destituirá e inhabilitará hasta por 5 años para ejercer el cargo relacionado.   

Respecto a este caso (y otros más) Circuito Frontera solicitó una entrevista con Wendy Chávez Villanueva, fiscal Especializada de la Mujer en el Estado de Chihuahua, sin embargo, tras dos semanas sin recibir una respuesta, dio a conocer a través del personal de Comunicación Social que “estaba muy ocupada”. 

Harpócrates: la noche silenciosa 

El hecho de que el caso de Sofía se haya “paralizado” por la vía legal, no fue un impedimento para que Jorge Ordóñez continuará con la búsqueda de justicia para su hija, pues acudió a la Comisión Estatal y Nacional de Derechos Humanos, en donde sólo le dieron “excusas”. 

Sin embargo, no fue hasta llegar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde el padre de familia encontró una pequeña esperanza, pues su denuncia fue aceptada y actualmente se encuentra en investigación. 

Religiosamente, el hombre envía documentos que ayuden a la investigación del caso a este organismo, además de copia de las denuncias realizadas que cada día suma más personas por encubrimiento. 

Derechos Humanos
Comisión Estatal de Derechos Humanos en Ciudad Juárez / Foto: Archivo

Comentó que hasta hace unos días, el Estado Mexicano tenía la obligación de responder respecto al caso de Sofía y las violaciones a sus derechos humanos por la falta de atención de las instancias penales correspondientes, entre otros organismos, pero éstos hasta el momento no han respondido a la solicitud. 

Un camino sin avances significativos es una odisea en la que Jorge Ordoñez se metió desde hace varios años, pero que no se limita a la vía penal, pues también buscó el acercamiento ante diferentes instancias religiosas. 

En primer lugar tuvo un acercamiento con la Diócesis de Ciudad Juárez, en busca de platicar con el obispo, quien no lo recibió durante varios meses. 

El denunciante relató que Julián Badillo, sacerdote y experto en Derecho Canónico de la Diócesis de Ciudad Juárez, lo atendió y le pidió disculpas, informándole que se suspendería al acusado, Istival Valenzuela, de su parroquia provisionalmente. 

Sin embargo, tras 15 días, Istibal Valenzuela Olivas, continuó en su puesto: “Llegan los 15 días y el fulano sigue en su parroquia como si nada”, afirmó Ordóñez. 

Obispado de Ciudad Juárez, ubicado entre las calles Perú e Ignacio Mejía / Foto: Angélica Villegas

El padre de familia indicó que, ante la inacción de la Diócesis, decidió escalar el asunto a instancias superiores, como la Conferencia del Episcopado Mexicano. 

A pesar de sus esfuerzos, se encontró con más obstáculos. “Me llama el tribunal eclesiástico para tomarme la declaración y no me quieren entregar copias de nada”, expresó, señalando que incluso le negaron acceso a su propia declaración escrita. 

También hizo hincapié en que el proceso carecía de transparencia, ya que no le proporcionaron la sentencia de absolución del acusado. 

«No te la puedo enseñar (le dijo el sacerdote) ¿Cómo que no me la puede enseñar?», cuestionó, subrayando la falta de claridad en el manejo del caso.

Jorge Ordoñez, padre de la víctima

Ordóñez ha documentado múltiples irregularidades y afirmó que «esto tiene una dimensión penal» y que no se trata sólo de una cuestión eclesiástica. 

Además, reveló que hay otras víctimas que también desean denunciar, aunque temen hacerlo.

La situación expuesta por Ordóñez resalta la necesidad de que la Iglesia tome medidas cautelares adecuadas y aborde las denuncias de abuso de manera seria. 

«Conozco casos de otras víctimas de Valenzuela, pero son mujeres que tienen miedo», añadió.

Sacerdote Istibal V. O tras concluir una misa / Foto: Cortesía

Sobre este caso, Circuito Frontera platicó con el sacerdote Gustavo Balderas, encargado de la Comisión de Pederastía de la Diócesis de Ciudad Juárez, sin embargo, dijo que no podía dar declaraciones al respecto. 

