“Birdman” o “la inesperada virtud de la ignorancia”, estrenada en el 2014 y dirigida por el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu, nos sumerge en un viaje al trasfondo del teatro de Broadway… pero también a la música de jazz.
Protagonizada por Michael Keaton, la película fue conocida por su técnica de grabación aparentemente continua, la cual captura la caótica vida detrás de escena de un actor.
Michael Keaton da vida a Riggan Thomson, quien curiosamente presenta una similitud con el personaje y su propio pasado como Batman en la década de los ochentas.

Aquí, Keaton encarna a un actor que alguna vez fue famoso por encarnar al superhéroe Birdman y su interpretación nos sumerge en la mente tumultuosa de Riggan.
En “Birdman” podemos explorar la idea de la fama efímera y la lucha por la relevancia en la industria cinematográfica.
Esta cinta, además tiene una similutud con el personaje de Norma Desmond en “Sunset Boulevard”, donde la actriz principal debe sobrellevar el hecho de que ya no es una actriz reconocida, aunque alguna vez fuera la más popular.
En este sentido, Riggan se asemeja a Norma, por lo que la elección del casting le añade una capa intrigante a la película, pues presenta una muy delgada línea entre la realidad y la ficción.
El jazz
Sin embargo, al hablar de “Birdman” no podemos pasar de largo la banda sonora de la película, compuesta por el también mexicano Antonio Sánchez, quien brindó un elemento distintivo a esta experiencia cinematográfica.
Sánchez, conocido por su maestría en la percusión, tomó un enfoque único al crear la partitura de la película, donde decidió utilizar principalmente la batería como hilo conductor musical.
Este efecto provocó en la cinta un ritmo pulsante que se sincroniza con la tensión y la urgencia de la trama.
Un detalle curioso es que, Sánchez creó una banda sonora que fluye de manera continua, siguiendo la técnica visual de la grabación, en lugar de adherirse al tradicional uso de la partitura para resaltar momentos específicos.
La elección de Sánchez de utilizar la percusión como protagonista no sólo es audaz sino también simbólica, donde la batería refleja la pulsante vida teatral y la constante búsqueda de éxito de Riggan Thomson.
Esta fusión entre música y narrativa destaca la genialidad detrás de la película convirte a la banda sonora en elemento vital que amplifica la experiencia visual.
Un dato interesante es que Antonio Sánchez compuso gran parte de la música antes de que se filmara la película, permitiendo que la música influyera en la actuación y la dirección.
“Birdman” destaca por su técnica cinematográfica innovadora desde el punto de vista cinematográfico, pero también es un viaje multisensorial donde la música, en particular, se erige como una fuerza motriz que nos sumerge en la complejidad emocional de los personajes.
Si no la has visto, esta es nuestra recomendación en Circuito Cinema de la semana.