En el corazón de Ciudad Juárez, donde alguna vez florecieron asentamientos indígenas y coloniales, los vestigios de esta rica herencia cultural podrían desaparecer bajo el avance de nuevas obras urbanas.
Así lo dio a conocer David Muñiz, historiador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), durante una conferencia de prensa de la Red Binacional de Estudios Históricos Juárez-El Paso, luego de que desde hace meses inició la construcción de un puente elevado sobre la avenida Vicente Guerrero.
El especialista señaló que estas obras en la zona Centro ponen en riesgo invaluables evidencias históricas de los pueblos originarios y del período virreinal, así como, de no realizarse una adecuada supervisión arqueológica, se perderá la oportunidad de investigar y preservar parte fundamental de la historia de la región fronteriza.
Expuso que antes de la llegada de los españoles, comunidades indígenas como los mansos, sumas y apaches habitaban lo que hoy conocemos como Ciudad Juárez.
Según investigaciones arqueológicas, estas poblaciones se asentaron cerca del Río Bravo, en un radio no mayor a 400 metros de lo que más tarde se convertiría en la Misión de Guadalupe.
Comentó que no hay duda de que en esta zona existieron pueblos indígenas, lo cual se ha comprobado al hallar vestigios del otro lado de la frontera, en el área de El Paso, Texas, donde se han preservado sitios similares, por lo que no existe razón para pensar que este lado carece de ellos.
Indicó que la zona Centro alberga las huellas de estas culturas, las cuales posteriormente se entrelazaron con las estructuras coloniales que se levantaron sobre ellas.
Sin embargo, estas evidencias corren el riesgo de ser destruidas por la falta de un proceso riguroso de supervisión antes de realizar las obras.
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Muñiz enfatizó que las obras de construcción debieron ser supervisadas por instituciones competentes como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para garantizar la protección del patrimonio histórico.
También que el problema radica en que los vestigios históricos suelen pasar desapercibidos para quienes no están capacitados en arqueología, por lo que “el ojo de un ingeniero”, por más experimentado que sea, no detectará las evidencias sutiles de estos asentamientos.
Impacto turístico y comercial
Esta propuesta ha sido avalada también por activistas sociales, quienes se han manifestado en contra de la construcción del puente desde hace meses.
Leobardo Alvarado, activista y gestor cultural, indicó que el área donde se edifica el puente es un punto clave en el origen de la ciudad, pues en ella se asentaron las primeras comunidades indígenas.
Señaló que la obra no sólo afectaría el patrimonio histórico, sino que también la dinámica comercial, turística y cultural de esta zona de la localidad, además de que no se tomaron en cuenta ciertas consideraciones.
Ante esta situación, Alvarado mencionó que la Red Binacional de Historiadores está buscando mecanismos para que las autoridades competentes, como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), intervengan y detengan la obra, pues la situación pone en evidencia la necesidad de equilibrar el desarrollo urbano con la conservación del patrimonio cultural.