“Procure no ser un hombre con éxito, sino un hombre con valores”.
Albert Eisntein
César Juárez / Doctor en Derecho y analista político
La ola de violencia, que se vive en país, concretamente en nuestro Estado y particularmente en Ciudad Juárez, simple y sencillamente parece no tener fin. Lo he dicho en otros escritos, si bien es cierto por mandato constitucional son las autoridades y sus instituciones las encargadas de prevenir y combatir al crimen organizado o no organizado.
No es menos cierto que la sociedad juega un papel fundamental para el éxito del combate a la violencia. Mucho contribuiríamos como padres el saber la manera en que estamos educando a nuestros hijos e hijas ¿Fácil? Nada sencillo y mucho menos fácil es educar donde pareciera que el crimen y violencia son algo de lo más cotidiano en nuestra localidad, donde la capacidad de asombro simplemente ya no existe, donde lo mismo da, privar de la vida dentro o fuera de un hogar, en un lugar público, concurrido o no concurrido.
En un reportaje de “La Verdad Juárez”, se habla de más de mil homicidios en diez meses en el año 2020; tan sólo en el mes de octubre 112 personas asesinadas, de las cuales 17 eran mujeres.
Al cierre del 2021, el “Heraldo de Juárez” reporta que se registraron mil 408 homicidios dolosos, donde mayo fue el más violento con 143 asesinatos, además de un promedio de cuatro homicidios diarios.
En lo que va del presente 2022, el “Diario de Juárez” refiere que enero inició de forma violenta, con cuatro homicidios dolosos en la primera semana. Aunado a esto, en la semana anterior, asociaciones y colectivos feministas salieron a manifestarse por el incremento de asesinatos de mujeres.
Ya no sigo con cifras o notas porque no pretendo hacer del presente escrito algo amarillista o alarmista. La realidad en cuanto a la ola de violencia es compleja y. en efecto, demanda autoridades honestas, sensibles y capaces. Pero también demanda una ciudadanía participativa con sus gobiernos, sean del gusto o no, para que esta relación se dé, es necesaria la voluntad de las partes.
Del gobierno se requiere dejar el discurso y la simulación para dar apertura a la ciudadanía, académicos, entre otros, para que se busquen las estrategias posibles a efectuar. Habrá quien diga “ya se hace”, pero bueno, entonces se necesita ajustar lo necesario, puesto que evidente es que no se dan los resultados esperados.
Hoy en día, cuando se logra procesar a uno o algunos criminales, las víctimas directas o indirectas alcanzan “x” o “y” cantidad por concepto de reparación de daño. Sin embargo, por muy fuerte que sea la cantidad de dinero o la penalización por el crimen que cometieron, simple y sencillamente no es el precio que vale la vida de un ser querido.
Se entiende que son leyes establecidas y que demandan dicha reparación, pero también estas leyes demandan la reparación integral y además la garantía de la no repetición del daño a la sociedad. Nada sencillo para las autoridades, pues esta historia de violencia tiene eso, una historia que data de mucho tiempo atrás.
También es necesario que empiece a observarse una estrategia solida para el combate a la inseguridad, pues por mas discursos o buenas voluntades de las autoridades, la violencia en el país pareciera cuento de nunca acabar.
Como ciudadanos nos toca estar atentos del trabajo de las autoridades, para buscar la participación y atender la problemática. Mientras tanto, debemos esforzarnos en la educación a los hijos e hijas, no ser indiferentes, ni mucho menos acostumbrarnos, pues la vida o las vidas no tienen precio.