José Guadalupe Campos Torres durante misa en Catedral / Foto: Angélica Villegas

También se buscó al obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez, José Guadalupe Campos Torres, quien dijo que tenía conocimiento de este caso, pero que ya había sido resuelto. 

El sacerdote se limitó a comentar que “Ya se resolvió” y que el sacerdote acusado presuntamente de abuso sexual “se había declarado inocente”. 

Agregó que la Diócesis cuenta con una comisión en donde las personas pueden presentar su denuncia o bien a través de él directamente, para darle seguimiento a los casos. 

José Guadalupe Campos Torres, obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez

No son casos aislados

Para este reportaje se solicitó información a la Fiscalía General del Estado (FGE) y a la Fiscalía Especializada en Atención a Mujeres Víctimas del Delito por Razones de Género (FEM), sobre el número de denuncias interpuestas en contra de sacerdotes por cualquier tipo de abuso e índole sexual, sin embargo, se informó que sólo tenían conocimiento del caso del sacerdote Aristeo Baca. 

Pareciera que el número de casos registrados de este tipo son pocos, sin embargo, cabe resaltar que, de acuerdo datos de la Comisión Sauvé, entre 500 y poco menos de mil 500 personas (algunas de ellas podrían haber muerto ya) se han visto afectadas por presuntos abusos cometidos por sacerdotes, en un periodo desde 1966 a la fecha, según refirió Rodolfo Soriano-Núñez, investigador que documenta casos de abuso sexual realizados por sacerdotes.  

Expuso también que tan sólo en Ciudad Juárez, Chihuahua se estima que existen al menos 22 clérigos depredadores.

Tabla cortesía de Rodolfo Soriano-Núñez, investigador que documenta casos de abuso sexual realizados por sacerdotes.

Asimismo, las organizaciones Spes Viva y Bishop Accountability dieron a conocer una lista de 15 obispos acusados de encubrir abusos sexuales en México, entre los que aparecen dos obispos y un cardenal que, en su momento formaron parte del clero de Ciudad Juárez. 

Se trata de Gerardo de Jesús Rojas López, obispo de Tabasco, 2011-?; antiguo obispo de Nuevo Casas Grandes, 2004-2011 y ex presbítero de Ciudad Juárez, 1983-2004; el antiguo obispo de Ciudad Juárez, arzobispo emérito de Guadalajara y cardenal Juan Sandoval Íñiguez (1988-1994) y el actual obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos (2014-actual).  

Al respecto, Tania Ramírez, directora de la organización REDIM, indicó que dentro de este panorama, los casos de abusos por parte de sacerdotes no son casos aislados, sin embargo, se documentan muy poco. 

«Hemos estado apoyando la denuncia de ex sacerdotes que han vivido esta violencia sexual y se han animado a hablar. Casos como el del padre Massiel han sido icónicos, ya que revelaron la existencia de múltiples afectaciones a niñas, niños y adolescentes», comentó.

Invitan a sumarse a petición en contra del Fuero Clerical / Foto: Tomada de Facebook

Como lo que queda expuesto después de estas valientes denuncias, es que no son solamente hechos aislados, sino que hay toda una estructura alrededor que lo permite y, en ocasiones, lo propicia. 

«El sistema tiene mecanismos para acallar estas voces, para minimizar las denuncias y darles otras interpretaciones, lo que disuade a las víctimas de acceder a lo que es su derecho a la justicia», advirtió Ramírez.

Mismo modus operandi 

Sin embargo, como ha ocurrido en otras ocasiones cuando un sacerdote es acusado de abuso sexual, Valenzuela fue trasladado a otra parroquia de la ciudad. 

De acuerdo con la edición del 31 de agosto de 2023 del periódico Presencia, el obispo José Guadalupe Torres Campos dio el nombramiento como vicario de la parroquia Dios Padre a Istibal Valenzuela Olivas. 

Una situación similar ocurrió también con el sacerdote Leopoldo Nevárez Erives, mejor conocido como el padre Polo, quien fue acusado de cometer abuso sexual en contra de una mujer con esclerosis múltiple. 

En esa ocasión, el obispo admitió que la Diócesis tenía conocimiento del caso pues se entrevistó con la víctima y le tomó la denuncia. 

