La “Milla Cero” marca el punto exacto donde convergen tres territorios fronterizos: Chihuahua, Texas y Nuevo México, justo en el bordo del Río Bravo.
Ubicado a unos metros de donde se encuentra la Casa de Adobe, este lugar geográfico es único, pues forma una esquina simbólica que ha sido testigo de importantes procesos históricos en la región.
En el pasado, funcionó como un punto de exaduana, dejando registros significativos sobre los flujos migratorios y comerciales entre México y Estados Unidos.
Cada metro de este lugar conserva historias de encuentros, separaciones, luchas y esperanzas, además de que ha sido escenario de múltiples dinámicas que reflejan tanto los contrastes como los lazos entre dos países vecinos.
Actualmente, la “Milla Cero” representa un símbolo de identidad fronteriza y memoria viva, pues es un espacio que evoca a quienes cruzaron esta línea buscando nuevas oportunidades y que sigue siendo parte de la narrativa que define la vida en la frontera.