La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció sanciones contra cinco mexicanos asociados con el Cártel del Golfo, por pesca ilegal y narcotráfico.
Los presuntos responsables están involucrados en actividades delictivas relacionadas con la pesca ilegal, no declarada y no reportada (IUU, por sus siglas en inglés), además del contrabando de personas y tráfico de narcóticos en el Golfo de México.
Entre los individuos designados se encuentran Ismael Guerra Salinas, alias “Mayelo”; Omar Guerra Salinas, alias “Samorano”; Francisco Javier Sierra Angulo, alias “El Borrado”; Raúl Decuir García, alias “La Burra” e Ildelfonso Carrillo Sapien, alias “El Chivo”.
Según el Departamento del Tesoro, estas personas desempeñan roles clave en las operaciones de pesca ilegal, supervisan el tráfico de drogas y facilitan el contrabando de personas.

Estas actividades se desarrollan en Playa Costa Azul, Tamaulipas y generan millones de dólares anualmente para el Cártel del Golfo.
A través de un comunicado de prensa se indicó que la pesca IUU no sólo representa una amenaza para los ecosistemas marinos, sino que también es utilizada por organizaciones criminales para financiar sus operaciones y violar los derechos humanos mediante prácticas como el trabajo forzado.
“El Tesoro sigue comprometido a desmantelar estas redes y restringir la capacidad de estos grupos para beneficiarse de sus actividades ilícitas”, declaró Bradley T. Smith, subsecretario Interino para el Terrorismo e Inteligencia Financiera de Estados Unidos.
Impactos de las sanciones y colaboración internacional
Las sanciones congelan todos los activos que estos individuos puedan tener bajo jurisdicción estadounidense, prohibiendo cualquier transacción con ciudadanos o entidades de Estados Unidos.
Además, las sanciones buscan restringir la capacidad del Cártel del Golfo para obtener ingresos a través de sus operaciones ilícitas.
Esta acción es resultado de una colaboración entre la Guardia Costera de los Estados Unidos, la DEA, la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México.

Las autoridades señalaron que esta coordinación es clave para combatir el tráfico de drogas, pero también otros delitos como la pesca IUU que amenaza la seguridad marítima y contribuye a la sobreexplotación de recursos marinos.
El Cártel del Golfo, una de las organizaciones delictivas más antiguas y peligrosas de México, ha diversificado sus operaciones a través de actividades como la pesca ilegal y el contrabando marítimo, ampliando su red de influencia y consolidando su estructura financiera, por lo que estas medidas buscan debilitar su capacidad operativa.