Felicitación de cumpleaños al sacerdote por parte de la Diócesis de Ciudad Juárez / Foto: Tomada de Facebook

Sin embargo, al no existir un antecedente y no saber el proceso para aplicar el canon, prefirió esperar a que concluyera la visita del Papa Francisco a la frontera para atender la situación.

Asimismo, el 15 de diciembre del 2016, el magistrado César Ramírez revocó el auto de vinculación a proceso dictado en contra del párroco Leopoldo Nevárez Erives y levantó la única medida cautelar que le había sido impuesta. 

Con base en el derecho canónico, el delito de abuso sexual puede llegar a castigarse con la expulsión del estado clerical, según el artículo 1395. 

Pero, al aplicar esta sanción, la iglesia estaría obligada de proveer sustento al sentenciado si se encuentra en estado de indigencia por razón de esa pena, establece el artículo 1350.

Caso Aristeo Baca 

El pasado 18 de mayo se dio a conocer que los abogados del sacerdote Aristeo Baca, quien había recibido una sentencia de 34 años de prisión tras ser declarado culpable de abuso sexual y violación agravada contra una menor, presentaron un amparo con el fin de anular dicha sentencia. 

La resolución de un Tribunal Colegiado que anuló la condena y ordenó la revisión del caso ha causado indignación entre organizaciones de la sociedad civil, activistas y comisiones dedicadas a la atención de víctimas.

Al respecto, Elia Orrantia, directora de la organización «Sin Violencia A.C.», explicó que ni siquiera la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, encabezada por Norma Ledezma estaba al tanto del fallo judicial hasta que fue notificada a través de los medios de comunicación. 

«Estamos indignadas por esta resolución. Sabíamos que los abogados de la defensa buscarían este camino, pero sigue siendo una situación injusta para la víctima», afirmó Orrantia.

El ex sacerdote Aristeo Baca fue sentenciado a 34 años de prisión por abuso sexual / Foto: Redacción

Dijo que tanto las organizaciones civiles como la propia Comisión Ejecutiva están en desacuerdo con la resolución que, en palabras de la directora, «obliga a la víctima a revivir todo el proceso». 

Para enfrentar esta situación “Sin Violencia A.C.” integró un equipo de siete abogadas especializadas en derecho penal que trabajarán en la estrategia jurídica para continuar defendiendo los derechos de la menor afectada. 

«Sabemos que las pruebas presentadas son contundentes. El sacerdote fue declarado culpable y la sentencia fue firme. No hay razón para que se revoque. Es indignante que una víctima que ya ha pasado por tanto tenga que enfrentar nuevamente este proceso», subrayó Orrantia.

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Consideró que este tipo de situaciones son especialmente complicadas cuando el agresor tiene vínculos con figuras políticas y eclesiásticas. 

Orrantia mencionó que el caso de Aristeo Baca no sólo enfrenta a la víctima contra un agresor, sino contra un hombre con poder político, económico y social. 

«Sabemos que hay figuras políticas que lo apoyan y una institución eclesiástica con gran poder detrás de él. Eso hace que la situación sea mucho más difícil para la víctima y que el proceso sea más largo y desgastante», agregó.

Más víctimas, pero pocas denuncias

Durante el proceso judicial, la organización recibió testimonios de otras víctimas de Aristeo Baca. 

La directora de “Sin Violencia A. C.” expuso que dos hermanas acudieron a la Fiscalía para denunciar abusos similares, pero sus casos no avanzaron porque, según se les informó, no existían pruebas suficientes para vincular al sacerdote a proceso. 

Además, a través de redes sociales, una mujer que ahora vive en El Paso, Texas, también se puso en contacto con la organización para relatar que había sido abusada por el sacerdote hace 20 años. 

Sin embargo, el temor a represalias sociales, la influencia de la Iglesia y la posibilidad de ser juzgadas públicamente han impedido que estas mujeres y otras posibles víctimas den un paso al frente. 

«Sabemos que hay más víctimas, pero quién va a animarse a denunciar cuando ven que el agresor sigue protegido por la Iglesia y tiene tanto poder. Las víctimas temen ser juzgadas por la sociedad y enfrentarse al poder eclesiástico. Esto es una revictimización constante», lamentó Orrantia.

