Al sur de esta frontera, a un costado de la carretera Ciudad Juárez-Chihuahua se encuentra el panteón “San Rafael”, el cual abrió sus puertas en 1995 con un espacio de 94 hectáreas, en donde autoridades municipales estiman que habitan al menos 180 mil almas.
Este espacio se llenó de vida durante el fin de semana, a donde familias completas llegaron con flores de cempasúchil, fotografías y veladoras, pero también con bocinas, cigarros y cervezas, objetos con los que recordaron a sus muertos y mitigaron el dolor de la pérdida.
Tras un recorrido por el cementerio, se observó un hombre que intentaba contener el llanto, mientras una canción infantil se repetía y repetía en la bocina que puso al lado de la tumba donde yacía su hija.
Cientos de personas se reunieron en el panteón San Rafael desde la mañana del domingo, donde el ambiente familiar no faltó, desde las risas de los niños, altares improvisados y el contraste de colores eran parte del paiseje.
Recorrido por el panteón “San Rafael” en Día de Muertos 2025 / Fotos: Angélica Villegas
Hubo también quienes, unidos en familia, empujaron la silla de la abuela por la subida del camino que recorría todo el camposanto.
-“¿Quieren que les ayudemos?”, se les preguntó.
-“No, gracias. Somos muchos nietos y nos estamos turnando”, dijo un hombre que iba acompañado de otros dos y un niño de unos 8 años.
En otro espacio, un grupo de pachucos bailaba alrededor de una tumba mientras de fondo sonaban canciones típicas de sus pasos; otros sólo permanecían en silencio, sentados en alguna silla y bajo una sombra para platicar con su muerto.
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Por escenas como esta es que el Día de Muertos es una fecha de contrastes, entre la tristeza de perder a un ser querido, pero también de la celebración, la música y la fiesta, donde al menos por algunas horas, los vivos platican con los muertos, aunque estos no respondan.
