Impulsado por la pacificación del territorio y brindar alternativas de movilidad para los ciudadanos, el proyecto Bici Sin Fronteras realizó el cruce de 200 bicicletas de El Paso a Ciudad Juárez este fin de semana.
Con el apoyo de una gran red de voluntarios que enfocaron sus esfuerzos en la reparación, transporte y clasificación de las unidades, esta iniciativa es liderada por voluntarios de ambos lados de la frontera de México y Estados Unidos.
Samuel Terán Padua, coordinador del Foro Mundial de la Bicicleta y encargado de la logística de Bici Sin Frontera, indicó que el objetivo es construir una movilidad más justa, sostenible y accesible.

El viernes por la mañana, el primer grupo de voluntarios cruzó por el puente internacional Córdova-Américas, mejor conocido como Puente Libre, con rumbo al parque El Chamizal, donde se colocó un punto de hidratación.
Posteriormente, el grupo avanzó hacia la parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón para el resguardo de las bicicletas.
Explicó que las unidades se recolectaron en Chicago, Illinois y después fueron llevadas a Laredo, Texas, posteriormente transportadas a la Galería Falstaff de El Paso donde los voluntarios apoyan con el mantenimiento.
¿Cómo fue posible conseguir tantas bicicletas?, se le cuestionó a Terán Padua y su respuesta incluyó una crítica a la sociedad.
“En la política de hiperconsumo, más en Estados Unidos, se genera la necesidad imaginaria de querer cambiar todo siempre (…) la gente se compra una bici en el verano, en invierno no les gusta y la va arrumbando”, dijo.
El activista agregó que el apoyo de la asociación Working Bikes, encargada de la recolección de las bicicletas en Chicago, fue fundamental para lograr que las unidades no vayan al vertedero para su destrucción.
En cambio que estas unidades sean entregadas a personas que requieren alternativas para moverse en Ciudad Juárez, una ciudad cuyo servicio de transporte requiere mejorar.
“Esperamos que estas bicicletas sean ocupadas para pacificar nuestra tierra, que las reciban con alegría (…) para mí es el sueño cumplido de mi adolescencia, de mis procesos de lucha, incluso espirituales, es un gran logro para el colectivo”, expresó.

Mientras que para Melissa Lugo, coordinadora de Bici Sin Fronteras en El Paso, este movimiento borra la división que hay entre los dos países, así como las bicicletas son para que las personas puedan llegar a sus trabajos, al médico y tengan mayor autonomía usando la bicicleta como una herramienta de cambio.
“Estamos haciendo relaciones para evitar la división que tenemos, cada amigo, amiga que ganamos, es una forma de acercarnos a la comunidad ciclista en la frontera”, comentó.
Ambos activistas señalaron que el proyecto es posible gracias a la organización, la creación de redes y la disposición de integrantes de colectivos de Ciudad Juárez, El Paso, Albuquerque y Ciudad de México.
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Las actividades de Bici Sin Frontera continuaron este sábado con cruces a las 8 y 10 de la mañana, saliendo de Galería Falstaff hacia el Puente Libre.
A las 4 de la tarde está programado un cruce simbólico por el puente internacional Santa Fe, ubicado en la zona Centro, así como a las 5 de la tarde se convocó a una gran celebración en la Plaza Cervantina.
Los organizadores informaron que de ser necesario, también el domingo se realizarían más cruces de bicicletas.