Aristeo Baca
Ex sacerdote Aristeo Baca tras ser detenido / Foto: Cortesía

El caso de Aristeo Baca ha sido complicado desde el inicio, pues cuando se supo que él era el agresor, las organizaciones sabían que no sólo se enfrentaban a un hombre acusado de violación, sino a alguien con grandes influencias políticas y económicas. 

Orrantia destacó que el sacerdote cuenta con el respaldo de figuras políticas y de una estructura eclesiástica que ha dificultado el proceso de justicia. 

«Desde que comenzamos, sabíamos que este caso no iba a ser fácil. Aristeo Baca no es cualquier persona, es alguien con poder, con vínculos en la política y en la Iglesia. Esto hace que el proceso judicial sea más complejo y que las víctimas se enfrenten a una lucha desigual», explicó.

Durante la primera fase del juicio, Baca fue declarado culpable de dos cargos de agresión sexual agravada y un cargo de abuso sexual agravado contra una menor. 

En marzo de 2021, se le impuso una sentencia de 34 años, 5 meses y 10 días de prisión. Sin embargo, debido a su edad (80 años), cumplía su condena bajo arresto domiciliario.

Hasta el momento, la organización continúa trabajando para que se haga justicia a la víctima. 

Retiran Presea a ex sacerdote

Con 10 votos a favor, uno en contra y 10 abstenciones, el Ayuntamiento de Ciudad Juárez decidió retirar la presea Fray García de San Francisco al sacerdote Aristeo Baca, a través de un punto de acuerdo discutido en Cabildo, el 14 de septiembre del 2022. 

Ésta es la primera vez en la historia que regidores del Ayuntamiento votaron para quitarle este reconocimiento a alguno de los juarenses que han sido galardonados con esta premiación.

Lo anterior, luego de que Aristeo Trinidad Baca Baca fuera sentenciado el 2 de marzo del 2021 a 34 años cinco meses y 10 días de prisión por abuso sexual en contra de una menor de edad, la cual fue ratificada en mayo en 2022. 

La entonces regidora de la Comisión de Mujeres del Municipio, durante la administración 2021-2024, Martha Patricia Mendoza, declaró que durante su gestión presentó un punto de acuerdo en 2021 para actuar en favor de la víctima.

Martha Patricia Mendoza, regidora de la Comisión de Mujeres administración 2021-2024 / Video: Angélica Villegas

Mendoza indicó que presentó el punto de acuerdo en septiembre de 2021, por lo que finalmente se acordó ante los integrantes del Cabildo retirar la presea al ex sacerdote. 

Sin embargo, subrayó la importancia de enfrentar casos de abuso y que en este caso específico, las reacciones públicas contribuyeron a ejercer presión sobre las autoridades para actuar.

Consideró que cuando la sociedad se moviliza para exigir justicia, tiene el poder de generar cambios significativos. 

Las trampas de la fe 

Asimismo es necesario un acompañamiento integral para las víctimas de abuso sexual infantil, especialmente cuando los acusados son sacerdotes, señaló Yadira Cortés, integrante de la Red Mesa de Mujeres de Ciudad Juárez. 

La activista destacó que estos casos requieren un enfoque extremadamente cuidadoso, debido a las profundas afectaciones físicas, emocionales y espirituales que sufren los menores.

Cortés enfatizó que el impacto en las víctimas es aún más grave cuando el abusador es un sacerdote, ya que esta figura representa valores como el amor, la bondad y la verdad, lo que complica significativamente la recuperación emocional y espiritual del infante. 

Sacerdote
Sacerdote rezando. Imagen ilustrativa / Foto: Pixabay

Comentó que la organización ha acompañado y documentado diversos casos, por lo que recomienda que las familias busquen el apoyo de la Comisión Especializada en Atención a Víctimas del Estado y de organizaciones especializadas como Casa Amiga y Sin Violencia.

Esto, dijo, no sólo para asegurar que el caso sea tratado adecuadamente en la Fiscalía, sino para fortalecer los argumentos jurídicos y asegurar un acceso más efectivo a la justicia.

