El aguacate es el alimento que más ha “dolido” a los fronterizos en esta época de inflación, luego de que en algunas cadenas comerciales se encuentra hasta en 130 pesos el kilo.
Algunos ciudadanos mencionaron que incluso han dejado de consumir esta fruta, puesto que se sale de su presupuesto en el gasto del mandado que suelen realizar.
“Está muy caro. He ido a varios lugares, pero hasta ahorita en casi todos está igual. Lo que hago es que compro menos”, mencionó Cecilia, una madre de familia de 45 años, quien suele ir al super a hacer sus compras semanales.
Mencionó que incluso en el mercado, donde generalmente consigue frutas y verduras a menor costo, el precio de este alimento se elevó, al igual que el huevo.
Mientras que esta situación no sólo afecta a los consumidores, pues en contraparte, los distribuidores a menor escala, como las “tienditas”, también han sufrido con esta situación.
“Nosotros lo comprabamos a 90 pesos el kilo, pero ya nos subió a 120 y lo estamos vendiendo en 130, en realidad casi no le estamos ganando, pero lo metemos porque la gente de todos modos nos pide”, comentó Susana, la encargada de una tienda de colonia.
Expuso que mucha de su clientela se ha quejado, pero como negocio “no les queda de otra”, pues incluso en ocasiones, han asumido el incremento de algunos productos.
Al respecto, Alejandro Sandoval Murillo, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) en Ciudad Juárez, dijo que es una situación que ya se esperaba para este periodo.
En el tema inflacionario, hay presiones que se sostiene, por lo que las expectativas en el alza de productos continuarán, pese a los esfuerzos por mantener los precios, lo cual terminará por impactar al consumidor.
“En cuanto a la estructura de inflación y la canasta básica, hay presiones que se sostienen. Las expectativas no solo están alzadas, sino que cada mes está alta la inflación. Cada 15 días la de consumidor sube y repercute en la capacidad adquisitiva, pero no es sorpresa. Ya se esperaba”, mencionó.
El economista manifestó que la sostenibilidad de esta situación dependerá de ciertos efectos y circunstancias, aunque se está “lejos” de problemas críticos graves.
“Vienen retos. Claro. Existen diversos tópicos en materia laboral, pero si bien eso aparentemente es bueno, en principio se trata de elevación de costos que las empresas trasladarán a los consumidores”, recalcó.
Mientras que la repercusión en alimentos es relevante, la estructura de alimentos del mexicano es la que generaliza a la población, donde la ciudadanía de menos ingresos es la que más preocupa en cuanto al alza de precios de los alimentos.
“Se está trabajando, por parte de las autoridades y las empresas no están subiendo de manera generalizada los precios, pero está generando impactos, dependiendo de qué producto. Por ejemplo, el aguacate está subiendo impresionantemente”, añadió.
Sandoval Murillo indicó que dependerá también si la población deja de consumir los productos que elevaron su costo, lo cual provocará que no cause tanto conflicto el alza de esta fruta, sin embargo, se observará un incremento en otros alimentos que tengan relevancia de consumo.
Refirió que las autoridades, y las empresas, están tomando acciones, las cuales, pese a que son limitadas, únicamente se trata de mantener la paciencia y ver hasta qué punto cambiarán.
Dijo que también, en la parte de las importaciones ciertamente el gobierno tiene poca capacidad injerencia, las cuales se verán afectadas por los efectos que corresponda a las alzas de las tasas de interés que hace el Sistema de Reserva Federal de Estados Unidos (FED por sus siglas en inglés) e influyan en su estructura de precios.