Expertos en urbanismo señalan que las autoridades municipales necesitan “voluntad política” para implementar proyectos de movilidad que tomen en cuenta a las personas y no solo a los vehículos. Estas son algunas alternativas que pueden mejorar la seguridad y tránsito peatonal de una calle de 4.2 km de largo donde hay viviendas, restaurantes, comercios y escuelas.
“La calle Francisco de Urdiñola necesitaba un rediseño que incluyera ampliación de banquetas, bahías para carga y descarga de pasajeros del transporte público, cruces seguros a nivel de piso, entre otros elementos, para representar un ‘beneficio social directo a la población’, y no solamente la pavimentación de 4.2 kilómetros, ya que esta obra únicamente contempló al carro y excluyó a las personas”, explicó la investigadora y urbanista Diana Infante-Vargas.
Aunque este tipo de proyectos “suenan ambiciosos, en realidad es como el mínimo básico”, dijo en entrevista con el medio Ruedas Rebeldes. La experiencia de otras ciudades muestra que falta voluntad política para que se destinen recursos a este tipo de infraestructura, como aseguró Rubí Vázquez Cruz, subsecretaria de Movilidad y Seguridad Vial del municipio de Puebla.
En la publicación “Una calle pavimentada con ocho contratos”, la aplicación web Monitor de Movilidad Saltillo reveló que el Gobierno Municipal de Saltillo pagó a dos empresas 14.2 millones de pesos por la rehabilitación del pavimento de la calle Urdiñola, obra que de acuerdo con la urbanista Diana Infante-Vargas no consideró la necesidad de los usuarios más vulnerables de la vía pública.
“Se necesitaba un rediseño de sección de calle para que el proyecto contemplara a otras movilidades, no sólo a los vehículos”, afirmó Infante-Vargas.
Cuando la obra se encontraba en el 50 por ciento de avance, el gobierno municipal de Saltillo, encabezado por el alcalde José María Fraustro Siller, afirmó en un boletín que “desde ahora ya brinda beneficios a todas las personas que utilizan esta vialidad”; sin embargo, la urbanista Infante-Vargas consideró que este tipo de obra enfocada en el auto “le falla mucho a los ciudadanos”.
“Creo que le falla mucho a los ciudadanos cuando sobre todo los proyectos de infraestructura de movilidad, y digo movilidad entre comillas, solamente contemplan a los coches porque la ciudad no la habitan los coches, la habitamos nosotros”, aseguró.
Asimismo, Diana Infante agregó que “Saltillo está muchos años atrás” que otras ciudades en la implementación de infraestructura peatonal y que esto se debe a que la autoridad se justifica diciendo que la ciudadanía pide este tipo de obras; sin embargo, las solicita porque no saben que hay otras alternativas.
Hay alternativas, falta voluntad política
Especialistas en urbanismo señalaron que es indispensable que las autoridades municipales tengan “voluntad política” para destinar recursos a infraestructura que otorgue prioridad al peatón y no se enfoquen únicamente en favorecer el traslado de automóviles, de acuerdo con las obligaciones establecidas en la Ley de Transporte y Movilidad Sustentable de Coahuila y la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial.
“Referente a qué hace falta en las ciudades para dejar de construir este tipo de infraestructura, yo creo que es la voluntad política”, comentó en entrevista Rubí Vázquez Cruz, titular de la Subsecretaría de Movilidad y Seguridad Vial de Puebla, municipio pionero en el país en prohibir puentes elevados y en implementar soluciones peatonales a nivel de calle.
“Ahora tenemos muchísimo más respaldo con toda la normativa que ha estado saliendo en estos últimos años. Sí es importante hacer o que los propios Gobiernos desde la Federación tengan etiquetado para darle mantenimiento a la infraestructura peatonal, así como existe recurso etiquetado para bacheo”, sugirió.
Por su parte, Francisco Valdés Pérez Gazga, investigador y docente del Instituto Tecnológico de La Laguna, señaló que es “injusto” que los peatones y ciclistas no tengan calles seguras por donde transitar, pues explicó que sólo el 25 por ciento de la población en Coahuila usa coche y es a quien más se dedica recursos del presupuesto destinado para hacer obra pública en materia de movilidad.
“Un ciclista y un peatón no requieren de distribuidores viales como el monstruo este del Sarape (en Saltillo), no requiere grandes estacionamientos donde pueda poner su coche; o sea, somos una bendición para la ciudad, los ciclistas y los peatones y los que usamos de transporte público”.