Yadira Cortés, integrante de la Red Mesa de Mujeres

Asimismo, la directora de Casa Amiga «Esther Chávez Cano», Lydia Cordero, expresó su preocupación por la respuesta de las autoridades en los casos de abuso sexual a niños, niñas y adolescentes perpetrados por sacerdotes. 

Dijo que: «es muy indispensable que la Fiscalía, que es quien tiene el caso, asuma toda la obligatoriedad del proceso de investigación y de proporcionar los elementos necesarios al cuerpo judicial».

Cordero enfatizó la importancia de contar con el apoyo de las instituciones encargadas de la procuración de justicia y la protección de menores. 

Lydia Cordero, directora de Casa Amiga «Esther Chávez Cano»

«La Fiscalía tiene en sus manos la obligación de llegar a las instancias adecuadas para garantizar la protección de niños y niñas y de recabar todos los elementos necesarios, como la Procuraduría y la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas», explicó. 

Además, resaltó la necesidad de crear un equipo sólido que involucre tanto a las autoridades como a las representaciones legales de las víctimas para asegurar un proceso jurídico integral y efectivo.

En relación con el caso de Aristeo Baca, consideró que el sacerdote tuvo un trato diferenciado, especialmente en lo que respecta a las medidas cautelares. 

«Es sabido desde un inicio que había un trato diferenciado a la hora de las medidas cautelares y de protección, con el arresto domiciliario (…) Es fundamental que se tomen acciones contundentes para prevenir y atender estos casos, además de brindar el apoyo necesario a las víctimas», concluyó.

Borde Cultural

Alan Hernani: El guardián del Valle de Juárez

A pesar de haber nacido en El Paso, Texas, Alan Hernani Herrera Peña lleva a Ciudad Juárez en la sangre y en el corazón, debido a su crianza en la frontera. 

Egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y ha dedicado sus días en hacer la historia más accesible al público. 

El joven de 22 años se define a sí mismo como un historiador que rompe los esquemas tradicionales, pues busca llevar la historia más allá de los muros académicos. 

Para difundir este mensaje, él y varios de sus compañeros historiadores, cofundaron en 2022 un proyecto que llamaron “Laboratorio de Imaginación Histórica”. 

El proyecto se enfoca en la divulgación de las ciencias sociales y la historia, más allá del ámbito académico, conectándola con la realidad actual, con el fin de llegar a públicos más amplios. 

Alan cuenta que, a través de este proyecto, buscan mostrar que la historia tiene múltiples aplicaciones, más allá de la investigación académica tradicional, pues dicho en sus propias palabras “todo es historia”.

Desde su infancia, Alan estuvo rodeado por una familia inmersa en las ciencias sociales, las artes y las humanidades. 

Su madre, socióloga y cantante de ópera. Su padre se dedicó al trabajo social, mientras que la mayoría de sus familiares son docentes. 

Aunque inicialmente consideró estudiar física en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un concurso de historia y la influencia de un profesor lo llevaron a inclinarse por el campo de la Historia. 

Alan Hernani tras graduarse de la ENAH / Foto tomada de Facebook

Sin embargo, conforme avanzaba en su carrera, se dio cuenta que quería romper con el estereotipo de que un historiador debe ser una figura rígida y estricta. 

“Que no se nos venda como la única opción y como el único futuro y que, si no te dedicas a eso, eres un fracasado. Al contrario, nosotros queremos cambiar ese paradigma y pensar que la historia tiene una función mucho más amplia”, comenta. 

Alan trabaja para promover un enfoque más creativo y flexible, en donde la historia puede combinarse con otras disciplinas y métodos, ofreciendo nuevas formas de entender el pasado y su relación con el presente. 

“La historia que no sirve para la vida, no sirve para nada” dice, explicando que ésta debe ser útil para todos. 

Un legado en papel 

En cuanto a su proceso de investigación y escritura, Alan ha explorado múltiples géneros, lo que lo llevó a escribir la columna “Museo Fronterizo”, en donde aborda temas sobre la vida cultural en Ciudad Juárez. 

En esta columna, busca resaltar los proyectos culturales y académicos que se desarrollan en la ciudad, desde el arte y la poesía hasta la biología y el activismo, señala.

