Desde el pasado 5 de junio, los procedimientos de aplicación de leyes migratorias y de asilo a lo largo de la frontera sur de los Estados Unidos se vieron significativamente endurecidos, según advirtió en un mensaje Luis Miranda, Subsecretario Adjunto Principal de Comunicaciones en el Departamento de Seguridad Nacional.
A través de un audio, Miranda destacó que las personas cuya entrada sea suspendida, incluyendo aquellas que hayan cruzado ilegalmente entre los puertos de entrada en lugar de utilizar un camino legal, y quienes no establezcan una base legal para permanecer en los Estados Unidos, generalmente no serán elegibles para el asilo.
Estas personas serán deportadas a su país de origen o a un tercer país, enfrentarán prohibiciones de entrada a Estados Unidos por cinco años o más, y podrían enfrentar posibles cargos criminales.
Estas medidas son parte de un esfuerzo más amplio para fortalecer la seguridad fronteriza y garantizar que las leyes migratorias se apliquen de manera estricta y coherente, afectando a quienes intenten ingresar al país sin seguir los canales legales.