Reconoce que, al utilizar este género, es una forma de dejar un registro histórico, es decir, un espacio para documentar lo que ocurre en la comunidad, con la esperanza de que, en el futuro, historiadores y académicos puedan utilizar este material para estudiar la vida cultural de la ciudad.

Columna Museo Fronterizo Alan Hernani / Foto tomada de Facebook

Uno de los proyectos más personales es el libro “Crónicas del gigante que cargaba un museo”, una obra que mezcla la crónica, la carta y la poesía.

El libro habla de la importancia de la relación con nuestros abuelos, de su rol como figuras esenciales en nuestras vidas, por lo que su objetivo es invitar al lector a reflexionar sobre sus propias historias familiares. 

“Para mí, mi abuelo Manuel y mi abuela Yoya, así como todos mis abuelos, representan una riqueza invaluable de amor y sabiduría”, platica Alan. 

Así como sobre la relevancia de la historia oral y la preservación de esos relatos que se pierden con el tiempo, en donde trata de capturar la memoria viva, ya que, según Alan, cuando una persona fallece, también se pierden años de experiencias y conocimientos que nos ayudan a entender el presente.

El libro invita a reflexionar sobre las propias historias familiares / Foto: Cortesía  

Explica que la estructura del libro se divide en tres partes: el Valle de Juárez como espacio geográfico; la vida de su abuelo desde su infancia hasta su adultez, y el museo como institución. 

Aunque no sigue un orden cronológico estricto, sino que va saltando en el tiempo, entre sus memorias de infancia y las vivencias de su abuelo, especialmente sobre cómo llegó al Valle de Juárez como maestro.

“Mi intención inicial fue crear un registro histórico del Museo Regional del Valle de Juárez y de mi abuelo, el profesor Manuel Robles. Quería dar un primer paso y dejar algo tangible, un esfuerzo inicial que pudiera preservar esa historia antes de que algunos recuerdos se desvanecieran”, indica. 

“Crónicas del gigante que cargaba un museo” fue publicado en julio de este 2024 / Foto: Cortesía

Alan comenzó a trabajar en este libro en el 2022, considerándolo inicialmente como un fanzine en la exposición colectiva “Vaivén de Territorios”, organizada en el Museo del Chamizal con jóvenes del Valle de Juárez, donde además participó con un video poema. 

“Ese fue el primer borrador del libro, unas hojas grapadas que regalamos durante la exposición”, agrega. 

A partir de ahí, decidió llevar el proyecto al siguiente nivel, buscando hacerlo accesible y ágil, especialmente para un público joven, por lo que finalmente fue impreso en julio de este 2024 por Ediciones Arboreto. 

Además contó con la colaboración de José Santillanes en la maquetación y corrección. Incluye también dos prólogos de sus colegas historiadores:  María Valdez Gutiérrez, de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y Francisco Peralta Hernández, compañero de generación en la ENAH.

Recorrido por la frontera 

Su obra ha sido presentada en la Ciudad de México, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia y en el Museo del Telégrafo. Sin embargo, iniciará con una gira este mes para presentarla en diferentes partes.

La próxima presentación es el sábado 12 de octubre a las 6 de la tarde en el “Edificio de los Sueños”, ubicado  en la Plaza Cervantina, la primera vez en Ciudad Juárez. 

Posteriormente, el 19 de octubre estará en la “Casa Madero” y el 25 de octubre en “Biznaga Lab”. 

La primera parte del libro habla del Valle de Juárez como espacio geográfico / Foto: Cortesía

La última presentación será en el Museo Regional del Valle de Juárez el sábado 23 de noviembre, a las 1 de la tarde, coincidiendo con el aniversario luctuoso del profesor Robles.

“Decidí que fuera hasta el último porque quiero que coincidan más o menos por las fechas del aniversario luctuoso del profe y la conmemoración del Plan de Ayala”, señala. 

El libro tiene un costo de 150 pesos y, hasta el momento, sólo se puede adquirir en las presentaciones del libro. Sin embargo, próximamente se anunciarán puntos fijos de venta, a través de las redes sociales del escritor.

Aquí puedes consultar la página de Facebook de Alan Hernani:

https://www.facebook.com/profile.php?id=100008862107488&mibextid=LQQJ4d

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